A través de una carta, María Camila Hoyos, hermana de Miguel Uribe Turbay, despidió al exsenador del Centro Democrático, que murió el 11 de agosto de 2025, luego de estar internado dos meses y cuatro días en la Fundación Santa Fe, a causa de un atentado en su contra.
La misiva fue publicada en El Tiempo y relató el adiós a quien consideró su cómplice familiar. En ese mensaje, Hoyos escribió: “Nunca imaginé tener que enterrar a mi hermano Miguel”, una frase con la que transmitió el asombro y el dolor tras una nueva tragedia en la familia Turbay.
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María Camila Hoyos repasó momentos clave de su vida, como el día en que, hace 34 años, la familia despidió a su madre, Diana Turbay, asesinada después de seis meses de secuestro.
Recordó que había entrado a la Catedral Primada de Bogotá de la mano de Miguel, que entonces era un niño de cuatro años. Según relató en el texto reproducido por El Tiempo, “era el mismo templo, el mismo silencio que retumbó en mis oídos cuando, en 1991, unida de su pequeña mano, la de Miguel, entré para despedir a nuestra mamá”.
Características centrales de esa experiencia, como la unión familiar y el mensaje de fortaleza que transmitió su abuela Nydia, se repitieron ahora con la muerte de Miguel Uribe Turbay. En palabras de Hoyos, “el amor debe ser más fuerte que esta nueva tragedia”, una enseñanza que acompañó a los hermanos desde aquel primer duelo.
El texto reconstruyó la última etapa de Miguel Uribe Turbay, que, de acuerdo con la carta citada por El Tiempo, permaneció hospitalizado durante más de ocho semanas en la Fundación Santa Fe de Bogotá.
“Miguel no se rindió el día del atentado. Fue un verdadero guerrero”, aseguró Hoyos.
La familia organizó misas diarias en el oratorio de la clínica mientras acompañaban el proceso médico. “Cada comunión, cada rosario rezado a diario, se convirtió en la fortaleza que hoy nos permite despedirlo con serenidad y gratitud por su vida”, describió la autora en el texto.
Hoyos hizo énfasis en la pérdida personal y en las dimensiones humanas de su hermano, que definió como “padre amoroso, hijo que honró su apellido con rectitud, esposo que amó sin medida, tío ejemplar, sobrino querido, amigo leal y hombre íntegro”. Expresó el deseo de transformar esa ausencia en acciones que beneficien a otros.
Entre los compromisos que asumió en la carta, María Camila Hoyos defendió la protección del hijo de Miguel Uribe Turbay: “La primera forma de honrarlo es proteger y acompañar a su hijo, Alejandro”. Rescató el valor de la red familiar que la sostuvo tras el asesinato de su madre y aspiró a garantizar ese mismo respaldo a las generaciones futuras.
La misiva hizo hincapié en el trabajo social que representa la Fundación Solidaridad por Colombia, organización actualmente presidida por Hoyos.
Según informó en la carta publicada por El Tiempo, la fundación había beneficiado a 67.948 familias y 5.811.383 colombianos. Cada cifra, afirmó, representó una historia de vida que cambió como parte del legado de su abuela Nydia, la fundadora de la organización.
El mensaje también incluyó homenajes a otros miembros de la familia. En el texto citado por El Tiempo, María Camila Hoyos recordó a su madre, Diana Turbay, como la periodista que eligió servir desde la verdad y al pueblo, y evocó la figura de su abuela Nydia como el pilar que sostuvo a los hermanos ante la adversidad.
Reconoció la fortaleza de su padre ante las tragedias familiares: “Su fortaleza ha sido ejemplo para todos: ni en 1991 ni ahora se quebró”.
En la última parte de la carta, Hoyos habló del futuro de la familia Turbay y del compromiso de mantener vivos los valores recibidos: “Seguir unidos, con propósito, manteniendo vivos los valores que nos legaron mi madre, mi abuela y ahora mi hermano”. Declaró su intención de que cada avance y cada logro de la familia llevara el nombre y el ejemplo de Uribe Turbay.