“Amparo ‘la Gallega’ Vilches, una joven que cambió su vida el día que conoció al Cuervo Fernández, un hombre criminal y seductor, relacionado con el robo de autos y pirata del asfalto. Se enamoró, y dejó toda su vida anterior por él. Juntos escaparon de la justicia en España y armaron en Argentina una banda dedicada a asaltar casinos”, reza la sinopsis de Netflix de En el Barro sobre el personaje de Ana Rujas, la española de 36 años que saltó a la fama con series como Cardo y La Mesías.
Durante su paso por la Argentina para el rodaje de la ficción que protagoniza con Valentina Zenere, Ana Garibaldi, Carolina Ramírez, Camila Peralta, Lorena Vega y Rita Cortese, la actriz habló con LA NACION sobre su papel -“el más violento” que le tocó hacer-, su carrera y su paso por el país.
Ana y Amparo: polos opuestos
La propuesta para que formara parte de la serie llegó luego de que Pablo Cullel y Sebastián Ortega la vieran en La Mesías y se contactaran con su manager. En ese momento ella ya había visto varias temporadas de El Marginal y le gustó la idea de hacer algo diferente, además de adentrarse en el universo carcelario argentino.
“Mi intuición me dijo que lo tenía que hacer. Además, trabajar en otro país está bueno”, le explicó Rujas a LA NACION. La actriz madrileña es de las personas que creen en las energías y que las cosas pasan por algo; por eso, la convocatoria le vino como anillo al dedo, ya que cinco días antes de recibir la propuesta de Underground Contenidos se le había caído un proyecto importante.
Amparo es el personaje más violento que hizo en su trayectoria, según ella misma contó: “Es lo más intenso y lo más cañero (fuerte). Me gusta que así sea, no hago cosas muy light y esto realmente me conmovió mucho hacerlo. Amparo tiene algo tóxico, violento, de estar del lado oscuro de la vida, va al límite y no tiene intuición, no piensa mucho las cosas y no soporta nada. A su vez, no le gusta la gente que no es verdadera y es muy honesta”. Durante el primer capítulo de En el barro, la aparición de Rujas en la serie es breve pero crucial, y su historia que se va develando con el correr de los episodios.
¿Qué tiene “la Gallega” de ella? “Uno siempre da algún color al personaje, podría decir que tiene mi sentido del humor”, respondió. Parte de lo que le ocurre a su personaje tiene que ver con su historia de amor, romance que ella compara con Romeo y Julieta o más bien con Bonnie y Clyde, dado el contexto: “Un amor a quemarropa”.
Una de las cosas que más la fascinó del rodaje fue la locación: “Entrabas a una cárcel, de verdad, te lo crees y eso ayuda mucho”. Más allá de lo actoral, gran parte del rodaje se llevó adelante de noche, con frío, en un galpón alejado donde funcionó la cárcel de “La Quebrada”. Eso hizo que la experiencia le resultara más “fuerte” y que se produjera una especie de “hermandad” entre las actrices, a quienes no conocía personalmente más allá de que con Valentina Zenere, por ejemplo, tienen amigos en común en Madrid.
Los Javis, un antes y un después
La Mesías (2023) fue uno de los proyectos más grandes en los que participó, con dirección de Javier Ambrossi y Javier Calvo. Conocidos en España como “Los Javis”, la actriz ya los adoptó como parte de su familia: “Son gente talentosa que me ha inspirado y siempre voy a trabajar con ellos. La relación con ellos ha sido muy curiosa, laboral y personalmente. Ellos iban siendo grandes, levantando sus propios proyectos poco a poco, y yo por mi lado también”.
Así como Cullel y Ortega la convocaron luego de verla en la serie de “Los Javis”, ellos la llamaron después de verla en un monólogo que llevó a las tablas en Barcelona y Madrid. “Ellos forman parte de mi trayectoria”, aseguró. El primer trabajo que hizo con la dupla fue Paquita Salas, en el 2017, y cuatro años después Cardo, otra ficción que marcó un hito en su carrera.
En su juventud, Rujas estuvo tres meses en Nueva York estudiando. Es que aunque no viene de familia de artistas, sus padres siempre la apoyaron cuando ya desde muy chica supo que lo suyo era el teatro: estudió cine y se siente bien tanto sobre las tablas como debajo y delante como detrás de cámara. En un principio trabajó en proyectos más comerciales y luego viró a lo independiente y se corrió de lo mediático.
“Era un camino muy difícil, la verdad, es una carrera muy complicada, cuesta saber qué tipo de actriz eres, qué tipo de trabajo te gusta, qué tipo de proyecto te mueve, te conmueve, y en este entorno hay muchas cosas que te pueden perder; empecé joven y ahora ya tengo muchos años en esto. Me salvó mucho la intuición, estar despierta”, dijo.
En ese camino, admitió que en más de una ocasión tuvo que rechazar ofertas laborales en pos de buscar a la actriz que ella quería ser, para lo cual se apoyó no solo en su deseo, sino en su equipo de trabajo y mánager. Así, a sus 25 llegó su primer protagónico en cine fue con Diana de Alejo Moreno. Otra forma de llegar a su meta fue ponerse a escribir y gestionar sus propios proyectos, y en su camino hacia la dirección, aseguró que tiene como modelo al trabajo de Dolores Fonzi en su ópera prima, Blondi.
Una española con gusto argentino
Durante su estadía en Buenos Aires, aunque no tuvo mucho tiempo libre, aprovechó para ver teatro: Imprenteros, con su compañera Lorena Vega; Las Cautivas, con Camila Peralta; Culpa Cero, con Justina Bustos, fueron algunas de las piezas elegidas además de la visita obligada al Colón, en una Buenos Aires que la “arrolló” y la dejó con ganas de seguir haciendo cosas. Mientras, en Madrid quedaron su familia y varios proyectos sobre la mesa, como una obra de teatro con texto propio.
En su tiempo libre en España le gusta “lo que le gusta a todo el mundo”, ir a comer cosas ricas con amigos, pasear, ver cine y teatro. Luego de grabar, lo primero que hizo fue ver a su familia en España, a sus padres y a su hermana. Además de grandes amigas y una experiencia laboral que seguro traerá buenos frutos, del país se llevó el gusto por las milanesas y la fainá, el alfajor y hasta el mate, fiel compañero durante las extensas jornadas de rodaje.
A pesar de que un océano divide Argentina y España, Ana se crio mirando ficciones como Rebelde Way y más adelante encontró el gusto a producciones como Martín (Hache), las películas de Lucrecia Martel y en los últimos años, quedó fascinada con El Ángel, dirigida por Luis Ortega, hermano del fundador de Underground.
Rujas contó que le gustaría poder regresar al país, convencida de que En el barro le abrirá muchas puertas: “Espero que le llegue mucho a la gente, que lo disfruten, que la sufran como nosotras, creo que se van a enamorar de todos los personajes. Si bien es un spin off, es totalmente distinto a El Marginal”, señaló.