La estación de inmigración de Ellis Island, a pocos metros de la Estatua de la Libertad de Nueva York, consagró un ícono en la historia de esa comunidad en Estados Unidos. Más de 12 millones de extranjeros fueron procesados en ese punto de ingreso y hoy es un santuario con un gran pasado.
La historia de Ellis Island y la primera migrante en ser registrada
El 1º de enero de 1892, Annie Moore, una adolescente irlandesa, llegó a la estación en Nueva York junto a sus dos hermanos. Fue la primera de los millones de extranjeros que serían registrados en los 62 años posteriores.
Previamente, era Castle Garden (Castle Clinton) la estación principal que recibía a los migrantes en el estado durante la gran primera ola, pero la aprobación de la ley de inmigración en 1891 requirió de mayores recursos e instalaciones.
Este punto de Nueva York representa parte de la historia de los migrantes en Estados Unidos y, en la actualidad, posee registros que datan del siglo XIX, por lo que los habitantes de origen extranjero pueden verificar si sus familiares pasaron por la estación.
Desde 1990, la Fundación de Ellis Island colabora para conectar a las familias con sus linajes, tal como detalla la página web.
A su vez, cuenta con un Museo Nacional de la Inmigración, para acercar a la población la historia de vida de quienes persiguieron el sueño americano en el pasado. Y el Centro de Historia de la Inmigración Familiar Estadounidense, con una base de datos disponible de los pasajeros de la isla y el Puerto de Nueva York entre 1820 y 1954.
Para llegar a la estación, se debe salir desde Battery Park en Manhattan o desde Liberty State Park en Nueva Jersey y viajar en ferry. La única concesionaria autorizada es Statue Cruises.
Cómo eran las inspecciones migratorias en Ellis Island
Los procesos de inspección tenían una duración promedio de entre tres y cinco horas normalmente. Estas se efectuaban en el “Gran Salón”, la sala de registros, con un examen médico de cada migrante que llegaba a la estación de Nueva York. También se verificaba la documentación válida de los pasajeros.
El manifiesto se completaba en el puerto de salida y contenía el nombre del inmigrante. Asimismo, se le realizaban preguntas sobre su origen, su destino y las posibilidades de convertirse en una carga pública para Estados Unidos, ya fuera por motivos financieros o de salud.
Los recién llegados contaban con intérpretes de todos los idiomas principales para poder realizar la inspección inicial de forma flexible y completar los registros con precisión en los detalles.
El sitio web señaló que únicamente el 2% de los inmigrantes que llegaron a Ellis Island fueron excluidos de la entrada. Los motivos principales de estas decisiones fueron diagnósticos médicos por enfermedades contagiosas, que podían representar un riesgo para la salud pública, así como la preocupación de un inspector legal por si un inmigrante podía convertirse en una carga pública o en un trabajador contratado de forma irregular.
A su vez, muchos de los que llegaron formaron sus bases en ese país y construyeron la fusión cultural.