Cada minuto, en el mundo, se utiliza cerca de un millón de bolsas de plástico. Esas que, en promedio, se usan menos de una hora, pero tardan cientos de años en degradarse. Este dato, provisto por la ONU, pone en evidencia por qué crece entre las empresas la preocupación por reinventar el packaging y el material que lo compone.
“Observamos una creciente adopción del ecodiseño como un eje central para la sustentabilidad. Esto implica diseñar envases desde el origen para que sean reutilizables y reciclables, eligiendo materiales compatibles con la economía circular, reduciendo el uso de recursos vírgenes y fomentando la incorporación de contenido reciclado. Son procesos que consideran todo el ciclo de vida del producto”, advierte Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas.
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A su vez, “la reutilización se consolida como una meta concreta, tanto en los envases que encontramos en góndolas como en aquellos que usamos para transportar nuestras compras. También vemos un compromiso creciente por parte de la industria plástica en desarrollar envases más fácilmente reciclables y con mayor contenido de material reciclado, acercando productos ecológicamente amigables a los consumidores”, agrega Ramos.
El repensar los envases tiene hoy tanta importancia que Coca-Cola Argentina acaba de anunciar su plan de inversión de más de US$1400 millones en el país hasta 2028. “Dentro de este marco, destinamos recursos específicos para impulsar la retornabilidad, como uno de los ejes estratégicos del negocio”, dice Silvina Bianco, directora de Sustentabilidad para Argentina y Uruguay en Coca-Cola.
Entre las inversiones más relevantes se destacan: US$30 millones en Mendoza para nuevas líneas de producción de envases retornables que puso en marcha la embotelladora Coca-Cola Andina, y US$18,5 millones por parte de Reginald Lee para expandir este modelo en otras regiones. “Esta última inversión permitió poner en marcha una nueva línea que incrementa nuestra capacidad de producción de envases retornables RefPET de 2 litros y botellas de vidrio de 1 litro, formatos que reducen el uso de resina virgen. La línea incorpora tecnología avanzada para inspección automática, eficiencia energética y tiene una capacidad de 18.000 botellas por hora”, completa Bianco.
La transición hacia envases más circulares implica diferentes inversiones “como el rediseño estructural de las botellas, para reducir el uso de resina virgen, y la incorporación de tecnología para integrar RefPET en los procesos productivos siempre asegurando que nuestros productos cumplan con los más altos estándares de calidad”, indica Sol Rodrigo, gerente de Comunicación Corporativa y Sustentabilidad de Eco Aguas y Bebidas Saludables.
“Además, trabajamos fuertemente en mantener la neutralidad plástica, lo que implica recolectar y reciclar la misma cantidad y tipo de plástico equivalente a los que se distribuye en el mercado. Del mismo modo, seguimos trabajando en apoyar la infraestructura de reciclaje local para colaborar con un futuro sin residuos e impulsar nuevos comportamientos en nuestras propias operaciones, así como con consumidores, clientes y proveedores”, complementa Rodrigo.
Tamara Litovsky, fundadora de la agencia Gyps, señala que “las marcas más comprometidas están incorporando criterios de sostenibilidad desde el comienzo del desarrollo de sus productos. Esto se traduce en innovaciones como el diseño circular, la producción local, la reducción del tamaño y peso de los envases, y el uso de materiales de nueva generación. En nuestro trabajo con Dove, por ejemplo, acompañamos el lanzamiento de la línea ”El poder de las plantas» con una botella 100% reciclada y reciclable, que además se complementó con una fórmula libre de crueldad animal y de origen natural. En el caso de Arredo, se avanzó en la reducción de capas de packaging y en la reutilización del orillo –una franja de tela que suele descartarse– para reintegrarla al proceso productivo”.
Una de las estrategias más usadas para dejar de usar bolsas de plástico es ir por las compostables. Y en este camino está PedidosYa: “Actualmente llevamos reemplazadas más de 5 millones de bolsas de plástico. En el resto de los mercados las bolsas en las que se entregan nuestros pedidos son de papel FSC certificado”, cuentan desde la plataforma.
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Recargas para todos
Otra tendencia que está creciendo para bajar el impacto de los envases es la de las recargas o refill. Así, en L’Oréal, entre 2019 y 2024, el número de referencias reutilizables creció un 1621%, es decir 17 veces.
Pero desde la marca advierten: “Si bien la inversión es estructural, la respuesta de los consumidores no es inmediata: las recargas ofrecen beneficios económicos de hasta un 35% y los usuarios valoran cada vez más las alternativas responsables, lo que fortalece la fidelización y la competitividad de las marcas. Sin embargo, a la hora de la conversión, aún el camino no está claro para los compradores; y necesitamos generar más deseo y conciencia sobre estos empaques para que su adopción sea una realidad”.
Si hablamos de reutilizar, Natura es una pionera en esta tendencia. “Desde 1983 tenemos repuestos. Hoy contamos con más de 100 productos con repuestos en diversas categorías como Cuerpo, Perfumería, Maquillaje, Cabellos y Rostro. Estas alternativas a los envases regulares nos permiten evitar el descarte de más de 2100 toneladas de residuos, lo que equivale a lo generado diariamente por más de 3,9 millones de personas. Además, utilizamos vidrio reciclado en nuestros envases de perfumería, con lo que evitamos la disposición de 2,2 mil toneladas de vidrio, lo que equivale a 7,3 millones de botellas de bebidas de 290ml”, detalla Lucila Barttolozi, gerenta de Marketing de Natura Argentina.
“Invertimos en plástico verde, producido a partir de la caña de azúcar, una materia prima renovable, a diferencia de los plásticos tradicionales que utilizan sustancias fósiles, como el petróleo. Tiene la ventaja de generar un menor impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero. Sumado a esto, el 46% de nuestros envases contienen materiales reciclados o renovables e incluso líneas como Ekos y Tododia ya cuentan con el 100% de plástico reciclado posconsumo en todos sus envases”, agrega Barttolozi.
“La circularidad está en el núcleo de nuestro modelo de negocio. El envase retornable de vidrio se reutiliza en promedio hasta 29 veces, reduciendo la generación de residuos y el consumo de agua, energía y emisiones de carbono en su proceso de producción”, indica Vanesa Vázquez, gerenta de Impacto Positivo en Cervecería y Maltería Quilmes.
Y agrega: “Hoy el 60% de nuestro volumen de venta de cerveza es retornable, donde el consumidor es usuario del envase pagando sólo por el producto. Queremos lograr que el 100% de nuestros productos utilicen envases retornables o estén fabricados a partir de materiales mayoritariamente reciclados”.
Repensar constantemente
Otra estrategia es ver qué se hace con el tamaño de los packs. “Uno de los lanzamientos más recientes es una línea de productos de limpieza concentrados que se presentan en sachets pequeños y livianos. De esta forma, se reduce no sólo la cantidad de plástico utilizado en el packaging en un 95.93%, lo que permitirá un ahorro de casi 2 toneladas de plástico al año. También hay un menor impacto respecto de las emisiones gases de efecto invernadero (GEI), debido a que reduce el espacio utilizado en el transporte logístico en un 903%”, detalla Ludmila Mavric, gerente de Sustentabilidad de Carrefour Argentina.
Del mismo modo, Bárbara Bradford, gerente corporativa de Sustentabilidad en Grupo Arcor, señala que “en el marco de la política de abastecimiento de papel sustentable, aseguramos que el material de fibra celulósica utilizado en nuestros envases provenga de fuentes certificadas o de material reciclado. Trabajamos exclusivamente con proveedores que cuentan con certificaciones que nos permiten garantizar la trazabilidad de la materia prima hasta bosques gestionados de manera responsable, recursos controlados o materiales reciclados”.
Para poder repensar estrategias, es indispensable medir. Por eso, Martín Faes, gerente general de América Latina Sur en Kenvue, cuenta cómo están activando el plan Sustainable Innovation Profiler. “Se trata de una herramienta, actualmente pendiente de patente, diseñada para medir el desempeño ambiental de un producto y permitir a los desarrolladores tomar decisiones que ayuden a crear soluciones que promuevan el bienestar tanto de las personas como del planeta en tiempo real”.
“Otra tendencia creciente es el uso de herramientas tecnológicas para medir el impacto ambiental: contamos con un software propio como las InnoTools, que permiten optimizar diseños con bajo impacto desde el inicio”, añaden desde la firma especializada en packaging Smurfit Westrock.
Firmas más pequeñas también se unen a repensar los envases. “Nuestra transición hacia el plástico cero es un proceso que implicó una inversión total de $130 millones y una reestructuración completa de nuestro modelo de negocios. Investigamos materiales más sustentables y adaptamos los productos y envases a las exigencias internacionales. Aunque es un beneficio importante para el medio ambiente, estos cambios son costosos y nos obligan a posicionarnos como un producto de nicho. Por lo que el retorno sabemos que no será inmediato”, analiza Florencia Villamil Delfabro, fundadores de Boti-k Puro Vegetal. “Decidimos destinar parte de nuestro patrimonio personal para preparar a la empresa para el futuro. Aprovechamos la crisis para actualizarnos hacia lo que se viene en el consumo global. Conscientes de que la demanda de productos éticos y de calidad está en aumento”, explica Villamil Delfabro.
Logística y exportaciones
Una industria que se desafía en cuanto a sostenibilidad es la logística. En este sentido, FedEx viene innovando, como el trabajo que está haciendo en el sector vitivinícola, para el que desarrolló una solución diseñada y fabricada en la Argentina, y que responde a las especificaciones de los mercados internacionales.
“Su composición, a base de celulosa compacta y materiales reciclables, distingue este embalaje que reduce el impacto ambiental y responde a los desafíos específicos del transporte de vinos: protege un producto delicado, mantiene la temperatura adecuada y optimiza el espacio. El diseño fue pensado para adaptarse a las características particulares de cada envío, para embalar seis o tres botellas de vino, combinando eficiencia logística con sostenibilidad”, cuenta Silvina Prette, gerente senior de Operaciones de FedEx Argentina.
Otro eje clave es la trazabilidad de los materiales, “para asegurar su origen responsable, así como el cumplimiento de normativas globales y nuestras propias políticas de empaque sustentable, que exigen a los proveedores cumplir con estrictos estándares ambientales en todas las fases del ciclo de vida del producto”, suma Guido Di Toto, general manager de Signify Sudamérica.
Queda claro que las estrategias son diversas, pero no hay elección: es preciso innovar en el packaging para preparar a las marcas y sus productos para el futuro.