El Tribunal Oral Federal N°8 condenó a 13 años y 6 meses de prisión al falso abogado Marcelo D’alessio por haber sido parte de una asociación ilícita que realizó extorsiones, violó leyes de inteligencia y lavó activos ilícitos con información obtenida ilegalmente.
D’alessio ya se encontraba detenido como consecuencia de otra causa en el que también fue condenado por extorsiones a 4 años de prisión.
En esta causa, iniciada con la denuncia del productor agropecuario Pedro Etchebest, se investigó y juzgó una trama de extorsiones, espionaje y amenazas varias, que tenía a D’Alessio como protagonista, pero que incluida también la participación de exagentes de inteligencia y policías.
Junto con él, fueron condenadas otras cinco personas: el espía Ricardo Oscar Bogoliuk, a 9 años y 6 meses de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos por el doble de tiempo; Rolando Hugo Barreiro, también agente de inteligencia, a 6 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos por el doble de tiempo; y Patricio González Carthy de Gorriti, Pablo Leonardo Bloise y Aldo Eduardo Sanchez, condenados a 3 años de prisión en suspenso.
Para Sabrina Namer, Nicolás Toselli y Gabriela López Iñiguez, los jueces del TOF 8, en los casi dos años que duró el juicio oral quedó demostrada la existencia de una asociación ilícita dedicada a realizar tareas de inteligencia para poner en marcha distintos tipos de extorsiones.
D’alessio, el “hilo conductor” de estas maniobras, ya se encontraba detenido por la condena que el Tribunal Oral Federal 2 le impuso en el marco de otra causa, en la que también se lo condenó por extorsionar a un exdespachante de Aduana, Gabriel Traficante.
D’alessio cumplió con los cuatro años de prisión que le impuso el TOF2, pero la Casación prorrogó su detención para asegurar la finalización de este otro juicio, que acabó hoy con la lectura del veredicto. El espía Bogoliuk también se encontraba detenido.
Las extorsiones se realizaban bajo la modalidad del “escrache” periodístico, a través de medios de comunicación, o tomaban curso en los tribunales, los dos “escenarios” en los que D’Alessio tenía o simulaba tener ascendencia y predicamento, según describió el fiscal Marcelo Colombo cuando en su alegato final pidió 15 años de cárcel para el falso abogado.
Sostuvo el fiscal que la información que D’alessio filtraba a algunos medios se publicaba de manera automática, sin tamices ni chequeos, lo que evidenciaba cierta complicidad por parte de algunos periodistas. Distinto era el caso de la Justicia, dijo el fiscal, donde la influencia de D’Alessio quedó solo demostrada en apariencia.
El expediente se inició en Dolores, en el juzgado de Alejo Ramos Padilla, con la denuncia del productor agropecuario, Pedro Etchebest, quien acusó a D’Alessio de haberle exigido pagos en dólares para evitar quedar involucrado en la megacausa de los cuadernos de las coimas, para ese entonces, en plena etapa de instrucción. Hoy, el TOF ordenó restituirle 14.700 dólares.
En sus aprietes, que incluían fotos y videos, D’alessio aseguraba tener vínculos con la justicia, especialmente con el fiscal Carlos Tornelli, que llevaba la investigación de Cuadernos.
Stornelli, que negó el vínculo con D’alessio, quedó procesado en la causa, pero cuando esta pasó a los tribunales de Comodoro Py por orden de la Casación, el juez Julián Ercolini dictó su falta de mérito.
El recorrido de la causa quedó ensombrecido por tres muertes, dos de ellas vinculadas directamente con el expediente. En enero de 2023, el supuesto custodio de D’alessio, Eduardo Ariel Menchi, alias “Chispa”, apareció con un tiro en la cabeza en su vivienda; y en 2021, el imputado Carlos Alberto Liñani fue hallado en su departamento de Palermo con las llaves de gas abiertas y las ventanas cerradas y selladas. Las dos fueron luego catalogadas como suicidios.
La jueza Sabrina Namer, sin embargo, debió pedir que se refuerce la custodia sobre los imputados. Al comienzo del caso, también en circunstancias dudosas, se produjo la muerte de la modelo Natacha Jait, asociada al caso a través de un legajo que se abrió luego de que en los dispositivos de D’Alessio se encontrara una carpeta interna con el nombre “Operación Jaitt”, donde constaban tareas de contrainteligencia contra la modelo, luego de que ella realizara una serie de denuncias de alto impacto mediático.