“Si juego mañana con Ballester, voy a ir de vuelta y voy a sentarme en el banco. A mí no me van a correr”, declaró ante la prensa el periodista de espectáculos y director técnico del Club Atlético Victoriano Arenas luego de ser dado de alta este lunes por la mañana tras el golpe en la cabeza que recibió en medio de una violenta pelea dentro del campo de juego de Central Ballester.
“Ya nos pasó en 2018. Nos masacraron. Ustedes pueden ver fotos en los diarios donde me están pateando la cabeza en el piso”, siguió.
Visiblemente angustiado por el violento episodio, aseguró que, pese a la brutal agresión, los resultados de los estudios médicos resultaron favorables, aunque manifestó estar dolorido.
“Nunca esperé que me pegara donde me pegó. Me pega en la sien y me mata. Me hicieron tomografías y electro todo. Los números dan bien, pero el chichón lo tengo”.
Fuerte acusación
Asimismo, vinculó a la dirigencia del equipo rival con la violenta pelea dentro del campo de juego.
“Que el presidente de Ballester deje su complicidad con el comisario que amparó todo esto. Vean en la página de Victoriano Arenas a los jugadores cortados con facas tumberas (…) el arquero Rodríguez, por eso me pegan a mí, porque yo lo voy a sacar mano a mano con cuatro hinchas externos, donde la policía se cagaba de risa dejándolos pasar y donde hay fotos de la escalera por la cual subían para ingresar al campo”, afirmó.
Y acusó: “Ellos liberaron la seguridad para que nos cagaran a trompadas. Están promovido no sólo por los barras, sino también por la dirigencia, que después en la comisaría quería hacer creer que nosotros nos queríamos robar un termotanque. Nos cagaron a trompadas”.
En esa línea, el periodista denunció la falta de seguridad en el partido: “No había policías en toda la cancha. No sé donde estaban escondidos. Empezaron a invadir la cancha con una escalera que estaba montada desde antes del final del partido. Estaba instalada ahí para subir y saltar a la cancha. Me dicen que la persona que me pega se va plácidamente caminando sube la escalera y salta para el otro lado”.
Y concluyó: “Un día van a matar a alguien y va a quedar en el olvido”.
