“Era un pibe muy simpático. Sonriente. Querible y cero conflictivo”. Esa fue la semblanza que Armando Mainoli hizo de su amigo Diego Fernández Lima, cuyos restos óseos fueron hallados hace unos días en el patio de una casa en el barrio porteño de Coghlan. “Si bien ya sabemos que fue asesinado, por lo menos para la familia esto es un poco de paz”, aseguró en comunicación con LN+.
“Justicia no va a haber, la causa ya está prescripta. Solamente quizás se sepa la verdad y descubrir quiénes encubrieron el hecho”, opinó Mainoli.
Los peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) estuvieron a cargo de hacer el estudio que permite determinar el sexo, la edad estimada en el momento de la muerte, la estatura y posibles lesiones que presentaba el cuerpo, entre otras cuestiones.
“Nosotros no establecemos causas de muerte. Sí describimos lesiones. En este caso vimos una lesión cortopunzante a la altura de la cuarta costilla derecha y lesiones en miembros inferiores y superiores con, posiblemente, otro tipo de arma que probablemente se puede asociar a un intento de manipulación del cuerpo”, explicó la directora de la entidada Mariela Fumagalli, a LA NACION la directora para la Argentina del EAAF, Mariela Fumagalli.
Cristian, alias “Chucky”, el albañil que se topó con los huesos de Diego Fernández Lima mientras trabajaba en la obra en construcción en la calle Congreso al 3700 en Coghlan, terreno contiguo a la casa de Cristian Graf, el principal sospechoso del asesinato del joven de 16 años, reveló este martes a LN+ el lugar específico y las condiciones en la que halló los restos óseos.
“Estábamos trabajando normalmente cuando apareció el difunto. Estábamos excavando y apareció el hueso. Para saber de qué era, empezamos a excavar un poco para ver si era un hueso de un animal o no. Yo me di cuenta enseguida que se trata de huesos humanos porque estudié medicina. Empezamos a ver qué podíamos hacer porque es raro encontrar huesos ahí en el patio”.
La principal hipótesis en el caso es que Diego Fernadez Lima fue el 26 de julio de 1984, por su propia voluntad, a la casa de la familia Graf. Como informó LA NACION, a partir de la reconstrucción que hasta el momento hizo el fiscal López Perrando, Fernández Lima y Graf no eran amigos, pero compartían la pasión por las motos.
El hermano de la víctima, Javier aseguró el lunes, en diálogo con LN+ que toda su familia ignoraba la relación que su hermano Diego mantenía con Cristian Graf: “No sabíamos del vínculo. En la libretita de mi padre no había ningún nombre, ni de Cristian, ni de Graf, nada”.
El objetivo del fiscal Martín López Perrando, a cargo de la investigación del homicidio es reconstruir el vínculo entre ambos y determinar si la familia Graf sabía del cuerpo enterrado en el fondo de su propiedad. Se trata más de una búsqueda de la verdad ya que el caso prescribió.
El altercado se produjo cuando el único sospechoso llegaba a su casa en la avenida Congreso 3742. Fue allí cuando Mercedes Ninci, cronista de eltrece, lo abordó de manera directa. “¿Fuiste vos quien asesinó a…?”, le preguntó la periodista mientras sostenía el micrófono cerca de su rostro.
Graf, visiblemente incómodo, no emitió respuesta a la acusación. Solo se limitó a murmurar una frase cuyo contenido no se alcanza a percibir, mientras abría la reja de su vivienda.
Según el abogado penalista Gastón Francone, el caso de asesinato de Diego Fernández Lima está prescripto. “El máximo de la pena es de 25 años en la Argentina. Pero sin persecución durante 15 años ni secuela de juicio ni nueva comisión de delito, también prescribe”, detalló en diálogo con LN+ el lunes.
Y agregó: “Ahora lo que debe ocurrir es que se le deben pedir los antecedentes a Cristian Graf: si cometió algún delito en el medio corta, de algún modo, la prescripción”.
Daniel, licenciado en Seguridad Higiénica y encargado de garantizar un entorno laboral seguro y saludable para todos los albañiles en la obra en la calle Congreso al 3700, relató en detalle el viernes pasado, en los estudios de LN+, las circunstancias en las que descubrieron los restos óseos. Los obreros trabajan sobre la medianera que daba al fondo del inmueble de los Graf.
“Cuando estaba paleando uno de los chicos (Chuky) se le abrió un hueco y empezaron a caer todos los restos hacia la obra. No estaban en una bolsa. Estaban a una profundidad de 40 a 50 cm aproximadamente. Chuky se dio cuenta enseguida. Se le cayó primero el fémur, creo. Alberto, mi colega, me llamó y me dijo que había unos restos óseos en la obra. Yo vi el reloj, la llave, los llaveros. Alberto es el que puso todas las estacas con las cintas de peligro. Nosotros nos dimos cuenta que habíamos encontrado un cuerpo”, relató.
Tres excompañeros de la escuela técnica donde estudió Diego Fernández Lima también declararán este martes. Ellos fueron clave en el caso. Los Graf quedaron bajo sospecha cuando se determinó que los restos óseos correspondían a Fernández Lima. Tras conocer la noticia, un excompañero de la víctima llamó por teléfono a la fiscalía y dijo que en el chalet donde fueron hallados los huesos, en la época de la desaparición del futbolista, vivía otro compañero del curso: Cristian Graf [todos lo conocían por su segundo nombre], al que todos llamaban Jirafa.
El fiscal Martín López Perrando, funcionario a cargo de la investigación del homicidio, tomará testimonio este martes a los albañiles que encontraron los huesos de Diego en la obra en construcción en la calle Congreso al 3700, al lado de la casa de los Graf.
Norberto Cristian Graf, un excompañero de la escuela técnica donde estudió Diego Fernández Lima, el adolescente de 16 años desaparecido el 26 de julio de 1984 y cuyos restos fueron encontrados enterrados en el fondo de su casa (contiguo al chalet que había alquilado Gustavo Cerati) en Coghlan, se presentó el lunes en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61, situada en el edificio de la avenida de los Inmigrantes 1950, en Retiro.
Las autoridades judiciales aclararon que no se adoptó aún ningún temperamento sobre Graf, que aún vive con su familia en la casa donde fueron encontrados los huesos de la víctima, y le brindaron la dirección de la defensoría oficial que le tocaría en caso de ser necesario.