En un potente pronunciamiento dirigido al presidente Gustavo Petro, el líder afrodescendiente Alí Bantú Ashanti reafirmó su compromiso político con las luchas históricas del pueblo negro en Colombia y habló sobre su precandidatura presidencial, respaldada por diversas organizaciones que integran el Movimiento Político Somos Pueblo.
En sus palabras: “No habrá democracia en Colombia sin nosotros y nosotras, no habrá cambio sin los sectores empobrecidos disfrutando también de las riquezas de este país”.
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La declaración fue emitida como respuesta directa a una publicación del mandatario el 20 de julio, en la que informaba que varias organizaciones afro se habían adherido al Pacto Histórico y presentaban a Alí Bantú como precandidato presidencial. En ese mismo mensaje, Petro defendió la inclusión de todas las diversidades en el país y reiteró: “En el país democrático que construimos, caben todas y todos”.
Alí Bantú definió su precandidatura dentro de un proyecto político que considera contrahegemónico, comparándolo con revoluciones históricas como la de Haití. Recurrió a referencias simbólicas y reales que evocan la historia de lucha de los pueblos afrodescendientes: “Fueron los palenques quienes derrotaron al sistema esclavista y producto de ello, San Basilio de Palenque fue el primer pueblo libre de América”.
Con un fuerte contenido de justicia social, su mensaje propone una empatía radical negra como eje de transformación, que no excluye, sino que se entrelaza con otras luchas: por la diversidad sexual, los derechos indígenas, campesinos y de los sectores marginados. “No habrá paz si los campesinos y los indígenas no tienen tierra para sembrar y vivir. Y no seremos verdaderamente antirracistas si no compartimos el pan y garantizamos la vida”, sentenció.
Lejos de tratarse de un simple acto testimonial, el líder de Somos Pueblo subrayó que su aspiración presidencial “no es un gesto simbólico. Es la forma que encontramos para decir: estamos aquí, existimos, resistimos y persistimos por un futuro abierto para todos y todas”.
La apuesta busca visibilizar el lugar protagónico que, según sus palabras, ha tenido históricamente el pueblo negro en las transformaciones sociales de Colombia: desde los palenques hasta la elección del primer gobierno de izquierda en 2022, donde —según recuerda— “con una votación histórica de más del 80% elegimos el primer gobierno de izquierda de Colombia, a pesar de nuestra esperanza rota por siglos”.
El pronunciamiento de Bantú se da en un contexto de tensiones internas dentro del Pacto Histórico, marcadas por el reclamo de sectores afro por mayor representación y coherencia política. En una carta enviada el 19 de julio, varias organizaciones, entre ellas Somos Pueblo, expresaron que “la promesa de justicia solo se cumple si quienes han sido excluidos ocupan un lugar central en la vida política y social”.
La reacción de Petro también parece responder a estos reclamos. En su publicación, además de anunciar la precandidatura de Alí Bantú, aclaró que “ningún negro debe venir a excluir a nadie por su condición sexual” y comparó esta postura con prácticas racistas históricas, como las del nazismo. Concluyó afirmando que “la igualdad es de todos los colores”.
Cabe recordar que Alí Bantú ha expresado su alarma por el aumento de la violencia y discriminación contra la población afrodescendiente: “Desde el colectivo Justicia Racial hemos visto con preocupación el aumento de los casos de violencia policial contra población afrodescendiente. No es una percepción: es un patrón”.
A ello se suman nuevas dinámicas del conflicto armado y políticas antidrogas que, en su opinión, siguen afectando de manera desproporcionada a las comunidades afro: “La política antidrogas, lejos de proteger, sigue arrasando (…) Las fumigaciones, la militarización, la criminalización del campesinado afro y las economías informales están profundizando la pobreza y la exclusión”.
Frente a estos desafíos, el activista ha señalado varias soluciones. Una de ellas, la necesidad de desmantelar el racismo institucional normalizado: “Las instituciones, muchas veces sin darse cuenta —o sin querer darse cuenta—, reproducen lógicas coloniales que excluyen, minimizan o criminalizan a la población afrodescendiente”.