Cuando habitualmente se habla de los fondos comunes de inversión que operan en el mercado de Chicago se especula con el carácter coyuntural que les imprimen estos actores a las cotizaciones en dicho mercado. No obstante, analizar con detenimiento las posiciones de los “fondos”, y su comportamiento a través del tiempo, puede mostrarnos situaciones más estructurales. Por ejemplo, si observamos la posición que ostentaban dichos actores en el mercado de la soja a mediados de junio, se notaba claramente un nivel neto de compras por algo más de millón y medio de toneladas.
Sin embargo, en el mismo período en el maíz era de casi 35 millones de toneladas en el sentido opuesto (sobreventas). La pregunta que cabría hacer aquí es: ¿cuál sería la razón de semejante dispersión entre ambos productos? Y la respuesta está más vinculada a los “fundamentals” de mercado que a cualquier otra cuestión más especulativa y/o coyuntural.
En este sentido, las proyecciones que muestra el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) para la campaña 2025/26, son muy elocuentes y marcan una pauta que sigue siendo fundamental: Chicago queda en EE.UU.. Mientras que el esquema de oferta y demanda para la oleaginosa y el forrajero a nivel mundial, muestran escenarios más promisorios que los del actual ciclo 2024/25, sobre todo en el caso del cereal, la situación en Estados Unidos resulta muy diferente. El crecimiento en el área maicera, confirmado e inclusive aumentado en el último reporte de área y stocks trimestrales del citado organismo, se contrapone con la caída en superficie por parte de la soja, que también fue confirmada e incluso reducida en el mencionado reporte trimestral. Esta situación genera un escenario más holgado para el forrajero, al tiempo que ajusta los inventarios para la oleaginosa en niveles que no tolerarían un rendimiento que no fuese récord. De más está decir, que como siempre el clima tendrá la última palabra, pero más allá de lo que ocurra meteorológicamente, los fondos de inversión tienen muy claro lo recientemente comentado.
Por ahora, y solo por ahora, la condición de los cultivos muestra guarismos casi ideales. Pero el mercado climático en Estados Unidos, y el hemisferio norte todo, recién está comenzando. Sabido es que la floración de los maíces es en el corriente mes de julio y el llenado de granos de la soja es en agosto. Cualquier “chispazo” que haya en materia climática podría generar reacciones en los precios muy violentas. Sobre todo, si tenemos en cuenta que los precios de los tres principales granos en Chicago ajustados por inflación se ubican en niveles históricamente bajos.
Entramos en la “temporada de oportunidades”. Y en un mercado local en donde los derechos de exportación (DEX) volvieron a los porcentajes previos al decreto 38/2025, “las oportunidades” no debieran ser desperdiciadas. A partir de ahora, y con una plaza local en vías de una desregulación total, la exposición de nuestros precios locales respecto a la plaza internacional va a ser mucho más evidente. Resulta una condición necesaria y mucho más suficiente, desempolvar los libros que hablan sobre los mercados de Futuros y Opciones. Sin lugar a duda, el momento de utilizar las estrategias comerciales más sofisticadas ha llegado.
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El autor es socio de Nóvitas SA.