Álvaro Morata y Alice Campello han dado por terminada su etapa en Turquía tras solo seis meses viviendo en Estambul junto a sus cuatro hijos. Lo que empezó como una promesa de estabilidad y reconciliación familiar ha acabado abruptamente, tal y como el delantero explicó en un comunicado público que no ha dejado indiferente a nadie.
Morata ha querido agradecer publicamente a los aficionados del Galatasaray y al pueblo turco el cariño y la acogida que les brindaron desde el primer día. Sin embargo, su experiencia profesional en el club no ha sido la esperada: denuncia que no se respetaron acuerdos fundamentales y que tuvo que renunciar a parte de su salario y a derechos contractuales que había ganado con su trabajo, en contra de los valores de equidad y profesionalidad que él defiende. La decepción por la falta de palabra y el respeto le ha llevado a despedirse antes de lo esperado.
El futuro inmediato de la pareja apunta a Italia, donde Morata será dirigido por Cesc Fábregas en el Como 1907. Esta mudanza es especialmente bienvenida por la influencer, nacida en Italia, y por el español, que ya conoce bien la Serie A. La familia afronta este nuevo reto arropados por el apoyo mutuo y con la esperanza de una vida más tranquila lejos de las turbulencias vividas en Turquía.