Mar del Plata vivió una jornada inédita esta semana cuando miles de vecinos se quedaron sin suministro de gas en medio de una ola polar que derritió las esperanzas de confort y puso en jaque la actividad cotidiana de la ciudad.

La crisis se desató el miércoles por la tarde, cuando la presión en la red domiciliaria bajó de forma abrupta y la empresa proveedora debió interrumpir el servicio en cerca del 40% del partido. La falla no solo afectó a hogares particulares, sino también a geriátricos, hospitales, escuelas, clubes deportivos y comercios gastronómicos.
El concejal de Unión por la Patria, Diego García, atribuyó la emergencia a “años de desinversión y a la paralización desde septiembre de 2024 de una obra clave: la ampliación del gasoducto proveniente de la planta compresora de Las Armas”. Según explicó el edil, el ducto estaba ejecutado en un 80% y, de haberse completado, habría evitado la interrupción del servicio en un pico de demanda como el vivido esta semana.
La demora en la finalización de esa infraestructura dejó a Mar del Plata expuesta al colapso térmico en el peor momento del invierno, con temperaturas que rondaron los cero grados. “Si esa planta hubiera estado funcionando, Mar del Plata no tendría que haber cortado el gas domiciliario”, enfatizó García.
A esa situación se sumó la reciente desregulación de las garrafas y el proyecto del ministro Federico Sturzenegger para retirar a Mar del Plata del régimen de zona fría, lo que encarecería aún más las facturas. Según estimaciones del concejal, una factura promedio que hoy asciende a $70.000 podría elevarse hasta $100.000 sin el subsidio zonal.
García también cuestionó al intendente Guillermo Montenegro por haberse limitado a “aludir al clima crudo” y no reclamar con la misma contundencia la reactivación de las obras postergadas. “El intendente busca un lugar en las listas libertarias, pero el pato lo están pagando todos los vecinos”, denunció el edil, al tiempo que recordó que hace dos años están paralizadas obras pluviales de gran envergadura, tampoco impulsadas por la gestión municipal.
Con comercios cerrados, escuelas suspendiendo clases y familias a la deriva intentando improvisar métodos de calefacción, Mar del Plata permanece en alerta. El reclamo de vecinos e instituciones se amplifica día a día, mientras aguardan la restitución del servicio y la concreción de las ampliaciones de red que garanticen un suministro estable en los inviernos venideros.