Un jugador de la liga de básquet de Filipinas (MPBL) golpeó con brutalidad a su rival durante un partido y lo dejó inconsciente en el suelo. El hecho ocurrió el lunes en el encuentro entre GenSan Warriors y Mindoro Tamaraws.
Según consignó la agencia estatal de noticias en Filipinas (PNA) la falta se produjo sobre el final del tercer cuarto. Fue allí que Michole Sorela (General Santos) le dio una trompada en la cara a Jonas Tibayan.
La acción provocó la inmediata caída del jugador agredido y la conmoción de todos los fanáticos. Tibayan recibió atención médica en el lugar y fue trasladado primero al St. Patrick Hospital Medical Center.
Luego, informó el medio local, se lo derivó al New Era Hospital en Quezon City, donde le diagnosticaron una conmoción cerebral, fractura de hombro, labio roto, mandíbula ensangrentada y pérdida parcial de un diente.
El comisionado de la MPBL, Kenneth Duremdes, calificó el hecho como “de las peores acciones” que presenció en la historia del deporte y afirmó que la liga “no tolerará” conductas que comprometan físicamente a los jugadores.
Testigos y material audiovisual mostraron que Sorela estaba molesto antes de lanzar el puñetazo, pero puntualizaron también en que no hubo contacto previo que justificara ese nivel de la agresión.
Tras revisar las imágenes, la MPBL impuso una suspensión de por vida y una multa de 200.000 pesos filipinos -alrededor de US$3400-. La Games and Amusements Board, organismo que regula la actividad, analiza además retirarle la licencia, lo que lo inhabilitaría para competir en cualquier liga profesional del país.
El encuentro, disputado en el Batangas City Sports Coliseum, terminó con victoria de Mindoro Tamaraws por 76-72, un resultado que pasó a segundo plano frente a la gravedad del incidente.
Antecedente en Estados Unidos
En junio de este año, la WNBA —la liga de básquet femenino de Estados Unidos— registró un episodio de violencia similar durante un partido entre Indiana Fever y Connecticut Sun, que fue motivo de polémica.
Sucedió durante la semifinal de la Copa del Comisionado. La figura del equipo de Indianápolis, Caitlin Clark, fue el centro de las agresiones. Primero recibió un manotazo en la cara de Jacy Sheldon mientras avanzaba con la pelota, y poco después fue empujada al suelo por Marina Mabrey, lo que provocó un tumulto.
La tensión se mantuvo hasta el último cuarto. Con el marcador favorable a Indiana, una falta antideportiva de Sophie Cunningham sobre Sheldon —a la que derribó colgándose de su cuerpo durante un contraataque— generó nuevos empujones, agarrones e insultos en la pista. El árbitro expulsó a Cunningham, Sheldon y Lindsay Allen.
Tras el encuentro, Clark evitó referirse a las agresiones y prefirió centrarse en el triunfo, mientras que la entrenadora de Indiana criticó con dureza el arbitraje por “no controlar el partido”.