La dimisión de Yanod Márquez a la cabeza de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios abrió un nuevo capítulo en la crisis de la empresa Air-e, que permanece bajo intervención estatal.
La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) se pronunció tras conocerse la noticia y expresó su expectativa de que el sucesor de Márquez asuma con una estrategia distinta para enfrentar las obligaciones pendientes.
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Alejandro Castañeda, director ejecutivo del gremio, conversó con Blu Radio sobre la situación actual. En sus declaraciones señaló que “su intervención de Air-e no tenía una estructura clara”, refiriéndose a la gestión del ahora exfuncionario.
Explicó que durante el periodo de Márquez no se logró concretar un plan para garantizar los pagos que la compañía mantiene con diferentes actores del sistema eléctrico.
De acuerdo con cifras mencionadas por el dirigente, los compromisos financieros de la empresa con las plantas térmicas ascienden a 1,5 billones de pesos. Esta deuda, dijo, requiere de un respaldo institucional mayor para evitar un colapso en la prestación del servicio.
El directivo enfatizó que el reemplazo de Márquez debe asumir la tarea de buscar respaldo en otras entidades del Estado. A su juicio, se necesita la articulación con el Ministerio de Hacienda y con el de Minas y Energía para asegurar liquidez y cumplir los compromisos con los generadores.
Según Castañeda, “se podría estar quedando sin energía el 35% de la región Caribe, que es la que depende esa generación térmica que actualmente está obviamente muy apretada desde el punto de vista financiero. Por eso, esperamos que el superintendente de servicios públicos entrante pueda conseguir los recursos para que la empresa honre las obligaciones”.
El dirigente insistió en que, durante la gestión de Márquez, la entidad no avanzó más allá de los ingresos propios de la empresa. Al respecto, explicó que “el problema es que con el saliente superintendente (Yanod Márquez) no se gestionó nunca nada más allá de lo que la misma empresa Air-e produce. Tomó posesión de una compañía que representa el 13% del sector eléctrico en el país sin tener recursos ni una idea clara”.
Para Andeg, la situación es delicada porque Air-e representa una porción significativa del mercado eléctrico colombiano. Sin embargo, las deudas acumuladas han puesto en riesgo el suministro en la región Caribe, altamente dependiente de la energía térmica.
La coyuntura ha generado una relativa calma gracias a la temporada de lluvias, que ha permitido mantener niveles adecuados en los embalses. Este factor ayuda a sostener la generación hidroeléctrica en el corto plazo. No obstante, la asociación advierte que la atención se centra en el próximo verano, a partir de diciembre, cuando la demanda y los costos aumentan.
Castañeda recalcó que la salida de Márquez puede abrir la puerta a una nueva estrategia que responda al tamaño del desafío financiero y operativo. La expectativa del sector es que el nuevo superintendente tenga la capacidad de construir un plan de rescate con respaldo nacional, de manera que Air-e pueda honrar sus obligaciones y garantizar el servicio en la región.
Además de la crisis inmediata, Andeg llamó la atención sobre la proyección energética del país en los próximos años. El gremio recordó que a partir de 2028 la capacidad disponible podría no ser suficiente para atender el consumo nacional, lo que obliga a acelerar inversiones y asegurar condiciones financieras estables para todos los actores de la cadena.
El panorama de la compañía intervenida se suma a un contexto más amplio de retos en el sector eléctrico. La deuda con las plantas térmicas es solo una parte del problema, ya que estas unidades son claves para responder en épocas de baja hidrología y garantizar continuidad en el servicio.
La renuncia de Márquez, quien había llegado al cargo con el objetivo de conducir la intervención de Air-e, deja en manos del Gobierno Nacional la decisión sobre su reemplazo. Mientras tanto, los generadores esperan señales claras de que habrá un cambio de enfoque y que se buscará una solución estructural.
Para el gremio, la urgencia es evitar que las dificultades de una sola empresa tengan repercusiones mayores en la estabilidad energética del país. La intervención, señalaron, debe ir acompañada de recursos y respaldo institucional para que cumpla su propósito.