Usar herramientas de blockchain en procesos logísticos puede ser una gran ventaja. Como comenta Juan Manuel, con este tipo de tecnologías “la transparencia es total, queda todo registrado”. El uso de aplicaciones móviles, la implementación de inteligencia artificial y la tecnología de cadena de bloques, son fundamentales en la logística actual que exige visibilidad, agilidad y transparencia.
¿Qué rol juegan hoy en día las aplicaciones móviles en la eficiencia de procesos logísticos?
Las aplicaciones móviles y las PWA (aplicaciones web avanzadas) han dejado de ser un complemento para pasar a ser el eje central de las operaciones logísticas. Gracias a la potencia cada vez mayor de los smartphones, hoy podemos contar con una experiencia prácticamente idéntica a la de una computadora, pero con la ventaja de la movilidad. Entonces, en aspectos operativos como localización o micro localización, son muy útiles.
Por ejemplo, se pueden usar sensores GPS para saber dónde estás o trabajar en modo offline para tomar información satelital sin conexión a internet. En lugares donde el GPS no funciona, como túneles o infraestructuras cerradas, se pueden usar dispositivos que detectan la cercanía.
En el ámbito administrativo, las aplicaciones móviles facilitan el acceso a la información sin necesidad de estar frente a una computadora. Además, la inteligencia artificial permite incorporar comandos de voz que adaptan la interfaz a tu perfil y preferencias, filtrando automáticamente los datos más relevantes. De este modo, una buena app se convierte en una aliada esencial para quienes deben tomar decisiones basadas en información precisa.
Además, en la última milla las aplicaciones móviles validan recepciones y permiten pagos sin contacto mediante tokens de seguridad, eliminando por completo el uso de papel.
¿Qué funcionalidades te parecen fundamentales para una app pensada para el seguimiento de carga o la gestión de almacenes?
Podría decirte que son muchas, pero lo clave es entender qué tenés que solucionar. Me acuerdo de una experiencia hace 20 años en un centro de distribución donde el software había sido pensado para que el único requisito del operario fuera saber leer. El operario, con un visor y un lector de código de barra, era guiado en sus actividades: el visor le decía a qué estante ir, qué tomar y en qué pallet dejar. Me pareció increíble cómo facilitaba el trabajo.
Eso es lo importante: optimizar la solución según la necesidad puntual. En el software hay varias formas de resolver lo mismo. Una solución súper escalable puede ser carísima, y quizás no la necesitás. La integración de blockchain potencia este proceso, especialmente en transacciones con múltiples proveedores. La transparencia es total: cada operación queda inmutablemente registrada, eliminando cualquier duda sobre quién cumplió con su parte.
¿Cómo ves el futuro del blockchain en la trazabilidad de productos, contratos inteligentes o validación documental dentro del comercio exterior?
Yo creo que blockchain como infraestructura para facilitar el comercio exterior y la logística es el camino. Hay medios de pago que se pueden implementar con esta tecnología, mucho más transparentes y menos costosos.
Algo que escuché y me pareció interesante es que incluso en el desarrollo espacial se está usando blockchain como sistema de transacción y comunicación entre empresas de distintos países. Entonces, ¿por qué no aplicarlo al comercio internacional terrestre? Hay menos fricción, menos impuestos. Tiene mucho sentido.
¿Cómo están evolucionando o combinándose blockchain e inteligencia artificial en estas soluciones?
Son dos grandes movimientos que están evolucionando por separado y, aunque desde el mundo tech quisiéramos que el nivel de integración sea mayor al existente, no hay tantas aplicaciones donde hagan un match real. Hay iniciativas, sí. Agentes de IA que predicen costos, modelos compartidos basados en blockchain… pero todavía no hay algo realmente disruptivo, algo que digas “wow”. Falta esa fusión fuerte entre ambas.
¿Qué diferencia a una aplicación amigable de una que no lo es?
Eso cambia todo el tiempo. Lo que hace dos años se consideraba amigable, hoy ya no lo es. Pensá que las redes sociales actuales entienden mas a los usuarios que muchas otras aplicaciones: solo visualizás videos por periodos cortos, no le indicás qué te gusta, los algoritmos te entienden solos y te proponen videos que te mantienen enganchado. Eso es amigable. En cambio, una app que te pide escribir, intervenir mucho… al usuario le gusta menos.
El rango etario también influye: las generaciones más jóvenes prefieren hablar al celular en lugar de teclear búsquedas. Por eso, una aplicación no puede diseñarse de forma estática; debe ajustarse al perfil de su público objetivo y actualizarse con rapidez para responder a sus expectativas cambiantes.
¿Qué aporte hacen las aplicaciones móviles al vínculo entre empresas y usuarios?
Las aplicaciones móviles estrechan el vínculo empresa–usuario al ofrecer un canal permanente y personalizado. A diferencia de una web, una app está siempre disponible, es como la sucursal de la empresa en la mano del cliente, lista para recibir notificaciones oportunas, capturar comentarios inmediatos y adaptar su oferta según el contexto de uso. Esto convierte la app en una extensión de la marca, capaz de brindar experiencias fluidas y de fortalecer la lealtad al facilitar interacciones más cercanas y relevantes en cada momento.
¿Cuánto suelen durar los procesos de desarrollo de una aplicación hoy?
Antes podía llevar un año y medio. Tenías que hacer una app para más plataformas que ahora. Hoy todo eso cambió. Con un solo equipo podés desarrollar para distintos sistemas operativos. Los costos bajaron, más gente accede.
Hoy los clientes vienen con un prototipo hecho con inteligencia artificial en una tarde. Quizás no funciona del todo, pero lo ves, lo entendés. Y eso nos obliga a todos a acelerar. Hoy una app de ventas o tipo marketplace deberías poder desarrollarla en una o dos semanas si no es tan compleja. Y no hablo de usar generadores automáticos, sino de usar IA como herramienta para avanzar más rápido.
¿Qué recomendaciones le darías a una empresa que quiere digitalizar su operación logística y no sabe por dónde empezar?
Que consulte con gente del tema. Hay tantas formas de hacerlo que te podés equivocar fácil. Podés hacer algo que ya existe y estar reinventando la rueda. Hay muchas soluciones que integran distintos proveedores con poca fricción. Pero esa información está muy dispersa. Una buena empresa asesora te puede ayudar a tomar mejores decisiones.
¿Cómo recomendás integrar la inteligencia artificial a los procesos de trabajo?
La inteligencia artificial no debe verse como un reemplazo de las personas, sino como el traje de Iron Man, que potencia sus habilidades. Para aprovecharla al máximo, es necesario invertir tiempo en configurarla, indicarle claramente qué se necesita y cómo. La IA puede resolver casi cualquier tarea, pero lo hará siguiendo su propia lógica; por eso es esencial diseñar su implementación de manera cuidadosa.
En mi equipo de trabajo, por ejemplo, hemos reorganizado nuestros procesos de trabajo no para delegarlo todo a la máquina, sino para que la IA potencie al equipo. Al fin y al cabo, lo más valioso siguen siendo las personas y su capacidad para tomar decisiones.