El Gobierno de Burkina Faso ha anunciado este lunes que ha declarado persona ‘non grata’ a la coordinadora residente de Naciones Unidas en el país, Carol Flore-Smereczniak, por su «responsabilidad» en un informe que «transmite información grave y falsa» sobre la violencia contra los niños en el marco del conflicto armado.
«Al confirmar unilateralmente información, sin respaldarla con pruebas legalmente aceptables, (…) el Gobierno considera, a la luz de todas las graves discrepancias observadas, y con el fin de preservar y fortalecer los importantes logros de la cooperación entre Burkina Faso y la ONU, que Carol Flore-Smereczniak ha dejado de ser una interlocutora creíble», reza un comunicado.
El informe en cuestión, titulado ‘Los niños y los conflictos armados en Burkina Faso’, aborda la situación política, militar y de seguridad, y las violaciones cometidas contra los niños, pero Uagadugú ha criticado que la ONU no haya contado con las autoridades locales, lo que «habría proporcionado una comprensión más completa e imparcial» y que haya recopilado datos «sin fuentes objetivas, pruebas ni justificación».
Así, ha manifestado su «indignación por la total indiferencia mostrada hacia las autoridades e instituciones burkinesas, que no participaron en su elaboración ni fueron informadas de las conclusiones del estudio», según ha declarado el portavoz del Ejecutivo, Pingdwendé Gilbert Ouedraogo.
«Con un estilo narrativo que cita indiscriminadamente a terroristas y a las instituciones de defensa y seguridad de Burkina Faso, este informe, que se asemeja a una compilación de afirmaciones infundadas y falsedades, no incluye en su apéndice copias de informes de investigación ni sentencias judiciales que respalden los presuntos casos de violaciones contra niños atribuidos a valientes combatientes burkineses», ha criticado.
Las autoridades han dicho estar «sorprendidas por la persistencia de ciertas agencias» de Naciones Unidas en cuanto al «uso descuidado y deliberado de terminología ambigua, ocultando un claro deseo de legitimar o reclasificar la barbarie a la que ha sido sometido el pueblo burkinés durante una década», si bien han recordado que en marzo realizaron una «aclaración inequívoca» tras una reunión con representantes de estas agencias.
Por último, ha reafirmado su compromiso con los «ideales de la ONU, cuyas contribuciones acoge con satisfacción en el contexto de los desafíos humanitarios y de seguridad, y ha reiterado «su total disposición a cooperar» a través de representantes y equipos en los países «firmemente comprometidos a brindar un apoyo genuino y sincero».
El país africano ha experimentado un aumento significativo de la inseguridad desde 2015, con ataques por parte de las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico que han contribuido a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan grupos de autodefensa, a los que el Gobierno ha sumado ‘voluntarios’.