ZÚRICH.- El gobierno suizo no se opondría a que la leyenda del tenis Roger Federer o el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, intervinieran para reducir la carga arancelaria del país después de que Estados Unidos aplicara un gravamen de importación del 39% a sus productos, dijo la presidenta Karin Keller-Sutter.
El martes de la semana pasada, la presidenta acompañada del vicepresidente y ministro de Economía, Guy Parmelin, viajaron a Washington con el objetivo de reunirse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para lograr un acuerdo comercial más favorable para el país helvético, pero volvieron con las manos vacías.
Keller-Sutter solo consiguió reunirse con el secretario de Estado, Marco Rubio, sin llegar a tener encuentros con los principales negociadores en materia arancelaria. Ese mismo día, Trump afirmó que había hablado por teléfono con la mandataria y comentó: “Era una mujer agradable, pero no quería escuchar”.
El gobierno de Suiza prometió en un comunicado el jueves pasado que “continuará las conversaciones con los Estados Unidos” y, mientras tanto, no impondrá ningún arancel de represalia, ya que también podrían perjudicar a la economía de su país.
Infantino y Federer
Algunos políticos suizos propusieron a su compatriota Infantino como canal informal de negociación con el presidente Trump, por la cercana relación personal que ambos han mantenido en los últimos años.
El presidente de la FIFA, nacido en la ciudad suiza de Briga, acaba de inaugurar una oficina de la federación en Nueva York, más precisamente en la Torre Trump, y compartió con el magnate y con las esposas de ambos el palco en la final del Mundial de Clubes celebrado recientemente en Estados Unidos.
“Es el momento de moverse”, comentó el viernes pasado el consejero nacional Roland Rino Buechel, quien conoce a ambos personalmente. Dijo también, en diálogo con el Financial Times, que “llegó la hora de involucrar a Infantino para intentar abrir las puertas de Washington”, al recordar que “la situación es muy grave, con miles de empleos en riesgo, y Gianni es quizás el único capaz de desbloquear esta cuestión”.
Infantino, además, mantiene una buena relación con Parmelin, que además de ministro se desempeña como consejero federal. La idea de recurrir a Infantino como intermediario informal también parece ser avalada por el exembajador en Alemania, Thomas Borer.
Trump también es aficionado a las celebridades y podría dejarse convencer por un acercamiento de Federer, según informaron medios suizos.
“Si personalidades que lo conocen tienen una conversación con él, no estamos en contra”, dijo Keller-Sutter al locutor Tele Zueri, cuando se le preguntó sobre Infantino o Federer hablando con Trump.
Según afirmó, “no es una estrategia que podamos seguir oficialmente”, al tiempo que añadió que las negociaciones con Washington las lleva el gobierno. “No sé si eso realmente ayudaría al final”.
De los más altos del mundo
Suiza quedó atónita por el gravamen del 39% impuesto, uno de los más altos de los aplicados por Trump, que entró en vigor la semana pasada.
El economista Hans Gersbach, del Instituto Económico KOF de la Universidad ETH de Zúrich, estimó que podrían perderse entre 7500 y 15.000 empleos en Suiza como consecuencia de los aranceles estadounidenses.
“El efecto será grave en algunos sectores como la relojería, la maquinaria y los instrumentos de precisión”, dijo Gersbach. “Si la industria farmacéutica también estuviera en el punto de mira, la cifra sería mayor”, añadió, aunque todavía no se ha calculado ninguna cifra.
El gigantesco sector farmacéutico suizo, que incluye a Roche y Novartis, representó la mitad de las exportaciones suizas a Estados Unidos el año pasado, y no fue incluido en los aranceles.
Keller-Sutter dijo que espera que las conversaciones para reducir los aranceles puedan resolverse en octubre, pero advirtió que su país no pagará “ningún precio” después de que un acuerdo anterior fuera descartado por Trump en una llamada telefónica entre los dos líderes el 31 de julio.
Agencias ANSA, DPA y Reuters