En las últimas horas, la Justicia procesó con prisión preventiva a Jorge Castillo, llamado “El Rey de La Salada”, acusado de ser el jefe de lo que fue la mayor feria clandestina de Latinoamérica.
El 22 de mayo pasado, Castillo había sido arrestado en su mansión de Luján, en una redada de más de 60 allanamientos, luego de una investigación de más de dos años a cargo de la fiscal Cecilia Incardona, donde se intervinieron los teléfonos de su familia y se analizaron los movimientos bancarios de su holding de firmas. Así, se detectaron depósitos en efectivo por más de $33 mil millones de pesos realizados durante los últimos cuatro años.
El juez Luis Armella acusó a Castillo junto a Antonio Corrillo Torrez y Aldo Presa -histórico administrador de La Salada- de ser “jefes de una asociación ilícita, en concurso real con lavado de activos agravado por su realización por parte de una asociación o banda formada para la comisión continuada de hechos”, en un maratónico fallo de 341 páginas al que accedió Infobae.
También procesó con prisión preventiva a Natalia Luengo, pareja de Castillo, su hijo Manuel, y su suegra, Nilda Arrieta, junto a otros doce sospechosos, entre ellos Guadalupe Presa, hija de Aldo, una figura prominente en sus negocios. Todos fueron considerados partícipes primarios de la misma asociación ilícita que explotaba los más de 6 mil puestos de la feria.
Tras su clausura, La Salada volvió a funcionar a fines del mes pasado bajo un estricto programa de blanqueo y fiscalización ideado por la fiscal Incardona. La ropa con marcas falsificadas -el origen del dinero sucio, que motivó la acusación de lavado- fue estrictamente prohibida en los puestos.
La decisión de procesar con prisión preventiva alcanza también a Alan y Lucas Antequera, hijos de Enrique Antequera, cabeza de la feria Urkupiña.
Antequera padre continúa prófugo. Sus hijos aseguraron ser meros asalariados. Sin embargo, la Superintendencia de Agencias Federales de la PFA allanó en la redada de mayo un local de venta de baterías regenteado por Nicolás Picca -ex yerno de Antequera padre, fuertemente complicado en las escuchas del caso- que, supuestamente, funcionaba como cueva de dinero para el clan. Allí, se encontraron cinco máquinas de contar billetes.
En cuanto a la “Reina de la Salada”, Natalia Paola Luengo, su rol fue más que meramente decorativo. De acuerdo a la acusación avalada por Armella, “Natalia Paola Luengo recibió, registró y administró las ganancias generadas por el cobro de los alquileres de los puestos en las ferias de Punta Mogote, Olimpo y Mogote Factory y la evasión fiscal. Además organizó las finanzas millonarias del grupo familiar para insertarlos en la economía formal”.
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