River campeón en 1975: los 50 años de la revolución del Beto Alonso, el torneo en el que explotó y terminó con la peor “maldición”

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Las fotos pasan una tras otra en la pantalla de la PC y Norberto Osvaldo Alonso se detiene en una del 16 de marzo de 1975. “¡Pará, pará!”, le reclama a su hijo Alejandro, que lo acompaña. Es de una formación en el partido contra Banfield, en el Monumental. Y arranca: “Ártico, Comelles, Raimondo, Fillol, Perfumo y Héctor López; abajo, Pedro Gonzalez, Jota Jota (López), Morete, yo y el Mono Más”.

“¿Ya pasaron 50 años? Me quiero volver para allá…”, bromea. Se trata del equipo que cortó la racha sin festejos más larga de la historia del club. Fueron 18 años. El primer título profesional para él y también para Ángel Labruna como DT. Dos glorias de River que siguen enlazadas, porque el Beto lleva en el meñique un anillo del máximo ídolo del pasado.

El Beto Alonso, figura emblemática de aquel título de 1975, en una producción de LA NACION con las camisetas de aquel logro y la actual

Después de aquella conquista, las cosas “volvieron a la normalidad”. El primero fue ese Metropolitano, pero enseguida sumó el bicampeonato con el Nacional. Repitió el festejo en el Metro 77 y luego encadenó el tricampeonato entre 1979 y 1980.

River hizo en ese torneo una primera rueda excepcional, con 16 triunfos, dos empates y apenas una derrota. El Millonario sacó ocho puntos de ventaja sobre el segundo (Unión). Y no es poca cosa si se tiene en cuenta que por entonces sólo se entregaban dos puntos por partido ganado. Parecía una diferencia imposible de recortar. Muchos festejaron antes de tiempo. Entre abril y julio el club inscribió 23.000 nuevos socios.

El furor popular era incontenible y en la cancha había una máquina ofensiva: 46 goles en los primeros 19 partidos. Catorce de Alonso y trece de Carlos Morete. Gustaba y goleaba en todas las canchas. Arrasó con victorias ante los cuatro grandes. Le ganó 1-0 a Independiente, 2-1 a Boca en la Bombonera; le metió cinco a San Lorenzo (5-1) y cerró la primera rueda con un 3-2 a Racing en Avellaneda. Imparable.

El 18 de mayo de 1975, Alonso remata un tiro libre en el triunfo de River sobre Vélez por 2 a 0, en un Monumental al que aún le faltaba la tercera bandeja

Algunos llegaron a cuestionar que River obtenía ventajas deportivas por jugar muchos de sus partidos como visitante en la cancha de Vélez. En realidad, los rivales lo preferían así para aprovecharse de las descomunales recaudaciones que lograban en un estadio más grandes. River fue “visitante” en Liniers contra All Boys, Atlanta, San Lorenzo, Unión, Newell’s y Argentinos. “Muchos equipos encontraron alivio económico gracias a jugar con River en cancha neutral”, decía Rafael Aragón Cabrera, presidente del conjunto de Núñez. Aparte, no era el único. Boca, por ejemplo, también fue visitante en el Amalfitani contra Newell’s.

Pero una “maldición” no se rompe de manera tan sencilla. Había que sufrir. En la segunda mitad el equipo flaqueó. Sumó apenas 7 éxitos, 7 empates y 5 caídas.

River, para jugar contra Banfield el 16 de marzo de 1975: arriba, Ártico, Comelles, Raimondo, Fillol, Perfumo y Héctor López; abajo, Pedro Gonzalez, Jota Jota López, Morete, Alonso y Más

-¿Qué pasó en la segunda rueda, Beto?, ¿pesaron los 18 años?

-Perdón que hable de mí. Pero cuando me echaron con Independiente (N. de la R.: en la fecha 29), perjudiqué al equipo. Lo fui a insultar al juez de línea. Me sentí mal, culpable. Me dieron seis fechas. Me dieron mucho, fue un insulto simple, nada más. Pero bueno… fue mi culpa. Después perdimos con Atlanta, Newell’s y Boca. Empatamos con Temperley…

-¿Ese partido con Boca (N. de la R: derrota 1-0 en el Monumental, en la fecha 34) los hizo dudar?, ¿volvieron los fantasmas?

-El gol de Patota Potente… Nosotros no dudábamos, pero es cierto que la gente empezó a sentir temor. Porque se acordaban de todo lo que le habían hecho a River en los años anteriores.

Oscar Más en un ataque de River, en un estadio de Independiente repleto, en el Metro 75

-¿El equipo sufrió sin vos?

-Lógico. Era una pieza importante.

-Volviendo a la expulsión de Jorge Romero (el árbitro contra Independiente), ¿no fue mucho una suspensión de seis fechas?

-Lo querían cagar de nuevo a River.

El peso de la historia

Entre el 6 de julio (la expulsión de Alonso en el 1-1 con Independiente) y el 3 de agosto (el regreso del Beto ante San Lorenzo), River ganó un par de partidos, pero luego sufrió tres derrotas seguidas y cuatro encuentros sin ganar. Ni siquiera pudo festejar ante Temperley, que estaba último en el campeonato (empate 1 a 1).

Fue un mes durísimo para los hinchas de River. La derrota con Boca en el Monumental parecía un presagio del desastre. ¿Por qué? Por la historia reciente. Por la cantidad de veces que había estado muy cerca de ganar el título y se quedó en la puerta por una actuación fallida, por un arbitraje cuestionado, por un resultado insólito en otra cancha…

El gol de Patota Potente de tiro libre, con el que Boca le ganó 1 a 0 a River en el Monumental el 27 de julio de 1975; fue el momento más difícil para los hinchas

Algunas de las decepciones son leyenda. En el Nacional 68, River y Vélez empataron 1 a 1 en el triangular final. Luis Gallo, defensor del conjunto de Liniers, desvió con la mano un cabezazo de Recio. El árbitro, el histórico Guillermo Nimo, no cobró nada. Como los dos le ganaron a Racing, el torneo se definió por mayor cantidad de goles en la etapa regular. Y Vélez había tenido un poco normal encuentro ante Huracán de Ingeniero White (11-0).

Un año después era favorito en la final del Metropolitano ante Chacarita, de nula experiencia en estas definiciones. Pero el Funebrero lo sorprendió con un contundente 4-1.

En el 70, River e Independiente llegaron a la última fecha con el mismo puntaje. Los millonarios golearon a Unión 6-0, pero Independiente jugó dos días después y sabía la cantidad de goles que tenía que hacer para ser campeón. Le ganó 3-2 a Racing. Pero hubiera sido 2-2 de no ser porque el árbitro Humberto Dellacasa hizo patear tres veces el penal que dos veces le había atajado Agustín Cejas a Aníbal Tarabini. Hasta que en la tercera ocasión lo convirtió.

Y eso sin contar la final de la Libertadores de 1966, contra Peñarol, cuando después de estar 2-0 adelante, perdió 4-2 en el suplementario. El partido en el que nació el apodo “gallina”, que hoy se lleva con orgullo, pero que supo doler durante mucho tiempo.

La venta de Carlos Morete, goleador del equipo, cuando el torneo todavía no había terminado, generó muchas quejas entre los hinchas de River en aquel Metropolitano de 1975

Reflejos del pasado

Las charlas futboleras en el día a día eran insoportables, porque todas esas historias se revivían una y otra vez. Encima, en medio de ese panorama de resultados adversos, comenzaron los rumores de una posible venta del Puma Carlos Morete, el goleador del equipo, a Las Palmas. River estaba en negociaciones con el conjunto español por el atacante que, hasta ese momento, llevaba 23 goles. La gente comenzó a cuestionar al presidente del club, Rafael Aragón Cabrera, por lo inoportuno de la gestión.

Más tarde, el dirigente le reconoció a la nación: “Todo el plantel de River cobra por mes alrededor de 400.000 pesos. A Morete le ofrecieron ganar 2.340.000 pesos por año. Me acusan de sólo querer vender jugadores, pero pregúntenle al jugador si no le gustaría que se haga ese pase”.

Otra imagen del Beto Alonso en aquel partido con San Lorenzo; aquel día le salieron todas y River quedó a un paso del título del 75

El clima era tenso. La ventaja de ocho puntos se había visto recortada a tan solo tres y quedaban seis en juego (tres partidos). Pero entonces… volvió Alonso.

Aparece otra foto, esta vez en papel. El Beto cruza un zurdazo frente a Agustín Irusta. “Este es el partido contra San Lorenzo”, exclama. “¿Sabés cómo me di cuenta? Mirá las escaleras llenas de gente, mirá cómo está la cancha”.

Los Goles De Alonso Contra San Lorenzo

-El partido en el que corregiste aquel error de la expulsión (N. de la R.: Alonso volvió en la fecha 36 y River le ganó 2-0 al Ciclón).

-Hice muchos partidos buenos, pero ese contra San Lorenzo fue terrible. Se lo debía a la gente de River después de aquella expulsión. Hice los dos goles. Fue un partido histórico. Le pedí perdón a los hinchas porque hice una boludez, me equivoqué. Pero se los devolví.

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Pero de la alegría pasa al enojo muy rápido. Porque después de seis partidos sin jugar y una actuación estupenda contra San Lorenzo, otra vez quedó fuera de la cancha. No sólo él, todo el equipo. La coronación llegó el 14 de agosto, en plena huelga de futbolistas por un reclamo por la renovación del convenio colectivo de trabajo. “Fueron muchos años en los que no se podía ganar. Y había una cosa entre Futbolistas Agremiados, que hicieron una huelga y a la semana, justo después del partido, la levantaron. Siempre fue algo sospechoso. Y esa huelga no sirvió para nada”.

Rubén Norberto Bruno (con el número 10), festeja el 1 a 0 con el que River le ganó a Argentinos y se consagró campeón del Metro 75

La AFA determinó que la fecha 37, la que definió el título, se juegue con futbolistas amateurs. Juveniles que estaban fuera de contrato. Entonces River no tuvo ninguna de aquellas figuras que recitaba Alonso. El equipo jugó con Alberto Vivalda; Rodolfo Raffaelli, Orlando Ponce, Fernando Zapia y Luis Jometón; Rubén Cabrera, Héctor Bargas, Rubén Bruno; Leonardo Labonia, Ramón Gómez y Francisco Groppa. River le ganó a Argentinos por 1 a 0 con un gol de Bruno a veinte minutos del final.

-¿Te sigue molestando que no pudieran festejar el título ustedes, aunque pasaron 50 años?

-Si. Lo que hicieron no fue correcto.

-¿Pero ganaste de todo después de eso?

-No me importa. Me duele. Lo veníamos buscando. Nos habían “choreado” en la cancha. Desde el famoso penal de Gallo en 1968, aunque yo no jugaba. Pero imagínate los muchachos que no pudieron salir campeones en esa época y no podían estar el día del título. Yo defendía a todos esos muchachos.

-¿En el plantel hubo división respecto de la huelga?

-En general lo vimos como un engaño. Nos dolió. Una vez que River salió campeón… se terminó la huelga.

Una caravana interminable de hinchas de River partió rumbo al Monumental para festejar el título Metropolitano el 14 de agosto de 1975

-Cómo se llevaron con los chicos que tuvieron que jugar.

-Bien. Ellos no tenían nada que ver. A algunos los sigo viendo, aunque no hayan llegado lejos. Ellos tenían que salir a jugar.

-¿Dónde estaban…?

-(interrumpe) Pará, primero quiero decirte: que te jodan los referís, como en el penal de Gallo… Cuando le hicieron patear tres veces el penal a Tarabini… Todo eso te causa un dolor tremendo. Éramos grandes. Que nos mintieran así…

El 14 de agosto de 1975, después del triunfo ante Argentinos en la cancha de Vélez, los hinchas de River coparon el campo de juego del Monumental, aunque los futbolistas no se sumaron al festejo

-¿Dónde estabas la noche de ese partido contra Argentinos?

-En mi casa.

-¿Lo viste por televisión, lo escuchaste en la radio?

-No. Me enteré después del resultado.

-Después del partido hubo una caravana tremenda rumbo al Monumental. Abrieron la cancha para la gente. ¿Ustedes no fueron?

-No. Estábamos muy calientes. No podíamos festejar una cosa que te quisieron arrebatar.

Gol de Alonso de penal el día de los festejos contra Racing, el 17 de agosto de 1975; River ganaba 2-0 y el partido se suspendió por la invasión del público

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Al día siguiente de la consagración de River, el 15 de agosto, el gobierno declaró ilegal el paro. Agremiados, pese a que no había conseguido su meta de modificar el convenio, levantó la medida de fuerza porque el 16 la selección debía jugar con Brasil por la Copa América. Si el equipo nacional no se presentaba, la AFA podría ser suspendida por dos años, algo que se vería muy mal en la previa del Mundial que el país tenía que organizar en 1978.

-Más allá de los 18 años, ¿cuánto tuvo que ver Labruna en el armado del equipo?

-Fue muy importante. Él llega desde Talleres con Ártico y a Comelles para reforzar la defensa… Y viene Perfumo que vuelve de Brasil. ¡Qué jugador Roberto! Labruna hacía cuentas. Anotaba: 15 goles de Morete, 8 del Beto Alonso… todos los que proyectaba que podíamos hacer para salir campeones. Yo hice unos cuantos más después…

Formidable toma aérea del Monumental el 17 de agosto de 1975, en el festejo del título Metroplitano de River ante Racing Club

-Y en vos, ¿cuánto influyó?, ¿qué te dijo?

-Que sabía de quién era la camiseta número 10. Después vinieron un montón más que podían usar la 10, pero no podían. Hasta al hijo (N. de la R: Omar), le dio la 8… Eso te da una idea de todo lo que lo quería a Angelito.

-¿Cómo era el trabajo en el día a día?

-Laburaba, laburaba. También le gustaban mucho los caballos. Nosotros estábamos en la concentración y lo dejábamos que el hombre disfrute. Se iba a las carreras. Tenía mucha calle. Fue siempre de River, lo amaba. Su casa era River. Como para mí. Él me lo enseñó, me lo inculcó. Aprendí mucho de Angelito.

Ángel Labruna festeja un gol en el partido ante Racing en la fecha final; tres días antes, no quiso dirigir al equipo contra Argentinos Juniors, por respeto a los profesionales de River durante la huelga; se hizo cargo del equipo Federico Vairo

-¿Cuánto peso ese título para que vos te metieras en el corazón del hincha?

-Fue un título, es importante. Pero la gente ya me empezó a querer cuando en el 72 le hice el gol a Santoro, ese que dicen que Pelé no pudo hacer. El hincha veía que yo salía a la cancha y empezaba el grito: “¡Alonso, Alonso!”.

Un joven Norberto Alonso, en 1972, en la Bombonera, en un clásico entre Boca y River; los hinchas ya lo habían adoptado como el nuevo ídolo del club

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La injusticia de no poder ser ellos los que consiguieran en la cancha el título más esperado de la historia de River se corrigió el 17 de agosto. En la última fecha, ante Racing (2-0 con goles de Alonso y Morete). Y fue otra explosión popular, con el Monumental repleto como nunca antes. Había gente hasta dentro de la cancha, bien cerca de la línea de cal. Se estima que hubo unas 100.000 personas.

River 2 vs. Racing 0; invasión de hinchas y partido suspendido el 17 de agosto de 1975, cuando el millonario volvió a ser campeón después de 18 años

Tanta pasión contenida se desbordó. El equipo salió a la cancha a las 15.30, pero hubo una invasión para acompañar a los jugadores en la vuelta olímpica. Despejar la cancha fue una tarea casi imposible. El partido no empezó hasta las 16.22. Y sólo se pudo jugar un tiempo porque el público volvió a tomar el terreno y ya fue imposible seguir.

Después de 18 años de angustia, el desenlace fue tan caótico como se podía imaginar. Y el estallido emocional de dimensiones imposibles de medir.

Los jugadores de River llevan en andas a Ángel Labruna el día del 2-0 contra Racing, el 17 de agosto de 1975River y su formación campeona del Metro de 1975

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