Copa Sudamericana: Central Córdoba le ganó a Lanús, que erró un gol abajo del arco e hizo figura a Aguerre

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Fútbol, nunca mejor explicado. Poco hizo Central Córdoba en la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana y le bastaron apenas unos minutos del segundo tiempo para encontrar la debilidad de Lanús, aprovecharla en dos jugadas y quedar -por ahora- arriba en la llave gracias al gol de Gastón Verón. Del lado granate se quedaron con el sabor amargo de las chances falladas y un penal muy reclamado.

La noche en Santiago del Estero comenzó de manera muy parecida al final de la excursión de Godoy Cruz en Belo Horizonte, por la misma competición. Atlético Mineiro le ganó con un gol agónico de Hulk (2-1), pero la nota la dio Reinier con su pase espectacular de pecho.

La genialidad de Castillo

Parece que antes de ingresar al campo del estadio Madre de Ciudades, Rodrigo Castillo, centro atacante granate, llegó a ver esa acción y se contagió a los nueve minutos: ganó en el área tras un tiro libre lateral y, con total serenidad y visión, asistió de la misma manera a Dylan Aquino, que no pudo encontrar la red por un tapadón de Alan Aguerre.

Eléctrico continuó el duelo argentino, pero para la jugada siguiente hubo que viajar hacia el área opuesta. Con un ataque de derecha a izquierda, a puro toque paciente, Central Córdoba encontró a Lucas Besozzi dentro del área, cerca del vértice izquierdo, y con un enganche rápido generó el torpe pisotón de Carlos Izquierdoz. El peruano Kevin Ortega no dudó y cobró penal. Sin embargo, desde el VAR modificaron su decisión: no por una decisión equivocada, sino porque en el arranque de la ofensiva encontraron en fuera de juego a Matías Perelló. Y todo siguió como estaba.

Ese fue el único acercamiento del “Ferroviario” en los primeros 45 minutos, sin siquiera haber pateado. Su misión se limitó a que Lanús no armara juego interno y, por ende, su trabajo se posó en la salida rival, intentando arrebatar la pelota con los futbolistas granates mirando a su propio arco, o bien cortando rápido el comienzo de la circulación. De hecho, los santiagueños hicieron algunas faltas fuertes.

Una de ellas fue la de Matías Godoy, que coqueteó con la roja dos veces. En primer lugar, por no permitir un saque lateral rápido (le manoteó el balón a Gonzalo Pérez), lo que era merecedor de amonestación previa a la infracción que cometió minutos después sobre Franco Watson, por la que sí se ganó la tarjeta. Por otro lado, la vehemencia con la que actuó en esa falta -levantó por el aire a su rival- podía haber sido revisada por el VAR.

Sasha Marcich volvió a ser importante para Lanús, pero Central Córdoba resistió los embates granates de ambos tiempos y se llevó un gran premio con el 1-0.

Así las cosas, los dirigidos por Mauricio Pellegrino siguieron con su objetivo de doblegar al local mediante el circuito. También mediante el sacrificio de los volantes por los costados, con un trabajo destacado de Eduardo Salvio. Así, a los 37 tendrían otra clara oportunidad de abrir el marcador. Castillo ingresó al área en diagonal y se inclinó por abrir el pie para colocarla en el primer palo, pero se le fue por el costado.

El descanso no alteró demasiado. Antes de los cinco minutos, el granate ya había generado por la izquierda y una chance de Aquino fue cortada con lo justo por Lucas Abascia, mientras que el Ferroviario reinició con sus intentos de imponer su cuerpo para chocar e intentar romper agresivamente el juego del visitante. Hasta que se dio cuenta de que también tiene herramientas como para dañar al rival con armas propias: empezó a jugar contra Pérez, más central que lateral.

Todos los abrazos para Verón, que convirtió un gol que no esperaba encontrar.

Fue un lavado de cara fugaz, pero efectivo para el local. Algunos pelotazos cruzados hacia el costado izquierdo empezaron a proporcionarle certezas que exprimió desde los diez minutos. Uno de esos balones largos desacomodó a la última línea de Lanús y el ataque fue orientándose hacia el centro, donde Iván Gómez se acomodó y pateó raso y cruzado, exigiendo la tapada de Nahuel Losada. Y dos minutos después llegaría la euforia santiagueña.

Un tiro de esquina bombeado cayó en la cabeza de Abascia, que ganó en lo alto y terminó encontrando a Gastón Verón, que -sorprendido- controló con el muslo izquierdo y remató con la derecha sin pensar: tapado por Castillo, Losada no pudo detener el remate, que fue al centro. Haciendo poco, Central Córdoba estaba 1-0.

A los 22, Lanús se perdería un gol increíble: también desviado a último momento por Abascia, esta vez con la cabeza. Sin embargo, la chance era tan importante como la polémica: Jonathan Galván tuvo agarrado de la camiseta durante unos segundos a Rodrigo Castillo en su intento por acomodarse para la definición. Si bien no fue suficiente para derribarlo ni tampoco el N°9 se dejó caer, la desesperación del defensor fue notoria. El juez no la vio y al VAR, evidentemente, no se decidió a convocarlo al monitor.

Central Córdoba se aferró a su arquero Aguerre, que en el final se transformó en figura. Primero, a los 44, fue espectador desde el primer palo de cómo Salvio erró el empate con un rodillazo que elevó una pelota que sólo debía ser empujada. Y al tercer minuto de adición, el ‘1’ voló a su izquierda para sacarle al ingresante Alexis Canelo un bombazo que se metía pegado al primer poste.

En Santiago se quedaron con el primer duelo, pero Lanús mereció más y promete revertir en su Fortaleza una llave argentina que arde.

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