Hace 22 años que un tenista estadounidense no gana el US Open, desde aquel éxito solitario de Andy Roddick en Flushing Meadows en 2003. Nada hacía pensar entonces que pasaría tanto tiempo sin que una de las máximas potencias del tenis se quedaría huérfano de títulos sobre el cemento de Nueva York. Once jugadores se consagraron desde entonces en el imponente estadio Arthur Ashe -entre ellos Juan Martín del Potro-, con Roger Federer como máximo ganador con 5 coronas, y aún no hubo un sucesor para Roddick, el Bombardero de Nebraska. El intento más cercano fue el de Taylor Fritz, que el año pasado llegó a la final, peor perdió en sets corridos con Jannik Sinner. En este contexto, Estados Unidos busca una esperanza, un nombre para soñar. Y, acaso, ese nombre sea Ben Shelton, flamante ganador del Masters 1000 de Toronto, al derrotar al ruso Karen Khachanov por 6-7 (5-7), 6-4 y 7-6 (7-3), en 2 horas y 47 minutos de juego.
Nacido en Atlanta, Georgia; hijo de un extenista que llegó a ser 55° del ranking a principios de los años 90, Ben Shelton no había cumplido un año todavía cuando Roddick fue campeón en la Gran Manzana. Comenzó a jugar al tenis a los 10, se crió en Gainseville, en el estado de Florida, no necesitó salir de Estados Unidos para ganar sus primeros puntos y hasta meterse en el Top 100, con todos los torneos que suelen disputarse en ese país. Recién a los 20 años necesitó sacar el pasaporte para viajar a Oceanía y jugar la gira del Australian Open, en 2023. En Melbourne, dio el primer aviso: se transformó en el estadounidense más joven en varones en llegar a los cuartos de final desde 1982.
Zurdo, con revés de dos manos, mucha potencia y un juego intenso, Shelton quiere conquistar el mundo desde el poder de un servicio que intimida. En Toronto, obtuvo el más importante de sus tres títulos de ATP, luego de sus victorias en Tokio 2023 y Houston 2024; tiene, además, otras dos finales, en Basilea 2024 y Munich, en esta temporada. Este título lo eleva al número 6 del ranking, su posición más alta por ahora. Tiene por delante todavía a otro compatriota, Taylor Fritz (4°). Por lo pronto, se anotó otra marca: es el estadounidense más joven en ganar un trofeo Masters 1000 desde Andy Roddick en Miami 2004.
Para alcanzar su mejor éxito hasta aquí, Shelton debió remontar ante Karen Khachanov, un adversario experimentado, que ya sabía lo que era ganar un Masters 1000 (París Bercy, 2018), y que puso a prueba la resistencia de Shelton en casi tres horas de batalla. Shelton se impuso con una tarea consistente, que incluyó 16 aces, 80 por ciento de los puntos ganados con el primer servicio, 38 tiros ganadores y 45 errores no forzados; esta última, una cifra alta, pero acorde a su vocación agresiva.
El moscovita, de 29 años, neutralizó tres set-points para quedarse con el primer set en el tie-break. Hubo tiempo para un minuto de confusión: en medio de un game, el público canadiense comenzó a aplaudir, al enterarse del triunfo de su compatriota Victoria Mboko, que acababa de obtener el WTA 1000 de Montreal. Ambos jugadores se miraban sin entender, hasta que el umpire Fergus Murphy les explicó la razón del festejo.
Khachanov conseguía resistir los efectos del descomunal saque de Shelton, que intentó dictar el ritmo desde el fondo de la pista. El estadounidense insistió y percutió hasta encontrar su chance en el cierre del segundo set; quebró al ruso en el noveno juego y lo sentenció a continuación con su servicio. Hubo otra interrupción cuando el marcador estaba 2-2 en el segundo set y falló la voz del sistema del Ojo de Halcón que verifica los piques de la pelota, por lo que no se podían escuchar los out en el estadio, aunque pronto regresó a la normalidad.
El estadounidense pareció sentirse algo cansado en el tercer parcial, pero el ruso no logró doblegarlo y de nuevo desembocaron en el desempate definitivo, en el que Shelton hundió el pie en el acelerador para tomar ventaja y certificar el mayor triunfo de su carrera.
“Es un sentimiento surrealista. Ha sido una semana muy larga. No fue un camino fácil a la final, pero creo mi mejor tenis llegó cuando más lo necesitaba”, expresó en la ceremonia de premiación. “Perseveré, fui resiliente y creí en mí mismo. Esto es importante para seguir mi camino en el tenis”, reconoció. Del otro lado, Khachanov sorprendió a Shelton con una anécdota risueña: “Hablé con tu padre (Bryan) hace tres años, cuando todavía jugabas en la universidad, y le aconsejé que te hiciera jugar en el circuito profesional. Tal vez no debería haberlo hecho”.
Ahora, encarará con mucha más confianza el Abierto de Estados Unidos a partir del 24 de agosto. Es cierto que en Canadá no jugaron ni Jannik Sinner, ni Carlos Alcaraz, ni Novak Djokovic. La puerta estaba entreabierta a un título importante, y el que se animó a cruzarla fue el joven de Georgia. En la ruta hacia el título, venció a Alex de Miñaur, 8° del ranking, y a su compatriota Fritz (4°)
A Shelton le faltaba refrendar su enorme potencial con grandes títulos, más allá de haber sido ya semifinalista del US Open en 2023 y del Abierto de Australia el pasado enero. Tiene por delante desafíos importantes, cómo no: aún no ha conseguido vencer a Carlos Alcaraz (0-3 en el historial) y sólo suma un éxito sobre Jannik Sinner en siete cotejos (1-6). La próxima gran meta será superar al menos a uno de ellos en un torneo de Grand Slam; un obstáculo tan complejo como obligatorio de traspasar para llegar a lo más alto.