Tamara Falcó e Íñigo Onieva están de enhorabuena. Este martes 8 de julio hace dos años que se dieron el ‘sí quiero’ en una boda de ensueño en el Palacio El Rincón y, como no podía ser de otra manera, han celebrado su segundo aniversario como marido y mujer con un plan muy especial.
Tal y como ha adelantado ‘Ok Diario’ en exclusiva, la hija de Isabel Preysler y el empresario han disfrutado de un fin de semana romántico en La Provenza francesa. Aunque se especuló con que la marquesa de Griñón había viajado con Ana Boyer y su cuñado Fernando Verdasco a Gran Canaria para ver a su hermano Enrique Iglesias en concierto, lo cierto es que el viernes cogía un vuelo a Marsella en compañía de su pareja para celebrar por adelantado sus dos años de casados.
Una escapada de la que apenas ha trascendido ningún detalle, ya que en esta ocasión ni Tamara ni Íñigo han compartido ninguna imagen en sus redes sociales, apostando por mantener en la intimidad su viaje, uno de los más especiales no por el destino -en el que han aprovechado para conocer las localidades más pintorescas de La Provenza francesa-, sino por lo que significa: el plan perfecto para conmemorar sus ‘bodas de algodón’ en uno de los mejores momentos de sus vidas.
A pesar de que la colaboradora de ‘El Hormiguero’ ha confesado recientemente que han decidido aparcar sus planes de paternidad, interrumpiendo el proceso de fertilidad que había iniciado meses después de su enlace para cumplir su sueño de quedarse embarazada, tanto Íñigo como ella viven un momento muy dulce a nivel profesional. Y, en lo personal, están más enamorados que nunca.
Y así lo han demostrado a su regreso a Madrid tras celebrar su aniversario en Marsella, sumando así un nuevo destino a los innumerables viajes que han hecho desde que se dieron el ‘sí quiero’. Tal y como Europa Press ha captado en exclusiva, la pareja aterrizaba en la capital a última hora de la tarde de este domingo e, intentando pasar desapercibidos, han utilizado el servicio premium del aeropuerto de Adolfo Suárez.
Derrochando risas y complicidad, Tamara e Íñigo han caminado por la terminal dirección al coche que les esperaba, felices y relajados tras su escapada romántica en esta fecha tan señalada. Mientras el empresario, con atuendo deportivo, llevaba en la mano lo que parecía un cuadro de grandes dimensiones envuelto en papel marrón, la marquesa de Griñón ha dado una nueva lección de estilo con un look de lo más favorecedor en clave veraniega: falda larga de talle alto con varios volantes y estampado de girasoles, blusa a rayas celestes y blancas, sandalias planas en marrón con maxi hebilla dorada, bolso tipo bandolera de piel nude, y un borsalino de rafia en la mano.