En medio de una de las etapas más intensas para el turismo interno, los trabajadores encargados de la seguridad y gestión del tránsito aéreo decidieron avanzar con un plan de protestas que amenazan con complicar la operación de vuelos en todo el país. La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa), el gremio que agrupa a quienes se desempeñan como controladores aéreos y personal clave para la navegación, resolvió cesar sus tareas durante varios días de julio, coincidiendo con el receso escolar de distintas jurisdicciones.
El cronograma definido abarca fechas que van del 11 al 30 de este mes, afectando principalmente los despegues en todos los aeropuertos bajo jurisdicción nacional. Según detallaron desde la organización sindical, la modalidad consistirá en paralizar actividades claves como la autorización de maniobras en pista, el intercambio de planes de vuelo y la coordinación de movimientos de aeronaves, lo que inevitablemente podría traducirse en cancelaciones y retrasos de gran magnitud.
El impacto de la medida se vuelve aún más delicado porque se implementará justo cuando millones de pasajeros se trasladan por el país para aprovechar las vacaciones de invierno. Desde esta semana, provincias como Córdoba, Mendoza, San Juan, Tucumán, Río Negro, Santa Fe y otras ya iniciaron el receso escolar, mientras que Buenos Aires, la ciudad de Buenos Aires y Chaco lo harán entre el 21 de julio y el 1° de agosto. El calendario sindical contempla días clave como el 11, 12, 13, 15, 18, 20, 24, 25, 27 y 30 de julio, lo que coincide con el pico de demanda aérea.
El sindicato sostiene que llegó a esta instancia tras un extenso conflicto que se remonta a marzo pasado y que, aseguran, se mantiene sin avances concretos. Denuncian falta de respuestas por parte de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) y de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), a quienes acusan de presentar informes “parciales” para desacreditar los reclamos y obstaculizar la organización de las protestas.
Un conflicto que se extiende a todo el sector
El reclamo de los controladores no es el único que golpea a la industria aérea argentina. Los cinco sindicatos con mayor representatividad —los pilotos agrupados en APLA, el personal jerárquico de UPSA, los empleados de tierra de APA, la Asociación de Aeronavegantes y la propia Atepsa— decidieron sumar fuerzas. Para mañana, jueves 10, está previsto un plenario conjunto, en el que se debatirá la posibilidad de desplegar medidas coordinadas en rechazo a lo que describen como un intento de “desguace y liberalización indiscriminada” del mercado aerocomercial.
Entre los puntos más sensibles figura la preocupación por el futuro de Aerolíneas Argentinas, la operadora de rampas Intercargo y la compañía estatal Optar, ante la sospecha de posibles privatizaciones o recortes de fondos. Según denuncian, la estrategia oficial apunta a abrir el sector a operadores privados sin garantizar condiciones de competencia equitativas, lo que a su entender pondría en riesgo fuentes de trabajo y estándares de seguridad.
Otro de los ejes del conflicto gira en torno al decreto 378/2025, que modificó de forma unilateral los tiempos de descanso de las tripulaciones y extendió el tope de horas de vuelo permitido. Para los pilotos de líneas comerciales, esta medida supone un deterioro directo de las condiciones de trabajo y de la seguridad operacional. A pesar de la suspensión provisoria de la normativa por tres meses, la resolución todavía está en vigor, generando incertidumbre entre los gremios.
En respuesta, las organizaciones sindicales elevaron una denuncia formal ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alegando que el Gobierno vulnera el derecho constitucional de huelga al declarar la actividad aeronáutica como “servicio esencial”. Argumentan que la calificación limita excesivamente la capacidad de adoptar paros totales, ya que la legislación vigente obliga a sostener servicios mínimos para evitar riesgos en la operación aérea.
Desde APLA adelantaron a este medio que recién mañana, durante la asamblea, se definirá si se avanza con un paro nacional, una medida que se sumaría a las acciones de fuerza de los controladores aéreos y que podría tensar aún más la situación en los aeropuertos del país.