Boca no gana ni cuando merece y estiró ante Racing su peor racha histórica: otra vez lo salvó Paredes

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Boca y Racing regalaron un clásico entretenido, con llegadas y emociones en los arcos, un espectáculo que probablemente resultó más disfrutable para quienes lo vieron desde afuera que para los hinchas de los dos equipos. Porque Boca dejó mejores sensaciones, pero acumula ya 12 partidos sin victorias. Racing estuvo cerca de llevársela, pero le empataron en el final. Un buen plan para el sábado por la tarde, menos para los que lo vivieron desde adentro.

Russo, que había prometido cambios, entendió que había llegado a un momento límite. Y que esta vez el que debía dar el paso era él. Armó un equipo más por necesidad que por gusto. No es fácil encontrar en su carrera otra formación parecida, y menos en un clásico con Racing: Paredes de 5, Braida y Aguirre en un mediocampo atípico, Velasco de enganche y, arriba, una dupla de área pura con Merentiel y Cavani. La Bestia regresó tras el episodio en el Ducó y Merentiel tuvo dos claras que no pudo concretar. Cavani, que había practicado toda la semana con los suplentes y se coló en el 11 a último momento, cometió otro blooper en el área que volvió a convertirlo en meme.

Era un día para nombres pesados: el más joven fue Aguirre, con 22 años. Una jugada fuerte. Porque en el fútbol, se sabe, amontonar defensores puede fortalecer el fondo, pero acumular atacantes no siempre garantiza más goles. Costas también hizo su apuesta. Aunque Racing tiene el martes en Uruguay el cruce de octavos de Libertadores ante Peñarol, puso casi todo lo que tenía. Solo guardó a Arias, que volvía de una lesión, y a Di Césare y Rojas; el resto, todos titulares.

Desde el arranque, Boca dejó en claro que era un equipo armado a las apuradas. Cada vez que Marchesin sacaba, buscaba lastimar con una línea de cuatro atacantes, con Braida y Aguirre acompañando a los delanteros. Pero el equipo se veía partido, con demasiados jugadores adelante y muchos otros atrás. Paredes intentaba conectar esas dos mitades, aunque sin apoyo para generar juego. Racing, por su parte, encontraba fluidez cuando aceleraba con Vergara o se abría camino por el medio con pases profundos de Nardoni, aunque fallaba en la estocada final. El equipo de Costas mostraba otra fisonomía de equipo: más compacto, sabía cómo ocupar los espacios, mientras que Boca lograba incomodar solo cuando proyectaba a sus laterales, especialmente a Blanco. Y cuando Velasco, Aguirre y Braida, que más tarde intercambiaron posiciones, lograban generar huecos en vez de estorbarse mutuamente.

Racing parecía tener mejor aprendido el libreto, aunque le faltó esa voracidad ofensiva que suele caracterizarlo. Rodríguez, Nardoni y Almendra tuvieron las chances más claras en un primer tiempo parejo, mientras que Cavani y Aguirre respondieron por el lado de Boca. Pero en todos los casos, la puntería los traicionó. Velasco apareció solo a ratos y casi siempre eligió mal. Más allá del peso de los diez millones, carga con la mochila de 23 partidos sin goles y apenas una asistencia. Racing se mostró demasiado cómodo en el rol de partenaire, confiando mucho en sus delanteros y dejando demasiado espacio a un Boca que, aunque lejos de su mejor nivel, tiene jugadores capaces de desequilibrar. En las contras, la Academia no estuvo fina: Vergara jugó al límite del offside y eso complicó las opciones de quien manejaba la pelota.

Conechny trata de desequilibrar entre Alarcón y Milton Giménez

Boca arrancó mejor el segundo tiempo, manteniendo su desorden táctico pero con un ímpetu renovado y decidido a buscar el gol. Y estuvo muy cerca de conseguirlo. Merentiel se inventó una jugada de la nada: un recorte de derecha al centro que, tras una pared fortuita en el área, lo dejó cara a cara con Cambeses, quien achicó justo para evitar el gol. Apenas dos minutos después, se repitió una escena ya conocida: Cavani, casi debajo del arco, tiró la pelota por encima del travesaño. El gol de Boca parecía cuestión de segundos, pero faltaba quien lo convierta.

Justo en ese momento, Costas mandó un mensaje desde el banco. Sacó a Almendra, Maravilla y al colombiano, para cuidar piernas y darle aire fresco a su equipo, que empezaba a caer en el desgaste. En la jugada siguiente, Russo sacó a Cavani, que se retiró entre una mezcla de silbidos y aplausos tibios. Y también a Velasco, para quien solo hubo reproches. Ya no había margen para un esquema más ofensivo, pero sí para buscar equilibrio. Giménez entró de 9 y Alarcón se sumó al medio para liberar a Paredes. Un dibujo más lógico, tal vez ideal para el comienzo y no tanto para el final.

Lo mejor del partido

Pero Boca ya no gana ni cuando lo merece. Ni siquiera cuando genera las chances más claras. De un mano a mano increíblemente desperdiciado por Merentiel llegó el centro llovido que Boca no pudo defender, el tiro mordido de Rojas y la aparición de Solari para el 1 a 0 para Racing. La Bombonera empezaba a perder la paciencia. Russo vivía el partido al borde del campo, más esperando una reacción que generándola. El árbitro, Nicolás Ramírez, también hizo lo suyo, transformando cada roce en falta, lo que permitió que de tanto centro al área llegara el gol. Como en su debut ante Unión, Boca necesitó del pie preciso de Paredes en la pelota parada para evitar el incendio. Esta vez, un tiro libre desde tres cuartos que cayó a la cabeza de Giménez para el 1 a 1 final.

Si lo que se esperaba de Boca era al menos un atisbo de reacción, lo logró. Pero los resultados siguen sin aparecer, pese a que un empate ante un equipo como Racing podría sonar positivo. La racha negativa se sigue estirando y Boca afrontará una semana más de incertidumbre. Una más, como para no perder la costumbre.

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