Casi la totalidad de las mujeres en España que planean ser madres quieren dar el pecho (98%) pero, cuando llega el momento, el 40% lo abandona antes de los seis meses. Un estudio de Unicef revela que, pese a que el número de lactantes únicamente alimentados por leche materna ha crecido un 10% en todo el mundo, las dificultades y la desinformación hacen que la lactancia materna quede lejos de los objetivos indicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente, la tasa de lactantes menores de 6 meses en todo el mundo se sitúa en el 48%, cerca del objetivo marcado por la OMS para el 2025 (50%), pero todavía lejos de la meta puesta para 2030 (60%). El organismo internacional calcula que mejorar las tasas de lactancia materna podría salvarle la vida a más de 820.000 niños y niñas al año.
«La lactancia materna está rodeada de mitos“, dicen desde el Consejo General de Enfermería de España (CGE). ”Las madres primerizas o las mujeres que se plantean dar el pecho recurren a fuentes de información poco fiables, cargadas de conceptos sin base científica que les lleva a abandonar esta práctica“, lamentan en un comunicado.
Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, el organismo colegial ha recordado la importancia de visibilizar esta práctica y reivindicar su protección para “reducir las desigualdades en materia de salud y en todo el mundo“.
Mitos y bulos sobre la lactancia: “Están poniendo en riesgo la vida de muchas personas”
“Muchas mujeres que estaban convencidas en dar el pecho finalmente abandonan esta práctica por lo que leen en redes sociales, que ni tiene rigor, ni base científica”, lamenta Monstserrat Angulo, matrona y vicetesorera del Consejo General de Enfermería. La especialista advierte que “la desinformación y los bulos sobre salud que circulan en internet están poniendo en riesgo la vida de muchas personas”, entre ellos, la de madres y bebés.
Alrededor de dar en pecho existen varios mitos y bulos, pero “la lactancia materna es una práctica con muchos beneficios”, afirma Angulo. Algunas madres pueden llegar a pensar que la leche no es alimento suficiente para su bebé, pero en realidad “esta siempre va a ser la que el bebé necesita”, asegura la enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Getafe, Lina Marcela Molano. “La producción de leche en el cuerpo de la madre está constantemente adaptándose a las necesidades del bebé, según el momento del día, la estación del año o la edad del bebé. Incluso aún en determinadas circunstancias, como puede ser una enfermedad o un sobreesfuerzo”, explica.
Según la matrona, el cuerpo de la madre utiliza las reservas adquiridas durante el embarazo para “producir leche de la más alta calidad”. No obstante, la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol o una dieta pobre en nutrientes pueden perjudicar la duración de la lactancia.
Molano también desmiente que amamantar cause que los pechos pierdan firmeza. “Estudios han demostrado que los cambios en la forma o firmeza de los senos es similar en mujeres que amamantaron y en las que no lo hicieron, y que la lactancia no es un factor de riesgo independiente para la firmeza mamaria”, asegura la especialista. Las mujeres suelen perder firmeza en el pecho después de un embarazo, pero ello se debe a la pérdida de elasticidad de las células de la piel y tiene poco que ver con la lactancia. “Los principales factores asociados con la pérdida de firmeza son el número de embarazos, la edad materna, el índice de masa corporal, el tamaño mamario previo y el tabaquismo, pero no la lactancia en sí misma”, apunta la enfermera.
“El pecho aumentará de tamaño al llenarse de leche y al no volver a llenarse tras el fin de la lactancia, las células de la piel se habrán estirado en numerosas ocasiones. Cuando la elasticidad de las células de tu piel es escasa, estas se rompen y el tejido no vuelve a su sitio. Por eso es clave recordar a las madres la importancia de incorporar omega 3 en su dieta, agua suficiente e hidratación externa”, recomienda.
Una práctica que se entrena
Molano recuerda que, ante todo, la lactancia precisa de un entrenamiento madre-bebé y que su práctica no es siempre tan sencilla como se dice en internet. “Es un proceso en el que hay que entrenar y que, como cualquier otra práctica, requiere de una experiencia previa. También hay que incidir en la necesidad constante de los recién nacidos de mamar, a causa de su pequeño estómago, por lo que la madre pasará muchas horas dando el pecho”, concluye la matrona.