La mochila es uno de los elementos que más se utilizan durante la rutina diaria. Su amplio almacenamiento para computadoras, indumentaria, objetos de valor, libros, entre otras cosas, la hacen super necesaria y práctica.
Al tener un uso excesivo, el material de las mochilas sufren el paso del tiempo y precisan ser higienizadas con el fin de que no se les impregnen los malos olores y hasta la humedad que existen en el ambiente.
Según expertos, la limpieza debería ser semestral. Más allá de los cuidados pertinentes y de, ocasionalmente, usar un trapo mojado para limpiar el material o la tela, la higiene profunda se debe dar con esa periodicidad para desactivar cualquier foco vinculado a la reproducción bacteriana.
Sin embargo, este consejo puede variar según el uso de la mochila y, también, en caso de que se utilice para actividades extremas como trekking, senderismo, camping. De estar en contacto directo con la naturaleza, se deberá evaluar su higiene a uno o dos meses para que no queden restos de tierra o suciedad del aire penetrada en la tela.
Uno de los principales alertas a tener en cuenta es que si no se lava la mochila durante un tiempo predeterminado se favorece la proliferación de gérmenes: bacterias peligrosas como la Escherichia coli, Salmonella y Staphylococcus aureus son microorganismos que están en contacto con superficies sucias, y pueden ocasionar un problema mayor al ingresar a un hogar.
Consejos para lavar la mochila, sin dañar el material
Según el sitio especializado Deuter, lavar una mochila comprende una serie de pasos a tener en cuenta. Lo primero es no utilizar el lavarropas. Esto no hará más que dañar el material o la tela, sacándole la forma y, por consiguiente, su vida útil.
“Nunca debes lavar una mochila en el lavarropas. Esto se debe a que la abrasión ejerce tensión sobre el material y puede dañarlo a largo plazo. Además, los detergentes suelen dejar residuos, lo que puede provocar irritaciones si tienes la piel sensible. La reacción química que se produce entre el sudor, los restos de detergente y los rayos UV también acelera la descomposición de los materiales”, destacó el sitio web acerca de esta pregunta frecuente de los usuarios.
Por otra parte, se aclaró que las mochilas deben ser lavadas con un cepillo -preferentemente de cerdas suaves- de manera tal que la tela no sufra ningún tipo de daño.
“La mejor forma de limpiar la mochila es colocarla en una bañera, según el tamaño, y lavarla con jabón de pH neutro o gel de ducha. La suciedad de la mochila se puede retirar fácilmente con un cepillo. Los bordes sucios del sistema de transporte pueden enjuagarse presionando el material varias veces a mano con jabón y agua abundante. Debe guardarse en un entorno seco”, culminó la página sobre el mantenimiento y cuidado de este objeto.