Al regreso de su trabajo, en un local de blanquería, Silvia fue sorprendida por dos delincuentes mientras descendía de su vehículo. Luego de un violento forcejeo, los ladrones le quitaron la llave e intentaron escapar, pero la mujer volvió a ingresar al auto y terminó secuestrada. Un móvil de LN+ dialogó con ella para reconstruir la historia.
“Después de que me quitaran las llaves volví al auto porque no los vi muy convencidos”, relató Silvia. Al verlos inexpertos, la mujer creyó que podría neutralizar a los delincuentes quienes, al verla regresar, se resistieron y la secuestraron.
“Apenas me subí empecé a forcejear con el conductor, pero aceleró y el acompañante me empezó a pegar. Anduvimos unas cuadras con la puerta trasera abierta, hasta que la cerraron”, agregó. Según su testimonio, recorrió más de cuarenta cuadras con los ladrones. Durante todo ese recorrido le pegaron golpes de puño en el rostro.
Cuando el delincuente que iba en el asiento del acompañante se pasó para atrás, “temí lo peor”, manifestó Silvia. “Por los soportes de celular que tengo en el auto creyeron que era policía y me pedían que les dé mi arma”, resaltó la mujer.
Luego de ese periplo, los delincuentes la arrojaron en una calle, en la zona del Camino del Buen Ayre, autopista que conecta el Acceso Norte con el Acceso Oeste de Buenos Aires. “Allí me ayudó una persona y pude hacer la denuncia”, apuntó.