Una antigua leyenda popular que asegura que los pepinillos deben rebotar al ser arrojadas desde 30 centímetros para ser considerados legales en Connecticut. Aunque la realidad es que no hay ninguna norma oficial que lo exija, este mito con casi 80 años de historia consolidó una “regla” que ha perdurado durane décadas.
El origen del mito de que los pepinillos deben rebotar 30 centímetros
La Biblioteca del Estado de Connecticut reveló en un artículo que una de las preguntas más frecuentes y sorprendentes que reciben los bibliotecarios tiene que ver con esta curiosa leyenda. “Por toda la Internet y en numerosos libros de humor, la gente lee que una ley de Connecticut exige que los pepinillos reboten para ser considerados encurtidos”, precisó la institución.
Frente a este panorama, bibliotecarios de las secciones de leyes, referencias legislativas e información gubernamental se encargaron de examinar exhaustivamente normas, reglamentos y ordenanzas en busca del supuesto decreto.
Finalmente, fue el Steve Rice quien logró descubrir el origen de este mito. Este bibliotecario recurrió al Hartford Courant, una de las bases de datos accesibles para los usuarios de la Biblioteca Estatal, donde encontró la información que buscaba.
En específico, un artículo de 1948 se relata el arresto de dos empacadores de pepinillos: Sidney Sparer y Moses Dexler. Ambos fueron acusados de vender productos “no aptos para el consumo humano”. Como resultado, fueron multados con 500 dólares y los encurtidos fueron sacados del mercado.
Tras el caso, Frederick Holcomb, el comisionado de Alimentos y Medicamentos de Connecticut de ese momento, explicó distintas formas de verificar la calidad de un encurtido. Además de las pruebas de laboratorio, indicó a los periodistas que también “se podía dejar caer desde un pie de altura (aproximadamente 30 centímetros) y debería rebotar”.
Normas para verificar la calidad de los pepinillos: ¿sirve dejarlos rebotar?
Bryan Cafferelli, comisionado del Departamento de Protección al Consumidor, explicó a NBC Connecticut que los pepinillos, al igual que todos los vegetales en conserva, están protegidos bajo la Ley Uniforme de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos del estado, especialmente en lo referente a estatutos sobre alimentos adulterados.
Además, señaló que los empacadores de encurtidos involucrados en el caso de 1948 fueron acusados de violar una norma “relacionada con la adulteración y falsa representación de productos alimenticios”.
A su vez, Bonnie Burr, subdirectora de la Universidad de Connecticut, explicó que la pectina es lo que mantiene “unido” al encurtido: “La acción microbiana comienza a descomponer el pepino si lo dejas fuera”.
“Cuando el pepinillo es crujiente y agradable, es cuando sabemos que fue cosechado y preservado de manera que su estructura sea más firme ¿Entonces realmente va a rebotar? Probablemente no. Pero ciertamente no se va a aplastar si lo dejas caer sobre tu mesa o sobre el suelo”, explicó.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicó un documento sobre las normas para las categorías de pepinillos, en el cual se describen las distintas texturas que pueden presentar estos productos:
- Centros huecos en estilo entero: significa que al cortarse transversalmente al eje longitudinal, tienen al menos una tercera parte o más de la cavidad de la semilla ausente.
- Unidades blandas, arrugadas y resbaladizas: se refiere a que los productos están arrugados, no crujientes, resbalosos, flácidos o que carecen de firmeza.
- Buena textura: significa que las unidades de pepinillo fueron procesadas correctamente y poseen una textura firme y crujiente.
- Textura razonablemente buena: significa que el alimento fue procesado correctamente, pero carecen de algo de la firmeza y crujido característicos del estilo y tipo de empaque.
- Textura pobre: significa que los encurtidos no cumplen con los requisitos de buena o razonablemente buena textura.