Durante los últimos días, el nevado Alpamayo, ubicado en la Cordillera Blanca de Áncash, vuelve a ser centro de atención para la comunidad andinista y turística. No por una nueva hazaña deportiva ni por imágenes espectaculares, sino por una alerta técnica de seguridad emitida por la Asociación de Guías de Montaña del Perú (AGMP). La organización comunicó que se detectó la formación de un “hongo” de nieve —una acumulación potencialmente peligrosa— en la ruta habitual de ascenso, muy cerca de la cumbre.
El fenómeno no es completamente nuevo para quienes recorren las montañas del Perú, pero su presencia modifica las condiciones normales de la vía. Según los expertos, este tipo de formación puede desestabilizarse sin previo aviso, lo que implica riesgos que no deben subestimarse. A pesar de ello, la AGMP aclaró que no se trata de una prohibición generalizada para subir, sino de una advertencia técnica que exige atención y decisión informada en terreno.
La comunidad de guías oficiales y operadores de turismo compartieroln imágenes y reportes recientes que confirman la presencia de la estructura. Uno de ellos es César Augusto Vicuña Pajuelo, experimentado guía de alta montaña, quien expuso el peligro latente: “Este tipo de estructuras no siempre es visible desde el ángulo de ascenso, lo que incrementa el riesgo”, advirtió. Las autoridades recalcan que no se debe tomar a la ligera la situación, especialmente en contextos de turismo masivo o expediciones sin suficiente preparación técnica.
Riesgos técnicos en una montaña emblemática
El Alpamayo es considerado por muchos como una de las montañas más fotogénicas del planeta. Su silueta puntiaguda y sus paredes casi perfectas han sido retratadas en revistas especializadas y catálogos de expediciones. Sin embargo, la montaña también impone condiciones que no pueden enfrentarse sin conocimiento preciso del entorno.
La AGMP explicó que el “hongo” de nieve detectado en recientes ascensos representa un cambio relevante en la morfología de la ruta. Estas estructuras pueden formarse por acumulación de viento y nieve, generando una cornisa que puede colapsar al paso o ante vibraciones mínimas. El problema es que muchas veces no se perciben desde el ángulo habitual de progresión, lo que reduce el margen de reacción.
Ante esta situación, la organización remarcó la necesidad de consultar siempre con Guías Oficiales de Montaña certificados, quienes cuentan con el entrenamiento adecuado para identificar riesgos y tomar decisiones en altura. “La seguridad en ambientes de alta montaña se sostiene sobre tres pilares: una planificación rigurosa, acceso a información actualizada y la aplicación de un criterio técnico especializado en terreno”, puntualizó la AGMP en su pronunciamiento.
Alternativas y decisiones en la ruta
La advertencia no implica que el Alpamayo esté cerrado. Tampoco significa que se haya perdido la posibilidad de alcanzar la cumbre. Lo que sí exige es un cambio de enfoque. Los guías sugieren evaluar en terreno si la vía tradicional es segura y, si no lo fuera, contemplar rutas alternativas. Para ello, es indispensable conocer bien el glaciar, los puntos de anclaje y la lógica del ascenso en condiciones variables.
Equipos de rescate y autoridades regionales también han recomendado que se mantenga una vigilancia constante sobre las condiciones meteorológicas, ya que estas influyen directamente en la estabilidad de formaciones como la que se reporta actualmente. Cualquier decisión apresurada, guiada solo por el deseo de alcanzar la cumbre, puede tener consecuencias graves.
El comunicado de la AGMP también hace un llamado a fomentar una cultura de prevención en las actividades de montaña. Aunque el atractivo del Alpamayo continúa motivando a montañistas de todo el mundo, el respeto por sus condiciones naturales no puede ceder ante el entusiasmo. “Invitamos a la comunidad a mantenerse informada a través de nuestros canales oficiales y a fomentar una cultura de prevención y responsabilidad en cada expedición”, declaró la asociación.
En esa misma línea, se reiteró que cualquier expedición a zonas de altura debe estar guiada por profesionales con acreditación formal. Los Guías Oficiales de Montaña en el Perú pasan por un proceso de formación que incluye técnica en escalada, meteorología, primeros auxilios y liderazgo en situaciones extremas. Su rol no es solo orientar el camino, sino tomar decisiones críticas cuando las condiciones cambian.
Los informes actuales sobre el Alpamayo, aunque específicos, se insertan en un contexto más amplio. Las montañas del Perú reciben cada vez más visitantes, muchos de los cuales llegan sin el equipamiento ni la preparación necesaria. Las advertencias, como la que se ha hecho pública en los últimos días, buscan prevenir accidentes que podrían evitarse con planificación y conocimiento.