Cuando se piensa en Arequipa como destino turístico, casi siempre surgen los mismos nombres: el Monasterio de Santa Catalina, la Plaza de Armas, el volcán Misti, los miradores de Yanahuara o el Museo Santuarios Andinos. Todos merecen ser visitados, sin duda. Pero la ciudad blanca —y su región— tienen mucho más por ofrecer, especialmente a quienes quieren ir más allá de las rutas turísticas tradicionales.
En esta nota te presentamos 10 lugares alternativos, entrañables y, en algunos casos, desconocidos incluso para muchos locales. Desde puentes coloniales y pueblos escondidos hasta enclaves de arte y naturaleza viva, esta es tu guía para conocer una Arequipa diferente.
1. Puente de Fierro
Construido en 1881 con planos atribuidos a Gustave Eiffel, este puente ferroviario de hierro se extiende sobre el río Chili, conectando los distritos de Sachaca y Tiabaya. Aunque ya no está en uso como vía de tren, se ha convertido en un atractivo para ciclistas y caminantes que desean una vista diferente del valle arequipeño. Su estructura es un emblema de la ingeniería del siglo XIX.
2. Barrio de San Lázaro
Considerado el primer barrio de la ciudad, San Lázaro tiene una atmósfera especial. Sus callecitas angostas, empedradas y flanqueadas por casonas de sillar blanco conforman un verdadero laberinto de historia y encanto. Aquí se respira el pasado colonial, sin la masividad de la Plaza de Armas. Además, han surgido cafés, galerías y espacios culturales que le dan nueva vida.
3. Molino de Sabandía
Ubicado en el distrito de Sabandía, a unos 8 km del centro de la ciudad, este molino de piedra fue construido en 1621 y restaurado en el siglo XX. Aún conserva sus mecanismos originales y está rodeado de un entorno bucólico con andenerías, árboles y animales de granja. Es ideal para una escapada corta y tranquila, lejos del bullicio urbano.
4. Tambo de Bronce
Uno de los tambo mejor conservados del centro histórico, escondido en la calle Bolívar. Fue una antigua posada para viajeros y comerciantes en la época virreinal. Hoy alberga talleres artesanales, tiendas de arte y espacios para eventos culturales. Su arquitectura y patios interiores hacen que sea un viaje al pasado en pleno corazón de la ciudad.
5. Canteras de sillar de Añashuayco
Si bien se han hecho conocidas por el turismo en los últimos años, aún muchos visitantes las omiten. Aquí podrás ver a los canteros trabajando el sillar volcánico como lo han hecho por siglos. Hay esculturas monumentales talladas en la piedra y recorridos guiados que explican cómo el sillar dio forma a la arquitectura arequipeña. Es una experiencia que une historia, arte y geología.
6. La Mansión del Fundador
Esta casona señorial del siglo XVI se encuentra en Huasacache, en las afueras de Arequipa. Perteneció a Garcí Manuel de Carbajal, el fundador de la ciudad. Ha sido restaurada con esmero y hoy puede ser visitada como museo. Tiene mobiliario colonial, jardines y una capilla. Es un excelente lugar para comprender cómo vivía la aristocracia arequipeña de antaño.
7. Valle de Chilina
A solo unos minutos del centro histórico, este valle se extiende a lo largo del río Chili y ofrece una vista impresionante del paisaje andino con el Misti al fondo. Es ideal para caminatas ecológicas, fotografía de naturaleza y avistamiento de aves. Allí también se pueden encontrar restos prehispánicos y andenerías que testimonian la herencia agrícola de la zona.
8. Museo de la Catedral de Arequipa
Muchos turistas admiran la imponente Catedral desde afuera, pero pocos ingresan al museo que alberga en su interior. Se trata de uno de los museos religiosos más completos del Perú, con más de 400 piezas de arte sacro, ornamentos litúrgicos, instrumentos musicales y objetos coloniales. El recorrido incluye el acceso a las torres y una vista privilegiada de la ciudad.
9. Petroglifos de Toro Muerto
Ubicado en la provincia de Castilla, a unas 3 horas de la ciudad de Arequipa, Toro Muerto es uno de los conjuntos de arte rupestre más grandes del mundo. Con más de 5,000 piedras grabadas por culturas prehispánicas como la Wari y la Chuquibamba, este sitio es una joya arqueológica que combina misterio, historia y un paisaje desértico imponente.
10. Pueblo de Chivay (y el mercado de productos altoandinos)
Antes de entrar al Valle del Colca, el pueblo de Chivay ofrece una parada necesaria. Más allá de ser el punto de partida para ver cóndores, Chivay tiene su propio encanto: baños termales, ruinas cercanas, iglesias coloniales y un mercado donde se pueden ver productos que no se encuentran en otras regiones, como papas nativas, chuño, habas andinas, hierbas medicinales y textiles artesanales.
Bonus: Vívelo como un local
Para conocer estos lugares más allá del lente del turista, lo ideal es conversar con los arequipeños, pedir recomendaciones fuera de los mapas turísticos, visitar los mercados (como San Camilo o El Palomar) y probar la comida casera en fondas barriales. Agosto, con su mes festivo, es la mejor excusa para explorar Arequipa con ojos nuevos, aunque ya la hayas visitado antes.