Hola, ¿cómo estás?
Esta semana, en Comunidad contamos la historia de Catalina Maluendez. Tenía 14 años cuando el chico que le gustaba difundió, sin su consentimiento, fotos íntimas suyas.
A partir de entonces, se desató una pesadilla: a sus redes sociales llegaban mensajes de todo tipo, desde adultos que la sexualizaban hasta amenazas de muerte.
Su valiente testimonio nos ayudó a poner sobre la mesa una problemática que crece al ritmo de las nuevas tecnologías: la ciberviolencia de género y, en particular, la violencia sexual en entornos digitales.
El impacto que tuvo la nota de Cata nos sorprendió: no solo se leyó muchísimo, sino que recibimos mensajes de adolescentes que atravesaron situaciones similares.
También nos escribieron padres, madres y abuelas en busca de herramientas para saber cómo hablar con los chicos de estos temas.
Hoy, a la difusión no consentida de fotos o videos íntimos se le suma un fenómeno más reciente y preocupante: el uso de inteligencia artificial para producir imágenes falsas, pero que parecen reales, conocidas como deepfakes. Muchas de ellas “desnudan” digitalmente a las personas y las colocan en escenas sexuales ficticias.
La historia de Cata es también una historia de resiliencia: junto con otras chicas, lleva talleres en colegios sobre entornos digitales y el año pasado contó su experiencia en una charla TED-Ed para seguir visibilizando.
Pero no todas las historias terminan así. El impacto de la violencia sexual digital puede ser devastador: ansiedad, depresión, ideas de muerte e incluso suicidios.
La preocupación crece en las escuelas, donde muchos de quienes producen o comparten estos materiales son adolescentes que no dimensionan el daño que pueden provocar.
En este contexto, en los próximos días voy a entrevistar a Florencia Zerda, abogada especialista en violencia digital y fundadora de la organización Género y TIC. Responderá preguntas de la audiencia de LA NACION con total confidencialidad. Si querés dejar la tuya, podés escribiros a [email protected].
Mientras tanto, la invitación de esta semana es animarnos —como adultos que acompañamos a chicas y chicos— a conversar de estos temas.
En nuestra guía Chicos y Pantallas vas a encontrar herramientas para acompañar un uso seguro de las redes sociales, saber dónde pedir ayuda y mucho más.
Prevenir es clave. Y para prevenir, hablar es el primer paso. Una conversación a tiempo puede cambiar un destino.
Hasta pronto,
María