Una espectacular escalera de piedra fue la contraseña. Incluso antes de emprender la subida, Mariana Sourrouille supo que estaba llegando a su próxima casa. “Queríamos un departamento que se distinguiera por alguna característica particular, y cerca de la escuela de nuestra hija. Estuvimos mucho tiempo buscando hasta llegar acá”, repasa. El hallazgo fue esta unidad en un edifico racionalista de 1940 con balcones curvos y esa entrada que los impactó desde el minuto cero.
Del trabajo a casa
Mariana es Directora de Arte, esa profesión que muchos no sabríamos definir. Así que le pedimos que lo hiciera ella. “La dirección de arte habla de la estética de un film, una publicidad o una obra de teatro. Mi tarea abarca el diseño de decorados y la búsqueda de locaciones, es decir, los escenarios donde se desarrollarán las historias“, nos explica esta creadora que empezó a estudiar escenografía y vestuario por curiosidad y terminó descubriendo un universo fascinante.
Cuando nos mudamos, no teníamos casi nada. Empezamos con cosas heredadas, muebles que conseguí a bajo costo en las filmaciones donde trabajé, y sillones y lámparas de compraventa.
Mariana Sourrouille, directora de arte
Mariana comparte el hogar con su marido, productor audiovisual, y su hija, estudiante de diseño integral. En su casa hay ojos entrenados, algo que se evidencia cuando recrea cada ambiente durante la conversación telefónica que mantenemos. En ella se cuela el rumor de un tren con rumbo a Dessau, donde los tres visitarán el icónico edificio de la Bauhaus, trayecto ideal para abundar en detalles sobre la elección de los muebles y piezas más queridas. El entusiasmo de los pasajeros llegando a la estación marcará el final de su relato, pero seguro traerá nuevas inspiraciones para la casa familiar.
La biblioteca fue la primera gran adquisición de este hogar de lectores. ¿Su visión? Sencillamente, un comedor rodeado de libros.
“Cuando propuse comprar la poltrona Eames, ni mi marido ni mi hija se mostraron muy entusiasmados. Al final, se convirtió en la favorita de todos porque, ademas de bella, es realmente muy cómoda”.
Mariana Sourrouille, dueña de casa
Saber mirar
De viajes, de casas de iluminación, de diseñadores o de mercados de pulgas, aquí las lámparas son muchas y variadas. “La luz y los climas que se pueden generar con ella son súper importantes para mí”, apunta la anfitriona.
“Me gusta rodearme de objetos y muebles con historia, que mi casa sea personal y no un mandato de las tendencias. De alguna manera, también somos personajes en un escenario”.
Mariana Sourrouille, dueña de casa
Con nombre propio
¿Un tip para encontrar tesoros vintage? La experta recomienda ir en busca de cosas puntuales y siempre tratar de hacer el ejercicio de imaginar el objeto en contexto.
El toque personal
El empapelado es fruto de una investigación familiar que se activó después de ver la estampa en una revista. Buscaron variantes y combinaciones y eligieron revestir con él los lugares de paso, porque temían aburrirse pronto de otro modo.
Con 22 años, la hija de la pareja fue armando su cuarto a medida que fue creciendo y definiendo sus gustos. Desde ya, no faltan los objetos vintage, ni tampoco algunas cosas que “tomó prestadas” del rico acervo de su mamá.
En su propio dormitorio, Mariana tomó un camino muy distinto al del resto de la casa. Es un lugar de descanso sin ninguna decoración o distracción: así de simple es el concepto cuarto donde solo entra lo esencial.