El Consejo de Ministros de Líbano ha dado ‘luz verde’ este jueves a la propuesta de Estados Unidos sobre el desarme del partido-milicia chií libanés Hezbolá, en el marco del precario estado del acuerdo de alto el fuego entre el grupo e Israel, pactado en noviembre de 2024.
El ministro de Información de Líbano, Paul Morcos, ha anunciado desde el Palacio de Baabda que «el gabinete ha concluido el debate del primer punto de su sesión y ha aprobado los objetivos establecidos en la introducción del documento estadounidense para consolidar el acuerdo de cese de hostilidades», propuesto por el enviado estadounidense, Tom Barrack.
«Estamos a la espera de un plan de implementación del Ejército. Hemos acordado poner fin a la presencia armada en todo el país, incluido Hezbolá, y desplegar el Ejército libanés en las zonas fronterizas», ha dicho en declaraciones recogidas por la agencia de noticias NNA.
El documento estadounidense incluye que Líbano adopte «las medidas necesarias para extender su plena soberanía a todo su territorio», de forma que «consagre el monopolio de la decisión sobre la guerra y la paz (…) y de las armas en manos del Estado». Así, como garantizar la sostenibilidad del alto el fuego y «poner fin gradualmente a la presencia armada de todas las facciones no estatales, incluido Hezbolá».
También pide desplegar unidades del Ejército libanés en zonas fronterizas clave y regiones del interior, la retirada de Israel de su territorio y el compromiso de resolver el resto de cuestiones mediante «negociaciones indirectas y medios diplomáticos», y garantizar el retorno de los residentes a las localidades afectadas por el conflicto.
Asimismo, defiende la delimitación «permanente y visible» de la frontera entre Líbano con Israel y Siria. Washington ha abogado por realizar una conferencia económica para la reconstrucción de la economía libanesa «en la implementación de la visión de Donald Trump de hacer de Líbano un país próspero» y brindar «apoyo internacional adicional a las fuerzas de seguridad libanesas».
Morcos, durante su intervención, ha recordado que el presidente del país, Joseph Aoun, había recibido llamamientos internacionales para que se iniciaran esfuerzos a nivel nacional y regional «para rescatar la economía libanesa» y ha asegurado que «existen procedimientos» llevarlos a cabo.
Al ser preguntado por los medios sobre la salida de la reunión de algunos de los ministros, ha explicado que han intentado «disuadirles por diversos medios» para permanecer en la sesión, «pero han decidido abandonarla».
De hecho, el ministro de Desarrollo Administrativo, Fadi Makki, que ha abandonado el encuentro, ha sostenido que no «podía asumir la responsabilidad de tomar una decisión de esta magnitud». Sin embargo, ha agregado que «cualquier objeción o reserva debe registrarse dentro del marco constitucional y en la reunión del gabinete».
En la víspera, Hezbolá dijo que actuará como si el plan de desarme anunciado por el Gobierno de Líbano «no existiese» y alertó de que la petición realizada por el primer ministro, Nawaf Salam, al Ejército para se haga con el «monopolio de las armas» responde «a los intereses de Israel». El líder de Hezbolá, Naim Qasem, instó a Beirut a tomar medidas para garantizar la protección del país frente a una nueva ofensiva israelí.