“Jodan todo lo que quieran, los espero el 11 de diciembre”. Las declaraciones que hizo Javier Milei hoy en El Observador, en las que eligió desafiar abiertamente al pleno de los gobernadores, denotan que el Presidente, enojado, optó por acelerar en un camino de confrontación, que no contemple ni siquiera la contención de los aliados. Es, en definitiva, un cambio de fondo en la estrategia oficial: hasta ahora, el Gobierno decía “no hay plata”, pero buscaba evitar sobresaltos en la gobernabilidad. Hoy, la decisión es ir al choque en todos los frentes. Milei acusó a los gobernadores, sin distinción, de querer “destruir” a su Gobierno.
Lo que dijo tiene un fuerte impacto en el seno del Gobierno: el Presidente bajó el martillo a favor de la línea dura, que, sin abrir la billetera para los gobernadores (por indicación del ministro de Economía, Luis Caputo) tampoco prevé gestos en materia electoral. Es el ala que hoy encarnan el titular de Diputados, Martín Menem, y el brazo político de Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem. Así, la Nación no cede ante los reclamos de fondos que hicieron los mandatarios provinciales, pero tampoco muestra generosidad en las negociaciones electorales que se están dando en los distritos de cara a octubre, en los que La Libertad Avanza (LLA) quiere imponer el poder de la lapicera.
Según pudo reconstruir LA NACION de altas fuentes de la Casa Rosada, en los últimos días, el Presidente había dado la orden de promover acuerdos provinciales que apuntaran a “cuidar lo nacional”, en detrimento -si era necesario- de las aspiraciones de LLA a nivel provincial. Pero el vacío que hicieron los gobernadores por el acto del 9 de Julio que iba a celebrarse ayer en Tucumán -y que se suspendió con la excusa de las dificultades climáticas- enardeció al Presidente. “Las fuerzas del cielo mandaron la neblina, pero Milei quedó caliente, cree que los gobernadores quieren complicar al Gobierno”, dijo una alta fuente oficial.
En rigor, la Casa Rosada solo hizo una invitación vía mail a los mandatarios provinciales, que se vienen sintiendo completamente destratados.
Ala “acuerdista”
En este clima de hostilidad, en el Senado la oposición podría forzar este jueves el tratamiento del proyecto de jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad. El dictamen de esas iniciativas están objetadas, por lo que el oficialismo dice que deberían reunir el aval de los dos tercios de los presentes para habilitar su debate en el recinto. También están en carpeta los dos proyectos promovidos por los 24 gobernadores para coparticipar el impuesto a los combustibles líquidos y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
“Voy a demostrar acá que no va a pasar nada. Todo lo que puedan hacer de daño va a tener un impacto transitorio porque después de que los aplastemos en las elecciones vuelvo a poner las cuentas en orden a la brevedad. Va a tener un impacto negativo transitorio pero la política de equilibrio fiscal es permanente. Jodan todo lo que quieran, los espero el 11 de diciembre. Va a ser un efecto negativo transitorio. Estamos absolutamente tranquilos de que no va a pasar nada”, desafió hoy el jefe del Estado.
La actitud beligerante de Milei complicó así al sector “acuerdista” que encarnan el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor presidencial, Santiago Caputo. En el caso del ministro coordinador, los dichos del Presidente, emperoraon las chances (escasas) de contar con el favor de los aliados en la sesión del jueves, en la que puede tratarse una batería de temas con impacto fiscal.
A principios de junio una comitiva de 24 gobernadores le reclamó al Gobierno que coparticipe el impuesto a los combustibles líquidos y los ATN. Por entonces, Francos consideró que el planteo era razonable. Pero luego, el tema pasó a ser analizado por el Ministerio de Economía, que rechazó de plano la propuesta e hizo una contraoferta con gusto a poco. Para el Gobierno, el pedido de los gobernadores puede poner en jaque la meta de superávit fiscal pautada con el Fondo Monetario Nacional (FMI). Ahora el Senado se apresta a tratar la idea de los gobernadores con formato de proyecto de ley.
Santiago Caputo, que mantiene una interna con los Menem, es de los que venía pugnando para que el gobierno compensara con política aquello que no podía contener con plata. Era el que, en las reuniones de cúpula, venía alertando por los problemas de gobernabilidad que se le pueden detonar al Gobierno si no hace una contención de tipo electoral, que permita contener la situación hasta el recambio de las Cámaras y tener mejor musculatura en el Congreso a partir de diciembre. Eso implicaría no inmiscuirse en los comicios provinciales que más interesan a los gobernadores (que LLA no corra en determinadas provincias) a cambio de sumar más manos en el Congreso para poder hacer reformas de fondo en la segunda mitad del mandato.
Pero esa postura más proclive a cuidar la gobernabilidad, con los dichos de Milei, hoy quedó eclipsada. El lunes hubo una reunión de mesa política para analizar el panorama adverso que le espera al Gobierno esta semana en el Congreso y, a diferencia de otras oportunidades, Caputo -que ya tiene una enemistad abierta con los Menem- no estuvo.
“Hoy ya trabajamos con la idea de que una victoria en octubre va a ser lo que ordene”, reconoció una alta fuente oficial. Se impone así la mirada del karinismo, que considera que en temporada electoral, no tiene sentido buscar acuerdos con los aliados o darse una estrategia para evitar una catarata de derrotas en el Congreso. Y que en cambio conviene exponer a la oposición -aliada o no- como obstruyendo el devenir del Gobierno.
En esa línea, Milei dijo: “Habría que ver si la oposición que tiene cierta afinidad con el Gobierno está dispuesta a avalar un programa populista dedicado a romper el equilibrio macroeconómico para volver al poder”.
El Presidente también depositó en la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien está profundamente peleado, la suerte de la sesión de este jueves. “Veremos qué hace [la vice]. Esperemos que defienda los porotos como corresponde, los pingos se ven en la cancha”, soltó.