La Comisión Nacional de Valores (CNV) dio un nuevo paso en su plan de ‘tokenización’ de activos financieros, con el que busca ampliar las posibilidades de inversión en diferentes instrumentos. Ahora, el organismo anunció la ampliación de este universo a otras herramientas como acciones de empresas, obligaciones negociables (ON) y cedears.
Se trata de la puesta en marcha de una segunda etapa del Régimen de Tokenización para Valores Negociables, que la entidad que preside Roberto Silva había presentado en junio de este año. En concreto, este cambio regulatorio habilitó la “representación digital” de valores a través de la tecnología de registro distribuido (TRD) o blockchain, para que puedan ser transaccionados a través de plataformas digitales.
Inicialmente, este esquema se había puesto en marcha mediante una primera etapa que contemplaba la tokenización de fideicomisos financieros y fondos comunes de inversión (FCI) de oferta pública. Ahora, la CNV autorizó la incorporación al régimen de algunos de los instrumentos más utilizados por los argentinos como mecanismo de inversión.
Al crear un token digital de activos o instrumentos financieros, lo que se busca es facilitar su transaccionalidad y sumar nuevos mecanismos para que puedan ser comprados o vendidos. A su vez, se busca incrementar su liquidez, al poder generar tokens de montos pequeños, que representan fracciones de los activos que representan.
En el organismo definen al esquema de tokenización como una “securitización 2.0″, y plantean que el objetivo es mirar a un “mercado sin fronteras”, donde se habilite mayor competencia entre el esquema tradicional de inversión, accesible a través de bancos o alycs, y las billeteras cripto (Proveedores de Servicios de Activos Virtuales -PSAV-), que son las encargadas de comercializar y operar los valores negociables en el entorno digital.
Para los usuarios, en concreto, se busca que a través de estas billeteras se pueda invertir en los activos que, hasta acá, solo eran accesibles a través del mercado financiero tradicional. Además de la inversión en tokens (equivalentes a una fracción o el total de un cedear, una acción o una ON, por ejemplo), el régimen le reconoce al inversor el derecho a requerir el reemplazo de esta representación digital por la forma tradicional de esa representación (es decir, reemplazar el token por el activo formal al que representa).
En la CNV remarcan que no se trata de “dos títulos” diferentes, sino que el token al que se accede en estas billeteras es la representación de ese valor negociable preexistente. Para ampliar el universo de activos disponibles, los emisores de activos ya existentes podrán solicitar ante la CNV la representación digital de esos instrumentos en cuestión “sin que ello implique una nueva autorización de oferta pública”.
A su vez, se habilita a los emisores a modificar la cantidad de activos representados digitalmente, “para permitir arbitrajes con los mercados tradicionales”.
“Esto apunta a un mercado sin fronteras y a la inclusión financiera, porque se apunta a inversiones chicas. Hoy, los más chicos usan apps y esto permite operar 24/7 y desde cualquier lugar del mundo”, plantean en el organismo, en referencia a los PSAV, que para estar operativas deben estar registradas ante la CNV.
El esquema propuesto, aprobado en la resolución 1081 de la CNV, reemplaza al régimen presentado en junio. Según indicaron en el organismo que supervisa y regula las operaciones de valores en el mercado de capitales, estará vigente en modo “prueba” por un año, mediante un sandbox regulatorio.
“Los mercados entendieron que esta evolución es inevitable y va a pasar. Esta es una reglamentación amistosa, donde cualquiera puede ser PSAV, registrarse y operar en el segmento digital”, plantearon en CNV, en referencia a la proyectada competencia por el flujo de inversiones minoristas.
“Si creés que esto es nuevo y es lo que se viene, no podés no estar. Y si no, podés no hacerlo, pero corrés el riesgo de ser el dinosaurio antes de que caiga el meteorito”, agregaron.