Un peritaje oficial de la Gendarmería estableció que los ocho “cuadernos de las coimas” donde quedaron registrados los viajes de funcionarios nacionales que cobraban sobornos de empresarios para mantener sus contratos con el Estado fueron efectivamente escritos por el chofer que hizo esos viajes, Oscar Centeno.
Además el estudio determinó que las copias digitales de esos cuadernos que están a disposición de las partes y que realizó LA NACION al comienzo de la investigación periodística que reveló el fraude, son fieles a los originales que están reservados en el tribunal.
Los expertos advirtieron que falta un original de los cuadernos, el número 5, y señalaron que en el cuaderno 3 hay enmiendas, tachaduras y sobrescrituras sobre las que es imposible determinar su autoría,
El peritaje fue realizado por el comandante mayor Nelson Víctor Vallejos y la segunda comandante (CPU) Lilia Patricia Sendra Schamne, ambos calígrafos públicos nacionales de la División Documentología y Pericias Caligráficas de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de Gendarmería Nacional Argentina.
Durante el estudio, participaron varios peritos de parte: Federico Rubén Rindlisbacher, José María Buitrago, María Virginia Buero Pérez, Facundo Emilio Signo, Gastón Federico Latour, Guillermo Francisco Latour y Horacio López Peña.
Los expertos concluyeron que “existe correspondencia entre los cuadernos originales identificados como 1, 2, 4, 6, 7 y 8, y sus respectivas copias digitales». La mayoría de los textos manuscritos que conforman los cuadernos originales (1, 2, 4, 6, 7 y 8) «pertenecen a un mismo puño escritural», dijeron los expertos y señalaron que es el de Oscar Centeno.
Sin embargo, hubo excepciones: no se pudo determinar quién escribió los términos sobrepuestos, enmiendas o los retoques que se descubrieron, por ejemplo en las palabras “Ing. Ferreyra” (02/12/2008), “Armando” (29/08/2013 y 10/09/2013), “Alem 855” (25/7/2013 y 10/9/2013); y varias grafías en notas con nombres, direcciones y números de teléfono.
Estas alteraciones en los cuadernos fueron denunciadas por el empresario Armando Loson del Grupo Albanesi. Un perito de parte detectó estas enmiendas y alteraciones y Loson, con el auxilio del juez Marcelo Martínez de Giorgi, avanzó sobre Jorge Bacigalupo, un amigo de Centeno, pues el juez con una pericia dijo que él había escrito esas enmiendas. Pero la Cámara Federal revocó esa decisión.
Con respecto a estas enmiendas, los peritos señalaron que “si bien se identifica la personalidad gráfica de Centeno en los manuscritos que completan los cuadernos físicos (…) no obstante en estos últimos, existen grafías tales como: “Ing. Ferreyra” (02/12/2008); “Armando” (29/08/2013); “Armando” (10/09/2013); “Alem 855” (25/7/2013) y “Alem 855” (10/9/2013)”, que no ofrecen la cantidad y calidad de características para permitir la determinación de su autoría“.
“La dificultad para la identificación tiene que ver con la falta de espontaneidad con la que se producen en los escritos agregados, sobrescritos, etc, donde el impulso neuromotor es controlado por la voluntad”, dijeron los expertos.
Las características de las escrituras en los cuadernos digitales se corresponden morfológicamente entre sí y los especialistas concluyeron que los textos manuscritos en los cuadernos originales (1, 2, 4, 6, 7 y 8) pertenecen al puño escritural de Cesar Bernardo Centeno.
Las escrituras de los cuadernos digitales (con sus excepciones) se corresponden morfológicamente con las grafías de Cesar Bernardo Centeno», dijeron lo peritos. Además, los especialistas indicaron que se usaron varios boligrafos o rollers y diferentes tipos de tinta.
Estos son los detalles que detectaron los peritos:
– Cuaderno 1 (Block Convenor): Al menos 2 bolígrafos de tinta azul y al menos 4 bolígrafos de tinta negra. Cuaderno 2 (Gloria): Al menos 7 bolígrafos y 1 roller de tinta azul, y al menos 6 bolígrafos de tinta negra.
– Cuaderno 4 (América Nos gris y azul): Al menos 5 bolígrafos y 1 roller de tinta azul, y 1 bolígrafo de tinta negra.
– Cuaderno 6 (América Nos Machu Picchu): Al menos 3 bolígrafos de tinta azul.
– Cuaderno 7 (Rivadavia tapa dura): Al menos 3 bolígrafos de tinta azul.
– Cuaderno 8 (Gloria Saluda a la Bandera): Al menos 3 bolígrafos de tinta azul.
Alteraciones o modificaciones
Los peritos indicaron que hay “alteraciones como sobrescritos, testados (tachados), enmascaramiento con líquido corrector blanco, borrados abrasivos o químicos, y agregados». Pero dijeron que no es posible establecer “la antigüedad absoluta de las grafías», es decir en que fecha fueron realizadas porque “las tintas usadas son no evolutivas y no existen estudios científicos que cuantifiquen su proceso de oxidación-reducción a lo largo del tiempo».
Sin embargo, sí se pudo determinar que los agregados en los escritos originales de los cuadernos (1, 2, 4, 6, 7 y 8) corresponden a distintos momentos escriturales (antigüedad relativa). Los peritos de la Gendarmería señalaron que no hubo «evolución o involución en la escritura» .
Los expertos analizaron un papel encontrado en la agenda de Centeno con las siguientes escrituras: “11/10/15 15. 03 HS. – 11/10!15 – 17:50 HS LO LLEVE A H AL PANAMERICANO Y RETIRO” que figuran en el papel de nota azul secuestrado corresponden a Oscar Bernardo Centeno.
Sin embargo, las grafías “OEW 283 – HILUX SRL” y “1 PALO VERDE” del mismo papel no se corresponden con Centeno. El juicio oral y público por el caso de los cuadernos de las coimas, donde Cristina Kirchner es la principal acusada de asociación ilícita, comenzará el 6 de noviembre.
El 24 de septiembre se hará una audiencia para organizar a las partes, ya que hay 74 imputados y 626 testigos. La Cámara de Casación apuró al tribunal oral a cargo del proceso para agilizar las audiencias y que revise su criterio de hacerlas solo una por semana.
Los jueces Fernando Canero, Enrique Méndez Signori y Germán Castelli dispusieron que las audiencias se hagan por zoom y semanalmente, los jueves. Con un debate de esta magnitud y a este ritmo era fácil prever que el juicio contra Cristina Kirchner como jefa de una asociación ilícita duraría más de cinco años.
El tribunal juzgará una maniobra, puesta al descubierto tras una investigación de LA NACION, que consistió en un mecanismo de recaudación de sobornos que pedían los funcionarios a los empresarios para mantener sus contratos de obra pública y otros servicios.
Numerosos empresarios declararon como “arrepentidos” y admitieron estos pagos, mientras que exfuncionarios reconocieron los cobros. Los pagos quedaron registrados en los cuadernos del chofer del Ministerio de Planificación Oscar Centeno, que registró sus viajes y la sumas de dinero que recogía en las sedes de las empresas.
Entre los exfuncionarios están acusados el ministro Julio De Vido y su entonces mano derecha, Roberto Baratta, que tenía a Centeno como chofer. Se la conoce como el caso de los cuadernos de las coimas, aunque en realidad son seis causas acumuladas en un solo proceso.