En una nueva edición de los premios Martín Fierro de Radio 2025, la alfombra roja volvió a reafirmarse como un espacio donde la moda actúa como lenguaje. Lejos de lo estridente y más cerca de una elegancia silenciosa, la gala celebrada en el Salón Janos Darwin de Palermo reunió a figuras de la AM y la FM en un desfile marcado por la sofisticación y la sutileza.
Las tendencias no apuntaron al impacto inmediato, sino a una construcción visual que priorizó la estructura, la nobleza de los géneros y el detalle preciso. Las elecciones de vestuario revelaron una búsqueda de autoría estética sin excesos, sostenida por una coherencia formal que decretó el ritmo de la noche. La sastrería clásica y las transparencias fueron dos de los denominadores comunes.
La elegancia de lo discreto
Entre las mujeres, el negro y el off white fueron los tonos predominantes. Siluetas netas, textiles nobles y recursos como encajes, transparencias suaves y bordados delicados marcaron una búsqueda de refinamiento. “Se impuso una estética de elegancia sobria, con pocos riesgos y apego a códigos formales”, observó la diseñadora Verónica de la Canal en conversación con Infobae.
También señaló que “el negro fue el color dominante tanto en trajes como en vestidos”, y que el off white “se destacó en algunos looks femeninos, consolidándose como una alternativa sofisticada”.
En esa línea se ubicaron los estilismos de Sabrina Rojas, con un vestido blanco ajustado con detalle al cuello; Paula Varela, con encaje translúcido bordado en cristales; o Sofía Martínez, que eligió un diseño negro de encaje con transparencias estratégicas.
También destacaron las decisiones de Romina Manguel, con un vestido estampado que evocaba siluetas de los años 50, y de Teté Coustarot, que combinó un vestido negro con tapado coral en clave chic que elevó el look.
Sastrería masculina: precisión y renovación
La sastrería masculina se impuso con precisión, destacando trajes clásicos, smokings cuidados y detalles formales
Entre las grandes revelaciones de la noche estuvieron los looks masculinos: se observó una recuperación de la sastrería como herramienta de estilo. “La sastrería en los hombres estuvo en la mayoría muy acertada y con detalles clásicos muy cuidados”, destacó el diseñador Gustavo Pucheta, y sumó que “es una tendencia que vino a quedarse ahora y siempre”.
En efecto, el smoking recuperó protagonismo como símbolo de formalidad. “Si es de gala, es smoking o alguna fantasía del smoking”, expresó Roberto Piazza, quien además subrayó una diferencia con ediciones anteriores, ya que notó “que los hombres estaban muy bien en esta oportunidad”.
Entre ellos, se vio a Guido Záffora con un conjunto de José Valosen, calificado por Piazza como “impecable y maravilloso”, a Luis Novaresio con un traje clásico “formal, tradicional, lindo y clásico”, y a Augusto Tartúfoli, que para el diseñador “siguió con la tradición: el clasicismo en el hombre”.
Diseño con intención y contención visual
En los estilismos femeninos, el brillo apareció dosificado, como detalle de diseño. El vestido negro bordado en cristales de Alejandra Maglietti, el trabajo en encaje y recortes de Paula Varela, o los recursos geométricos brillantes del diseño elegido por Cristina Pérez, mostraron cómo el impacto puede lograrse desde la composición.
La moda como expresión de elegancia sutil
Los diseñadores coincidieron en que la contención también puede ser un gesto escénico. “La frivolidad es una filosofía muy importante para utilizar en estas ocasiones, que son pocas, muy importantes y muy valiosas”, planteó Piazza, al señalar que estas instancias invitan a vestirse con intención.
La sobriedad, como decisión y no como falta, atravesó la gala con un hilo conductor que articuló lo clásico, lo contemporáneo y lo personal. Lejos de buscar el efecto inmediato, la mayoría de los looks se construyeron desde el detalle, la coherencia y la presencia sin estridencia.
*Fotos: RS Fotos y Prensa América TV