Antes de la cumbre sobre la guerra en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se dieron un fuerte apretón de manos y caminaron sobre alfombras rojas. Arriba de ellos, cinco aviones militares sobrevolaron el lugar para conmemorar el momento.
Se trata de las aeronaves B-2 y F-22, que fueron diseñados originalmente para oponerse a Rusia durante la Guerra Fría y este viernes inauguraron un evento que busca poner fin al enfrentamiento bélico entre Kiev y el Moscú.
En una conferencia de prensa conjunta, Putin sostuvo que llegó a un “entendimiento” con Trump que “allane el camino hacia la paz”, aunque sin brindar precisiones al respecto. En otro momento, avaló las palabras de Trump de que la guerra en Ucrania no hubiese comenzado si él hubiese estado en el poder.
A inicios de la conferencia, Putin habló del vínculo entre Estados Unidos y Rusia y remarcó que la relación bilateral “está en el punto más bajo desde la Guerra Fría”. Y como guiño a su par estadounidense, dijo: “Tarde o temprano tenemos que superar la confrontación”.
Los bombardeos B-2 y F-22 retrotraen a ese momento de la historia. Pero también tuvieron significancia recientemente durante la guerra entre Irán e Israel. En el marco de ese conflicto y por pedido de Tel Aviv, Estados Unidos utilizó los B-2 —aviones capaces de transportar y lanzar bombas anti-búnker— para perforar las defensas de instalaciones nucleares iraníes.
Estos aviones son una de las plataformas de armas estratégicas más avanzadas de las Fuerzas Armdas estadounidenses, diseñados específicamente para ataques de precisión contra objetivos altamente fortificados. Tiene un alcance de más de 11.000 kilómetros sin repostar y puede realizar ataques globales desde bases continentales de Estados Unidos.
Esto fue demostrado en misiones lanzadas desde Missouri, Afganistán y Libia. En ese entonces, un funcionario del Departamento de Defensa aseguró que los B-2 fueron usados para atacar Fordo, donde se encontraba la mayor instalación nuclear iraní.
Cómo son los B-2 y F-22
Los B-2 tienen un costo aproximado de US$2100 millones por unidad, lo que los hacen las aeronaves más caras jamás construidas. Además, tiene una capacidad de carga de más de 18.000 kilos que le permite transportar armas convencionales y nucleares. Sus compartimentos internos están diseñados para mantener el sigilo y tener grandes cargas de municiones. Esto incluye a dos GBU-57A/B MOP (Massive Ordenance Penetrator), que es una bomba de precisión guiada de 13.600 kilos para destruir búnkeres.
En tanto, los F-22 volaron por primera en 1997 después de seis años de desarrollo bajo la promesa de brindar un dominio aéreo sin precedentes. Tienen una longitud de 18,90 metros y una altura de 5,08 metros.
Desde Lockheed Martin, empresa que los fabrica, los describen como “la combinación única de sigilo, velocidad, agilidad y conocimiento de la situación” junto con “armamento letal aire-aire y aire-tierra de largo alcance”. Se lo considera el mejor caza de dominio aéreo del mundo.
Luego de que los aviones sobrevolaran a Trump y Putin, los mandatarios se enfrascaron en una reunión cara a cara, de los que las consecuencias sobre el destino de Ucrania se conocerán próximamente.