La princesa del pop, la novia de Australia, la vecina de al lado, “la rubia suicida”… Son varios y muy diferentes los trajes que le calzan a medida a Kylie Minogue. Y si a los 57 años sigue girando sin prisas ni pausa por el mundo – el 7 de agosto cantará en el Movistar Arena de Buenos Aires- es porque ha encontrado la manera de seguir jugando en las grandes ligas de la música, sin apelar a los escándalos ni las provocaciones, conservando su vida privada puertas adentro y hasta superando duras enfermedades.
Sus comienzos
Princesa del pop. En estos tiempos, los títulos de nobleza que se otorgan en el mundo del espectáculo no son más que frases hechas que guardan tras de sí ciertos eufemismos. Si hay princesa (o princesas) es porque hay una reina. Y sí Minogue es soberana de un principado, no será ni más ni menos que aquel que ella misma ha sabido construir desde su niñez. Porque tanto ella como su hermana menor, Dannii, se hicieron habitúes de los sets de televisión desde muy jóvenes.
La vecina de al lado. Diminuta (apenas pasa el metro y medio de estatura), pero para nada frágil, a veces cándida, a veces sexy; su vida temprana ha transcurrido entre sets de televisión y luego escenarios, pero tranquilamente podría haber sido la más linda del barrio para los cánones de principios de la década del ochenta. Y nada más que eso. Rubia de cabello enrulado, ojos claros y una sonrisa enorme con la que hubiera cautivado a todos sus vecinos.
Fue bautizada con un nombre muy australiano porque Kylie deriva de un vocablo de un pueblo originario de Oceanía, que significa boomerang. Y si esta palabra habría que asociarla a su carrera, existe una curiosa manera de hacerlo. Minogue ha salido al mundo, pero siempre volvió a su lugar de origen. Las primeras experiencias en el espectáculo fueron en telenovelas, aquellas soap operas que calaban fuerte en el gusto masivo del público australiano y, en algunos casos, de todo el Reino Unido. The Sullivans y Skyways fueron los títulos de sus primeros trabajos, y al promediar la década del ochenta se ganó un lugar protagónico en The Henderson Kids. Pero el verdadero salto a la fama llegó un par de años después, con Neighbours, que no solo la convirtió en una de las caras más famosas de su país, también le sirvió de trampolín al mundo de la música.
La primera temporada de la telenovela, en 1985, fue modesta. La historia transcurría en un pueblo ficticio; el epicentro era una calle llamada Ramsay de apenas seis casas rodeadas por comercios e instituciones (algunos negocios, el bar, el hospital, el hotel y el taller mecánico). Para 1987 la cadena Network Ten quiso darle un nuevo impulso con nuevos personajes: Kylie Minogue y Jason Donovan (como Charlene Mitchell y Scott Robinson) terminaron de convertirla en un éxito.
La novia de Australia
Hubo un capítulo de aquella famosa telenovela que convirtió a Kylie en “la novia de Australia” y, probablemente, de todo el Reino Unido, porque su casamiento ficticio fue visto por varios millones de televidentes. La historia de amor entre Charlene y Scott cruzó mares y llegó a cautivar a los ingleses. El clímax fue el casamiento de estos personajes. Incluso la historia llegó a tener una canción de pareja, “Especially For You”, un poco cursi y melosa, pero efectiva y extremadamente popular.
Aquellos que fueron adolescentes británicos o australianos en la década del ochenta probablemente la sigan recordando. Hasta hace un par de años la princesa pop la incluía en sus conciertos, especialmente cuando tenía la oportunidad de colar de sorpresa a su viejo amor, Scott. En 2018, Kylie realizó un multitudinario concierto en Hyde Park y tuvo a Donovan como invitado.
La candidez no fue su única arma de seducción. Minogue supo alternar esa imagen de pureza con su costado más sexy, sin extravagancias ni transgresiones. Su vida, sobre los escenarios y fuera de ellos, siempre se mantuvo dentro de los cánones de la industria musical y de ciertos lugares comunes del universo pop. A diferencia de otras divas de la canción, no necesitó el escándalo de alcoba, ni riesgos estéticos, ni la transgresión política (al estilo Madonna) para vender millones de discos. Fue siempre a lo seguro y, más allá de que la crítica no siempre fue benévola con sus lanzamientos discográficos, salió airosa y terminó siempre con el público de su lado. Y nada de esto le impidió pasarla bien y hasta caminar por ciertas cornisas con relaciones que la marcaron fuertemente, como aquella con el irreverente Michael Hutchence, en uno de los momentos de mayor fama (de los dos).
“La rubia suicida”
Carismáticos, bellos y exitosos. Cuenta la leyenda que los caminos del frontman de INXS y de la niña bonita del vecindario se cruzaron en una entrega de premios en 1987. Allí se echaron el ojo, habría dicho alguna de sus abuelas. Dos años después, Kylie daba una vuelta de página a su vida en los sets televisivos para profundizar en su carrera de cantante pop y en las incursiones en el cine. De 1989 fue su protagónico en la película ambientada en la década del cincuenta The Delinquets, donde lucía cabello platinado, “suicida”, según lo había descripto su coiffeur.
Entre 1987 y 1989, Hutchence y Minogue se habían visto un par de veces, incluso, ella había ido a un concierto de INXS y la noche terminó en un after party. Lo cierto es que para el estreno de la película, Kylie y Michael aparecieron juntos y eso dio un nuevo giro a la promoción del film. La chica cándida de las telenovelas y el rockero con todas las letras entraban de la mano por la alfombra roja.
La historia duró poco más de un año y medio. Ella fue la culpable de aquel hit de INXS, “Suicide blonde”, en el que Hutchence repetía: “Suicide blonde, love devastation (Rubia suicida, devastación amorosa). Él fue el culpable de que para Kylie se abriera un nuevo mundo, durante el tiempo que estuvieron juntos. Así fue cómo ella recordó al cantante (fallecido en 1997, a los 37 años), en algunas entrevistas: ”Una persona con ese carisma es difícil de olvidar -contó hace algo más de una década-. No sé cómo habrá sido con otras relaciones de su vida, pero mi amor por él permanece (…) fue un momento muy especial de mi vida. Me abrió los ojos de un modo rockero y poético. De manera amorosa y sorprendente».
Y hubo una frase que quedó grabada a fuego de aquella relación, incluso cuando se hicieron para la pantalla historias sobre sus vidas. Fue cuando él le dijo que no sabía si primero tenía que “invitarla a cenar o tener sexo”. Kylie también aclaró que, antes de comenzar aquel noviazgo que fue materia prima de tantas revistas del corazón, él muchas veces quiso besarla y ella le dijo que no.
No fue el único galán al que Minogue supo conquistar con sus encantos. Más allá de muchos rumores, nunca confirmados por ella ni por su entorno, sí estuvo ligada a famosos (casi tanto como ella), como Olivier Martinez y Andrés Velencoso.
La mujer resiliente
Claro que no todo fue éxito en la vida de Kylie. En 2005 comenzó una gira denominada de «Showgirl: The Greatest Hits», con la que recorrió varios escenarios del Reino Unido, Francia, Dinamarca, Alemania, Austria, Bélgica y Países Bajos. Casi 40 conciertos en un par de meses. Pero debió suspender abruptamente el tour cuando le diagnosticaron cáncer de mama. Entró a quirófano a los pocos días y durante los meses siguientes se sometió a quimioterapia. Recién a finales de 2006 completó el proyecto rebautizado como «Showgirl: Homecoming Tour», con actuaciones en Australia. “Es un trauma”, contó años después, durante una entrevista con la CBS. “Y cualquier trauma reside dentro de ti. La experiencia de un diagnóstico de cáncer vivirá en mí. Fue difícil. También fue increíble”. Y quiso aclarar a qué se refería con increíble: “Porque eres muy consciente de tu cuerpo, del amor que te rodea, de tu capacidad, de todo tipo de cosas”.
La música siguió sonando, desde aquel primer hit (una versión de “Loco-Motion” con la que inició su carrera, en los ochenta) hasta Fever, uno de sus álbumes más famosos, que fue acompañado en escena por una de sus giras más sensuales (pero sin transgresiones). O desde sus colaboraciones con artistas como el DJ Towa Tei (“German, Bold, Italic”) hasta las grabaciones con su compatriota Nick Cave.
Para su álbum de 1996 Murder Ballads, Cave convocó a Minogue y la llevó a la espesura de su universo sonoro para que pudieran compartir juntos “Where the Wild Roses Grow”, una pieza que terminó siendo toda una curiosidad dentro de las grabaciones de Kylie. Incluso, el videoclip que realizaron juntos, con Minogue a medio sumergir en la quietud de un arroyo, estuvo inspirado en la pintura Ofelia (1851) de John Everett Millais.
Durante las últimas dos décadas, Minogue siguió alternando su actividad musical (en estudios de grabación y escenarios) con la pantalla (desde participaciones en películas hasta realities como The Voice, donde fue jurado). Esta nueva visita a la Argentina será a 17 años de su último paso por nuestro país. Ahora será en el marco del tour «Tension II», y tiene en agenda un show el 7 de agosto, en el Movistar Arena.