La ONU ha condenado «enérgicamente» este domingo y ha mostrado una «profunda indignación» por el ataque de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculadas al grupo yihadista Estado Islámico, en el que han muerto al menos 43 personas a unos 75 kilómetros al suroeste de la capital de la provincia congoleña de Ituri, Bunia, situada en el este de República Democrática del Congo (RDC).
«La Misión de Estabilización de Naciones Unidas en República Democrática de Congo (MONUSCO) condena enérgicamente el ataque», reza el comunicado en el que la legación «expresa su profunda indignación por estos atroces actos de violencia, que constituyen graves violaciones del Derecho Internacional humanitario e infracciones de los Derechos Humanos».
Por ello, ha instado a las autoridades congoleñas a que «lleven a cabo una investigación exhaustiva de estos asesinatos y a que lleven a los responsables ante la justicia» a fin de que respondan a un ataque en el que una veintena de personas fue apuñalada durante una vigilia nocturna en una iglesia católica, mientras que se encontraron cadáveres en casas y negocios incendiados cerca del lugar. Además, MONUSCO ha desglosado el balance en «19 mujeres, 15 hombres y nueve niños» y ha apuntado al secuestro de «varias personas».
«La Misión reitera asimismo el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas para que todos los grupos armados extranjeros depongan las armas incondicionalmente y regresen a sus países de origen», agrega el comunicado en referencia al grupo acusado, que surgió en los años 90 en Uganda y es especialmente activo en el este de RDC, donde ha asesinado a miles de civiles. La formación sufrió una escisión en 2019 después de que su líder jurara lealtad a Estado Islámico en África Central (ISCA) –la rama del grupo yihadista en la región–, bajo cuya bandera actúa desde entonces.