Un desmayo y una señal: alarma por partida doble en el Masters 1000 de Cincinnati

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El Masters 1000 de Cincinnati es uno de los torneos más tradicionales del circuito. Eso no significa que quede exento de problemas habituales, como el calor que suele acompañar buena parte de los certámenes de la gira. Es casi una tradición ver cómo los jugadores, en el Australian Open, recurren a bolsas de hielo para tratar de aliviar las altas temperaturas. Algo de eso se vio esta semana en el torneo que se disputa en Ohio. Con un agravante: el francés Arthur Rinderknech se desmayó y no pudo completar el partido que disputaba ante el canadiense Felix Auger Aliassime, que se impuso por 7-6 (7-4), 4-2 y retiro del jugador galo.

El hecho sucedió cuando promediaba el segundo set, y Rinderknech, 70° del mundo, que estaba abajo en la cuenta, se desplomó en el fondo del court, agobiado bajo los 32 grados de temperatura, con una humedad superior al 50 por ciento. De inmediato, el jugador francés recibió la atención del umpire Jimmy Pinoargote y de su adversario, además de los médicos del torneo, que le aplicaron hielo. Intentó continuar, pero lucía obviamente muy disminuido, y no pudo terminar el encuentro.

Horas después, ya recuperado, Rinderknech hizo un posteo en sus redes sociales y comentó con gracia: “Ya probé el GreenSet (la superficie de cemento) versión plancha. Veredicto: no me gustó. Gracias por los mensajes, está todo bien. ¡Un buen vaso de agua y nos vemos pronto!»

“Desde donde yo lo vi fue algo muy repentino”, expresó Auger Aliassime en una entrevista después del encuentro con Tennis Channel. “Hablé después con Arthur y me dijo que hoy no se sentía muy bien ya desde el inicio, y así fue durante todo el encuentro. Intentó seguir y dar pelea. Para mí fue clave ganar ese primer set. A pesar de esta situación, quiero decir que él estaba jugando en un gran nivel, sacando muy bien. Con el 2-2, se desplomó y se quedó en el piso un rato”.

El posteo de Rinderknech después de su desmayo en Cincinnati

“En ese instante, como jugador, pasas de intentar ganar y ser competitivo, a preguntarte si es algo serio lo que le está pasando. Piensas en si deberías acercarte, si hay algo urgente que puedas hacer, en llamar a gente para ayudar rápidamente. Al final él estuvo bien, pero fue algo preocupante”, destacó el canadiense.

“Parece que estamos en un horno. Así lo siento incluso para los aficionados. Nosotros estamos en movimiento y centrados en tratar de ganar, pero el público está sentado durante mucho tiempo; para nuestros equipos también. Es un recordatorio amistoso de tratar de beber mucha agua, traer sombreros y refrescarte tanto como se pueda”, agregó el 28° del ranking.

No fue la única situación particular en el lunes de Cincinnati: la combinación de altas temperaturas y elevada humedad también afectó a las instalaciones del torneo, y un par de horas después del desmayo del jugador francés, se produjo un apagón masivo en el certamen, a causa de un recalentamiento en uno de los generadores de electricidad, lo que obligó a interrumpir los partidos en medio de la sesión vespertina.

¿Algo más? Sí, claro. En un lunes insólito, Jannik Sinner estaba a punto de sacar en el comienzo del segundo set de su partido contra el canadiense Gabriel Diallo, cuando una alarma contra incendios empezó a sonar furiosamente en el court central; rápidamente quedó expuesto que el problema era en una de las plateas cabecera, donde se cortó la luz y se encendió de inmediato el dispositivo sonoro de alarma.

Sinner, incrédulo, sonreía sin poder creer lo que sucedía. El umpire Greg Allensworth interrumpió el juego, recibió las explicaciones del caso, y después de cuatro minutos el juego se reanudó. Eso sí: el incidente no alteró el resultado y el número 1 del mundo se impuso a Diallo por 6-2 y 7-6 (8-6). Su próximo adversario será el francés Adrian Mannarino, que en el duelo nocturno se impuso al estadounidense Tommy Paul por 5-7, 6-3 y 6-4.

Y por si fuera poco, en uno de los encuentros vespertinos, un bebé comenzó a llorar en el court central durante el partido que disputaron Emma Raducanu y Aryna Sabalenka, cuando transcurría el tercer set y llevaban casi tres horas de lucha. La británica le reclamó a la jueza de silla por el llanto del pequeño que se hacía sentir desde la tribuna. La umpire le expresó: “Es solo un niño, ¿me estás pidiendo que lo saquen del estadio?“, a lo que Raducanu contestó de forma positiva. ”OK, voy a pedirlo, pero tenemos que continuar el partido», aceptó la jueza de silla.

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