“La ética médica impide discriminar a un paciente, y menos por razones políticas”, afirmó el presidente Gustavo Petro tras conocer la denuncia sobre una presunta negativa en la atención médica basada en diferencias políticas.
El jefe de Estado se refirió al caso surgido en una clínica de Pereira, donde un video difundido en redes sociales involucró a la cirujana Carolina Álvarez Tapias y motivó que solicitara la intervención de la Superintendencia Nacional de Salud.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel
El incidente se originó por una grabación realizada por el acompañante de una paciente que esperaba una cirugía de cáncer de mama.
En las imágenes se escucha: “La señora dice que el culpable de que estemos así es Gustavo Petro. Nosotros ponemos nuestra posición y la señora está diciendo que no va a operar a mi esposa porque estoy defendiendo a Gustavo Petro. No tiene por qué una mastóloga hablarme de Gustavo Petro aquí, esa no es su función”.
Esta denuncia, compartida masivamente, generó críticas y solicitudes de investigación. En respuesta a la controversia, la cirujana Carolina Álvarez Tapias compartió su versión, asegurando que el episodio tuvo un impacto en su vida personal y profesional.
En diálogos con la revista Semana relató que inicialmente quiso mantener silencio, pero el alcance de los señalamientos la llevó a aclarar lo sucedido.“No (lo hago) para defenderme, sino para quienes me conocen y quienes aún no me conocen puedan comprender desde dónde actúo y por qué hago lo que hago”.
En medio de su relato, la cirujana detalló que en consulta recibió a una paciente oncológica, quien aguardaba su cirugía desde hacía meses. Explicó: “En la consulta, intenté explicarle, con honestidad, que el retraso en el proceso no era por falta de voluntad médica, sino porque había un cambio de entidad y, además, para nadie es un secreto que estamos atravesando un momento crítico en el sistema de salud, donde muchos procesos están demorados”.
La profesional describió al medio mencionado cómo la tensión escaló en su consultorio: “La familia se sintió aún más frustrada y lo que comenzó como una conversación médica terminó convirtiéndose en un momento de tensión y malestar. Se le elevaron los tonos y empezaron a grabar sin autorización, y surgieron acusaciones que no corresponden a la realidad, como que me negaba a atender pacientes por razones políticas. Eso no es cierto y nunca lo ha sido”.
Desde su experiencia, recalcó: “Jamás, en mis años de ejercicio profesional, he negado a una persona el servicio por pensar distinto a mí”. De esta manera, Carolina explicó a la revista Semana que “atiendo a personas hace muchos años en hospitales públicos y privados de todos los contextos con la misma vocación y respeto, pero también he aprendido que cuando la consulta médica se transforma en un espacio de conflicto, donde no hay tranquilidad ni respeto, la relación médico-paciente se ve afectada, y lo más sano para ambas partes es cerrar ese encuentro. Presionar para continuar en medio de una situación tensa puede generar, incluso, más daño que ayuda”.
La especialista agregó al medio mencionado que “por eso, en ese momento, tomé la decisión de finalizar la consulta, sabiendo que otro médico, con las mismas capacidades mías, podía atenderlos inmediatamente”.
La cirujana concluyó su testimonio al medio mencionado, manifestando empatía hacia la familia afectada: “A estas personas, lamento que hayan vivido esta situación con angustia y molestia. Por respeto a mi historia, a las personas que han caminado todos estos años conmigo, necesitaba expresar, con claridad, mi verdad y desde el corazón. Aquí sigo con la vocación intacta, trabajando cada día con la misma vocación ética y el mismo amor que me llevaron a elegir este camino”.