La guerra que libran Paulina Rubio y Colate Vallejo-Nágera en los tribunales desde hace más de una década parece no tener fin, y ahora ha llegado a un punto álgido que podría marcar un antes y un después. Después de protagonizar un altercado a finales de mayo con su hijo Nico (14) en su mansión de Miami, cuando presuntamente habría agredido físicamente al menor tras una discusión por quitarle el móvil para que no llamase a su padre, la artista mexicana ha denunciado en la Corte de Florida que lleva sin ver al niño desde hace un mes y ha acusado a su exmarido de secuestro.
La cantante ha recurrido a la Justicia y ha solicitado una audiencia de emergencia para que le «devuelvan» inmediatamente a su hijo, asegurando que el empresario le tendría «retenido» desde su graduación, que se celebró el pasado 5 de junio. Paulina sostiene que desde entonces Colate ha impedido que el joven regrese a su casa con ella y que, con el fin de sacarlo de Miami y llevárselo a España, le tendría «marginado» y le estaría «programando» (es decir, que le estaría manipulando).
Una grave acusación a la que Colate ha respondido ante la jueza, defendiendo que ha asumido la custodia de Nico para «protegerle» y «evitar que siguiera siendo agredido por su madre». Además, ha asegurado que llevó a su hijo a la casa de la mexicana, pero que al no encontrarla allí optó porque el menor se quedase a su cuidado, afirmando que Nico «probablemente está pasando por el peor momento de su vida».
Una vista judicial muy tensa tras la que la jueza ha decidido que toda la familia siga recibiendo terapia especializada para resolver sus diferencias, autorizando además al niño, en contra de los deseos de Paulina, a viajar a Nico a España para disfrutar de las vacaciones de verano con su padre. Un duro golpe para la cantante, que además tendrá que acompañar a su hijo a nuestro país y también recogerlo cuando le corresponda, apuntando que así se asegura de que Colate no lo tiene «secuestrado» como afirma.