Pese a que se dijeron muchas cosas a través de otros y aunque hoy están muy en desacuerdo en torno a asuntos nodales del proyecto político que construyeron juntos para ganar en 2023, Karina Milei y Santiago Caputo no cortaron vínculo. Por necesidad, porque aún pesa la “causa mayor” -o por cierta hipocresía- ella aún no le puso el puntero en la frente al asesor presidencial como hizo con otros, como Ramiro Marra, sin un mínimo atisbo de piedad. El enfant terrible del Gobierno tampoco desertó. Es rebelde pero, ante todo, soldado. Al menos por ahora.
El famoso “triángulo de hierro” que el Presidente creó conceptualmente al inicio de su mandato para definir quiénes eran los que mandaban en su Gobierno, sin embargo, quedó totalmente dañado después del cierre de listas en la provincia de Buenos Aires ¿Existió realmente ese triángulo todo este tiempo? En el último año y medio, los tres vértices se reunieron a solas cada tanto, después de las esporádicas reuniones de gabinete en el despacho presidencial o en momentos políticos puntuales en Olivos. Pero nunca se generó un ámbito de encuentros frecuentes entre Milei, su hermana, y el asesor estrella, para tomar decisiones en conjunto. Lo que hizo Milei con su diagrama de poder, en rigor, fue dividir tareas: Karina el partido político; Caputo la comunicación y la gestión estratégica de las áreas del Gobierno que al jefe de Estado no le interesan (desde la Justicia hasta la salud, pasando por los servicios de inteligencia).
Alguien que conoce de cerca la dinámica de la cúpula libertaria comentó esta semana en la Casa Rosada: “No es que el triángulo de hierro se rompió, sino que mostró su verdadera fisonomía… como cuando se proyecta el negativo de una fotografía”.
Esta semana, durante la traumática crisis interna que dejó el cierre de las listas bonaerenses -en donde la estructura de punteros territoriales desplazó a la juventud militante- ambos vértices del poder se mandaron mensajes cifrados. Caputo dejó que hablaran por él tuiteros que, si bien no integran su equipo de influencers orgánicos, son claros amigos del “Salón Parravicini”, su centro de operaciones de la Casa Rosada.
Esteban Glavinich, más conocido en X como “TraductorTeAma”, trató a Sebastián Pareja (el armador bonaerense de Karina) de “pelotudo” y expresó el sentimiento de la militancia online mileísta. “El Iron Dome de Milei está en el amor de la gente, no en la política rentada. Lealtad no es obsecuencia”, escribió “Traductor”. Fue quien mejor expresó lo que no podían decir ni Caputo ni sus lugartenientes en el plano digital y político: Daniel Parisini (Gordo Dan); el titular del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en la Legislatura, Agustín Romo; la asesora Macarena Alifraco y el tuitero Lucas “Sagaz” Luna.
El soldado que ama a su líder es más temido que el que odia a su enemigo. Porque el amor, cuando defiende, no conoce límites. Porque esta es mi causa, y vale cada sacrificio. pic.twitter.com/1zO6mE7IQ7
— Enfant (@Enfant1984) July 24, 2025
Caputo, por su parte, cerró la cuenta en X que todo el sistema señalaba como suya, @MileiEmperador. Se le atribuyó un nuevo usuario, @MileiEmperor, pero -por algunas expresiones que usa- no está claro que esa sea su nueva identidad digital. El gurú, en cambio, habló de forma críptica con un viejo seudónimo (uno de los tantos que abrió en su larga vida tuitera paralela). La cuenta @Enfant1984 -que la semana pasada le había deseado feliz cumpleaños a Romo con una foto de ambos en Washington- publicó el último miércoles: “El soldado que ama a su líder es más temido que el que odia a su enemigo. Porque el amor, cuando defiende, no conoce límites. Porque esta es mi causa y vale cada sacrificio”.
El mensaje se publicó horas después de que Karina Milei escribiera su inédito y terminante tuit, en el que advirtió que criticar el armado de las listas bonaerenses -que ella comandó y que instrumentaron Pareja y los Menem- es considerado un acto de insurrección sin perdón: “La lealtad no es una opción: es una condición. Quien cuestione a quienes llevan esa bandera no está criticando un armado; está cuestionando al Presidente mismo y a la causa que nos trajo hasta acá”. El entorno de la secretaria General de la Presidencia también quiso amortiguar el misil después del disparo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que el mensaje de Karina era “para todos”.
Escala de valores
Lo otro que quedó al desnudo esta semana es la escala de valores que tiene el Presidente y su modelo de conducción. Ya se sabía que a Milei no le interesa perder tiempo en la cuestión política-partidaria y que delegó esa materia en su hermana. Ahora también quedó en claro que la subordinación, en LLA, está por encima de la pureza identitaria del proyecto. Es decir: no importa tanto si un cuadro político es el que mejor representa la “batalla cultural” como que obedezca a la autoridad. “Sí, Jefe”.
Así lo terminaron de entender quienes hablaron con el Presidente en las horas posteriores al cierre de listas del sábado pasado. Notaron que Milei -como Karina- reaccionaba mal ante las críticas al proceso de selección de candidatos, pese a que en las nóminas habitan exkirchneristas y exmassistas, entre otras especies raras. “Milei sintió que Santiago se metió en un terreno que no le correspondía. Por eso zanjó el tema a favor de Karina”, dijo alguien que conoce muy bien al primer mandatario. Principio de revelación.
Los referentes de Las Fuerzas del Cielo fueron ingenuos y creyeron que en el minuto final, Milei bajaría la instrucción de que su agrupación estuviera bien representada en las nóminas. Se ilusionaron la primera semana de junio, cuando Romo y Parisini almorzaron con el jefe de Estado en Olivos y le acercaron una lista de posibles candidatos “celestiales”. Quizás ese fue el principio del fin. “Los Milei dijeron que los pibes tenían que tener un lugar… Y Pareja les hizo caso: les dio un solo lugar”, ironizó un referente mileísta que siguió de cerca toda la trama.
El sábado del cierre, los referentes de Las Fuerzas del Cielo no solo se enteraron de que quedaban marginados. Se sintieron, directamente, humillados. Ese día ya había una lista corta de cuatro nombres en representación de la militancia digital: el secretario de Culto, Nahuel Sotelo; Lucas Luna; el influencer Mariano Pérez y el referente de Bahía Blanca, Felipe Ferrández. Al filo del cierre, Pareja dijo que solo quería a Pérez. Los “celestiales” replicaron que si les reservaban un único casillero, ellos tenían que elegir a su representante. Después de varias idas y venidas entre facciones libertarias -que dificultaron el cierre mucho más que la negociación con los aliados de Pro- Sotelo fue a firmar su candidatura en La Plata. Le dieron el quinto lugar de la lista de la tercera sección. Una última chicana que terminó de hundir a los tuitstars en el desgano.
Silenciar los cuestionamientos internos y mantener a raya a los librepensadores es un rasgo del liderazgo de los hermanos Milei. También son buenos dosificando los gestos de contención para evitar fugas que le puedan generar un daño mayor al proyecto. Así debe leerse la gestualidad del Presidente en La Derecha Fest en Córdoba, donde le regaló su discurso al Gordo Dan y lo llamó “coloso”.
Incógnitas de corto plazo
La gran incógnita que queda flotando es qué resultados concretos va a tener la estrategia electoral que impuso el karinismo en la provincia de Buenos Aires. En esos comicios, que tendrán lugar el 7 de septiembre, el Gobierno necesita “empujar la ola” para las elecciones de octubre que definirán el futuro del Congreso y marcarán la segunda mitad del mandato. No habrá tiempo de recalcular el plan: los candidatos nacionales deben inscribirse el 17 de agosto, es decir, tres semanas antes de que se abran las urnas bonaerenses.
El armado de las listas nacionales, de hecho, se puso en marcha este jueves por la tarde, en una cumbre partidaria que mantuvieron Karina y Martín Menem con los jefes de LLA de los 24 distritos del país. Fue en la sede porteña del partido, sobre la Avenida de Mayo. Quedó en claro que la lapicera seguirá en manos de las mismas personas y que la estrategia y el criterio de selección de postulantes será idéntico al que se aplicó en la provincia de Buenos Aires.
El diagnóstico de éxito electoral asegurado en la provincia no está tan claro. “Podíamos ser orgánicos sin perder identidad. A nuestro favor, hoy no hay nada enfrente porque el peronismo está roto. Si no ganamos en siete secciones es porque el armado fue un fracaso. Teníamos todo para hacer una buena elección”, reflexionó uno de los libertarios desencantados por el cierre.
Hay quienes creen, al interior de LLA, que la oferta electoral bonaerense entraña serios riesgos para los violetas. Una encuesta de CB Consultora indica que el PJ le puede sacar casi 20 puntos a los libertarios en la tercera sección electoral, el bastión histórico del peronismo que concentra el 35% del padrón. Si además la tercera vía (las alianzas de Hechos y Somos) puede generar daño en la segunda y la cuarta sección, el panorama para los violetas se complejiza.
Tampoco se sabe todavía si Santiago Caputo ocupará su rol natural en la campaña bonaerense: el de gurú. Si bien se busca preservar el vínculo del asesor con Karina, su relación personal con los Menem y con Pareja está muy rota como para trabajar en equipo. Más aún si el estratega cree que la materia prima para diseñar una campaña -el armado y los candidatos- no sirven demasiado.
Es un panorama muy distinto al que se vivía en la previa de las elecciones porteñas, allá por abril y mayo, cuando se había constituido una mesa conjunta para trabajar con la candidatura de Adorni, indiscutida por todos.
Frente a la crisis en la cúpula de su gobierno, Milei no hizo un replanteo de fondo. Según trascendió, el Presidente propuso, puertas adentro, un retoque: la idea es ascender a Guillermo Francos como “palomo de la paz”. El jefe de Gabinete -dicen que los hablaron con el primer mandatario- sería una “zona desmilitarizada” en la mesa chica. El Presidente se elevaría por encima de los tres. Del triángulo a una pirámide.
El problema es que sin un ámbito de decisiones coordinadas, no se comprende cómo se superarán las disfuncionalidades. Lo pueden contar los gobernadores, que hoy son los principales interlocutores del Gobierno para temas muy densos: las votaciones en el Congreso, el reclamo de los fondos para las provincias y los eventuales acuerdos electorales.
Así lo plantearon algunos de ellos hace diez días, cuando visitaron la Casa Rosada sin que nadie los viera. Fue el día que los mandatarios provinciales participaron de un cocktail nocturno en La Rural. Horas antes del ágape, Carlos Sadir (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Rolando Figueroa (Neuquén) se reunieron en la planta baja de la sede de gobierno con Francos; el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán; Karina y Eduardo “Lule” Menem.
“Los gobernadores les pidieron que dejen de jugar a los padres separados porque no se puede negociar sin una interlocución clara”, dijo un colaborador que dialogó con los mandatarios después del planteo. La respuesta que recibieron es que los resortes siguen divididos: Karina lo partidario-electoral; Caputo la comunicación y gestión estratégica; Francos la “política institucional”. Es decir, la búsqueda de acuerdos mínimos con la oposición que garantice la gobernabilidad en el Congreso.
Por lo pronto, hacia el final de la semana, comenzaron a palparse los esfuerzos por bajar la espuma. La tropa tuitera oficial se llamó a silencio en las redes sociales y Pareja, que había encarado un raid mediático, optó por bajar la exposición. Nadie descarta que Karina y Caputo hayan tenido una charla a solas en las últimas horas. Es momento de tragar saliva. Por la “causa”.