No ha podido ser. Después de meses envueltos en rumores de crisis, y de una separación temporal en 2024 para ver si podían solucionar sus diferencias y retomar su historia de amor con más fuerza que nunca, Joaquín Torres y Raúl Prieto han roto definitivamente.
Así lo ha confirmado el conocido arquitecto en exclusiva a ‘El Español’, revelando que fue el director televisivo el que tomó la decisión de poner punto y final a su matrimonio dos años después de su multitudinaria boda en Sevilla -a la que asistieron, entre otros rostros conocidos, Belén Esteban, Terelu Campos, o Rocío Carrasco- tras una década de discreta relación que hicieron pública en 2017.
«Me ha dejado. Él dejó la relación hace poco más de tres meses» ha revelado Joaquín, apuntando que aunque entiende que su separación sea «noticiable porque somos personas con cierta notoriedad y tenía que salir a la luz tarde o temprano», este tiempo ha preferido mantenerse alejado del foco mediático para asimilar y aceptar una ruptura que, como asegura, es por el momento definitiva.
«La vida es así, tiene sus altos y bajos. Tiene malos momentos. Y hay que afrontar las cosas como vienen. El dolor es parte de la vida también. Que te deje tu pareja, al que has querido tanto, no es nada fácil. Pero la vida es esto. Aceptar las situaciones. Para mí ha sido un palo muy grande. No lo puedo ocultar: aún no estoy bien», confiesa sin ocultar el complicado trance que está viviendo tras su separación de Raúl, el gran amor de su vida y con el que estaba convencido que pasaría el resto de sus días.
Sin entrar en detalles sobre los motivos, aunque admite que a su marido le ha tocado vivir momentos muy complicados a su lado en los últimos tiempos -como su grave accidente de moto a finales de 2023, que le ha acarreado importantes secuelas físicas; la muerte de su madre meses después; el ingreso hospitalario de su padre; o su guerra con su hermano Julio por su herencia-, Joaquín cree que «cuando uno tiene una pareja, tiene que saber que hay unos cimientos. Las dos personas se tienen que sostener sobre una base sólida. Al menos esa es mi idea de las relaciones de pareja».
«En nuestro caso no ha sido así, y lo lamento muchísimo» reconoce, asegurando que, por su parte, no se encuentra «con fuerzas» de plantearse una reconciliación: «Lo dudo mucho. Necesito procesarlo. Quizás aún sea pronto… solo han pasado unos cuatro meses. Sé que no se puede decir nunca ‘de este agua no beberé’, pero ahora no me veo en la tesitura de retomar nada», confiesa.