La Armada procederá a la renovación y modernización de la totalidad de su flota de combate para mediados de la década de 2030, gracias al aumento del presupuesto en defensa derivado del contexto internacional. En concreto, se trata de 37 naves, entre 23 buques de nueva construcción y la modernización de 14 ya existentes, según informa ‘Infodefensa’ en un monográfico sobre la Armada.
Uno de los proyectos más ambiciosos es el de la construcción de cinco fragatas F-110 para sustituir a las fragatas de la clase Santa María, estacionadas en la Base Naval de Rota (Cádiz). Están diseñados para operar en entornos de alta intensidad para demostrar sus avanzadas capacidades de guerra antiaérea, antisubmarina y de superficie. También destaca su mástil integrado, los sistemas de armas remotas que equipa y su capacidad de operar con vehículos no tripulados.
Si se cumple con el calendario previsto, la primera F-110, que tiene una eslora de 145 metros será entregada en abril de 2028. Los siguientes se irán incorporando en un al año, hasta completar la serie de cinco en 2032. Las principales compañías implicadas en el programa son Navantia, encargada del diseño y la construcción de las fragatas, e Indra, suministradora de sistemas de radar, comunicaciones y guerra electrónica. Junto a ellas trabajan multitud de empresas nacionales. Requieren una dotación de 150 personas más 37 adicionales.
La Armada recibirá un buque de intervención subacuática (BAM-IS), de 84,6 metros de eslora, en 2026. Aportará nuevas capacidades, como la inclusión de medios que permitirán actuaciones (búsqueda e intervención) en profundidades de hasta 3.000 metros. Además, contará con capacidad de suministrar ventilación a un submarino siniestrado a una profundidad de hasta 630 metros, podrá desplegar vehículos submarinos totalmente autónomas y será el primer barco de España certificado para actuar como buque nodriza de vehículos de rescate NSRS y SRDRS.
Asimismo, gracias a su tecnología de empleo dual, estará preparado para cumplir misiones de auxilio en catástrofes o siniestros en el ámbito marítimo, y podrá brindar protección del patrimonio arqueológico subacuático. Tendrá una dotación de 60 personas con opción de 24 más.
Por otro lado, a los seis buques de acción marítima ya operativos en la Armada, con el papel de patrulleros oceánicos, se le sumarán en los próximos años dos unidades más, de 93,9 metros de eslora, con nuevas características operativas, entre las que se incluye capacidad de autodefensa y antisubmarinas, según el Estado Mayor de la Armada. El programa, valorado en 550 millones de euros, obtuvo el visto bueno de Hacienda en 2023. Requieren una dotación de 51 personas.
CORBETAS DE PATRULLA EUROPEA Y UN BUQUE DE INTELIGENCIA
Además, la Armada integrará seis corbetas de patrulla europea, naves de no más de 110 metros de eslora y con una dotación requerida de aproximadamente cien personas. Relevarán a los cuatro patrulleros de altura de la clase Serviola que ahora prestan servicio y con su incorporación, junto a los ocho BAM activos en ese momento, la Armada dispondrá de 14 buques de segunda línea con capacidad para desempeñar una gran variedad de cometidos. La entrega de los primeros se estima a principios de 2030.
Por otro lado, la Armada ha trabajado en los últimos años en la modernización de su veterana flotilla hidrográfica, responsable de mantener la seguridad de la navegación con el levantamiento y de la confección de cartografía náutica. Este proceso posibilitará que la armada reciba en septiembre de 2027 un buque hidrográfico costero (BHC), otro en marzo de 2028 y más tarde un buque hidrográfico oceánico. Los BHC tienen una eslora de 47 metros y requieren una dotación de 30 personas.
Asimismo, el Consejo de Ministros aprobó en mayo de este año la puesta en marcha del Programa Especial de Modernización para un Buque de Aprovisionamiento (BAC II), incluido en el plan para incrementar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB comprometido con los socios de la OTAN. Su presupuesto es de 703 millones de euros para diseñar y adquirir esta nueva unidad naval para reemplazar al BAC ‘Patiño’, que lleva en servicio desde 1995 y se encuentra en el último tercio de su vida útil.
El futuro buque, que compartirá papel con el BAC ‘Cantabria’ entregado a la Armada en 2010, fue el barco anunciado por Pedro Sánchez en enero de 2024, durante una visita a la sede de Ferrol de Navantia, la empresa Que va a construirlo. La financiación de este programa será completada en anualidades hasta el año 2032 entre el Ministerio de Defensa y adelantos del de Industria y Turismo. Tendrá una eslora de 174 metros y una dotación de 164 personas.
El plan de defensa incluye entre los programas una plataforma naval que sustituya al buque ‘Alerta’. El proyecto está dotado en 2025 con una asignación de 105 millones de euros. El ‘Alerta’ presta servicio a la Armada desde 1992 y está equipado con equipos y sistemas para misiones de inteligencia electrónica, que son fundamentales. De hecho, el buque que va a sustituirlo, del que aún no se conocen datos, se llama buque ‘EW’, las siglas en inglés de ‘guerra electrónica’, en el plan.
La Armada también quiere uno o dos buques multipropósito como el ‘Cartagena’, que opera desde junio de 2025. Fue adquirida por 15 millones de segunda mano y ha sido adaptado en el Astillero de Cádiz para sus nuevos cometidos. Está preparado para servir de buque de apoyo, realizar operaciones de vigilancia marítima, actuar de apoyo al adiestramiento de otras unidades, minado y desminado, apoyo a buceadores y buque de mando, entre otros. Tiene una eslora de 69,8 metros y requiere de una dotación de 60 personas.
Por último, el plan de defensa incluye un programa denominado Sistema Integral de Proyección Anfibia Eficiente y menciona vehículos de apoyo de cadenas de infantería de Marina, unos vehículos anfibios de combate para reemplazar a los AAV-7A1, que ya están obsoletos. Está por concretar la variante que los sustituirá.
ACTUALIZAR LAS F-100, CAZAMINAS Y LOS DOS BUQUES DE ASALTO
A estas nuevas capacidades se suman los tres submarinos que la Armada aún está pendiente de recibir, tras la entrada en servicio del S-81 ‘Isaac Peral’. El S-82 ‘Narciso Monturiol’ será puesto a flote el 25 de julio; el S-83 ‘Cosme García’ y el S-84 ‘Mateo García de los Reyes’ serán entregados en 2028 y 2030, respectivamente.
Asimismo, la Armada modernizará las cinco fragatas F-100, que siguen siendo la columna vertebral de la fuerza naval en el ámbito de la defensa antiaérea; seis cazaminas de la clase Segura para garantizar su operatividad hasta 2040; y los dos buques de asalto anfibio ‘Galicia’ y ‘Castilla’, que ya llevan en servicio 27 y 25 años, respectivamente.