La separación de Shakira y Gerard Piqué sigue dejando huella, y no solo en lo personal. Tres años después de su ruptura, la expareja ha logrado vender una de las tres viviendas que compartían en Esplugues de Llobregat, Barcelona, por algo más de tres millones de euros. Esta mansión, parte de un complejo que adquirieron durante su relación para transformarlo en un gran espacio familiar, fue uno de los hogares más exclusivos de la pareja junto a sus hijos Milan y Sasha y los padres de la cantante.
El proyecto, iniciado en 2012 y diseñado por la arquitecta Mireia Admetller, incluía tres casas interconectadas por grandes jardines, piscinas, gimnasio, sala de juegos, estudio de grabación y terrazas con vistas impresionantes. Tras la ruptura y la marcha definitiva de Shakira a Miami, la pareja decidió poner a la venta el complejo de 3,800M, del cual dos viviendas principales siguen en el mercado por 10,99 millones de euros.
La venta, según confirman medios como ABC y La Vanguardia, no ha sido sencilla. La artista se ha mostrado firme en no rebajar el precio, mientras Piqué presionaba por vender rápidamente para poder instalarse con Clara Chía en una nueva propiedad. El desacuerdo por el precio – Shakira pedía hasta 12 millones de euros y el exfutbolista aceptaba rebajas que lo situaban entre 6 y 10 millones – ha generado tensiones y retrasos en las negociaciones.
La mansión ha sido escenario de momentos clave en la vida de ambos y sus hijos, así como de la última etapa, marcada por la crisis matrimonial, los rumores y la prensao. La operación cierra un capítulo para la cantante y el exjugador, que continúan repartiendo su patrimonio y rehaciendo sus vidas por separado.