El Hospital Prof. Dr. Juan P. Garrahan está por sumar una intervención quirúrgica inédita en el sistema de salud pública: el trasplante de intestino en pacientes pediátricos. Se trata de un procedimiento de alta complejidad que hasta ahora solo se había llevado a cabo en dos instituciones privadas del país y que resulta fundamental para tratar casos graves del Síndrome del Intestino Corto (SIC), una enfermedad poco frecuente pero de alto impacto.
Este programa representa un nuevo avance en la ampliación de los servicios que brinda el hospital. Con una trayectoria consolidada en trasplantes hepáticos, renales, cardíacos y de médula ósea, el Garrahan busca ahora dar una respuesta concreta a niños que enfrentan una condición compleja.
La noticia se conoce en momentos en los que los profesionales del hospital reclaman por una recomposición salarial y mejores condiciones salariales.
El trasplante de intestino es una alternativa terapéutica indicada en pacientes cuyo intestino no tiene la longitud suficiente para absorber los nutrientes necesarios. Esta situación puede deberse a una malformación congénita o a la resección del órgano por diferentes causas. Quienes padecen esta condición suelen depender de nutrición parenteral (alimentación intravenosa), lo que a largo plazo puede generar múltiples complicaciones: desnutrición, problemas hepáticos, infecciones frecuentes, dificultades en el crecimiento y deterioro de la calidad de vida.
“La posibilidad de realizar este tipo de trasplante busca que el paciente vuelva a alimentarse por boca y pueda llevar una vida normal”, dijo Oscar Imventarza a LA NACIÓN. El cirujano, que lidera al equipo que impulsó el proyecto, explicó que el hospital se viene preparando desde hace muchos años para poder concretar este programa. “Se necesitan diferentes grupos que han viajado al exterior para formarse y estamos consolidando al equipo y terminando o empezando los procesos de habilitación para este tipo de procedimientos”, detalló.
El avance se da en un contexto donde, hasta ahora, los únicos centros que realizaban esta operación eran privados. El acceso, entonces, estaba limitado a quienes podían afrontar los costos o contaban con una cobertura que lo garantizara. Por eso, la incorporación de esta cirugía en el Garrahan representa un cambio significativo en términos de equidad en salud.
Pacientes identificados
Según explicó el equipo médico, el Garrahan ya tiene identificados al menos 16 pacientes en seguimiento con esta condición. No todos ellos requerirán necesariamente un trasplante, pero la apertura del programa representa una oportunidad concreta para los casos más severos. “Todo paciente que no tenga tratamiento médico para esa insuficiencia o ese intestino corto se va a poder beneficiar de este tipo de tratamiento”, dijo Imventarza a LA NACIÓN.
El trasplante intestinal es una de las cirugías más complejas dentro de los trasplantes de órganos sólidos. Implica no solo una intervención quirúrgica de alta precisión, sino también un seguimiento intensivo a largo plazo, dado el riesgo elevado de rechazo del órgano y las complicaciones infecciosas. Por eso, uno de los principales desafíos para habilitar esta práctica en el sector público fue consolidar un equipo multidisciplinario capacitado, con entrenamiento internacional y experiencia acumulada en otras áreas de trasplante.
Además de la formación del equipo, fue necesario avanzar en el proceso de habilitación del hospital para este tipo de intervención, tanto a nivel institucional como normativo. Uno de los factores que destrabó el camino fue la reciente modificación legal que habilitó el trasplante en asistolia, es decir, la posibilidad de utilizar órganos de pacientes con muerte cardíaca controlada. Esta ampliación en el tipo de donantes habilitados podría aumentar la disponibilidad de intestinos viables para trasplante, una de las principales limitaciones históricas para avanzar con este tipo de cirugías.
En paralelo, el hospital también está trabajando para reforzar su capacidad operativa en otras áreas de trasplante. En los últimos meses, duplicaron el número de trasplantes renales y hepáticos, con el objetivo de mejorar el acceso de los pacientes pediátricos a estas prácticas. El nuevo paso que implica el trasplante de intestino se enmarca en esa misma lógica: ampliar el alcance de la medicina pública a través de equipos altamente especializados.
Imventarza destacó el compromiso colectivo del hospital para avanzar en esta dirección. “Seguimos trabajando el equipo completo del hospital para este tipo de procedimientos”, dijo a LA NACION.
El Garrahan espera poder iniciar los primeros trasplantes en los próximos meses, una vez que concluyan todos los procesos administrativos y técnicos necesarios. El proyecto cuenta con el respaldo del Incucai y se suma a una serie de hitos recientes del hospital, que incluyen intervenciones pioneras en otras áreas quirúrgicas pediátricas complejas.