En la agenda telefónica del chofer del camión donde secuestraron un cargamento de 136 kilos de cocaína, el contacto estaba guardado como Frío. Para los investigadores era necesario identificarlo porque era quien impartía las órdenes. Se pudo lograr. Se trataba de Lucas Bonilla, un comerciante que fue condenado a la pena de nueve años de prisión por el delito de transporte de estupefacientes.
“Por medio de un peritaje de voz y de otros elementos se acreditó que Bonilla era quien daba las órdenes por teléfono”, según informó el sitio de noticias del Ministerio Público Fiscal (MPF), fiscales.gob.ar.
La pena fue impuesta por el Tribunal Oral Federal (TOF) N°1 de Salta, a cargo del juicio. El MPF estuvo representado por la fiscal Lucía Orsetti, de la Sede Fiscal Descentralizada de Tartagal.
“Se pudo probar la intervención del acusado en la maniobra de tráfico a pesar los resguardos de este último para no ser localizado en el territorio, que incluían la utilización de teléfonos celulares de terceros para comunicarse con sus cómplices y dejar en su domicilio su dispositivo de uso personal”, según se detalló.
Los jueces Gabriela Catalano, Marcelo Juárez Almaraz y Marta Snopek tuvieron por acreditado que el conductor del camión donde se realizaba el transporte de la cocaína-condenado a 4 años de prisión en febrero pasado- recibía los mensajes de Bonilla, a quien en su teléfono celular tenía agendado como Frío.
“El peritaje de voz, que arrojó un 80 por ciento de coincidencia, fue determinante como elemento probatorio eficaz para tener por acreditada la verdadera identidad de ‘Frío’ que es Lucas Manuel Bonilla”, sostuvo el tribunal.
La investigación comenzó el 12 de mayo de 2024, luego de que una patrulla de la Gendarmería Nacional se dirigió a la ruta 34, entre Embarcación y Pichanal, ante la denuncia de una automovilista sobre el chofer de un camión que realizaba maniobras riesgosas.
“A la altura del paraje La Quena, los uniformados dieron con el conductor Walter Passarino, quien les informó que estaba allí, con el camión vacío, a la espera de una carga, para luego dirigirse a Salvador Mazza”, según el sitio de noticias oficial.
Los gendarmes, mientras revisaban la documentación del camión y del acoplado, recibieron información de que el chofer tenía antecedentes por hurto calificado y defraudación reiterados en la provincia de Santa Fe. Entonces, por disposición del fiscal Marcos Romero “realizaron una requisa más profunda del vehículo y advirtieron un fuerte olor a pintura en el sector de la baranda del chasis, junto a la cabina, donde también visualizaron un chapón que no se correspondían con la fabricación original”.
“Debajo de la chapa salieron a luz 422 paquetes, que equivalían a 431 kilos. En ese momento se pensaba que toda la carga era cocaína, pero luego se determinó el peso de los estupefacientes eran 136, el resto era azúcar”, expusieron en su fallo.
La pureza, al contrario de lo que sucede normalmente, era escasa, de una franja de entre el 3 y 46 por ciento. “En el juicio se barajó la hipótesis de que esta modalidad respondía a una maniobra de engaño, producto de alguna disputa entre organizaciones narcocriminales”, se explicó oficialmente.
“Passarino fue detenido e imputado por el transporte de la droga, tras lo cual se avanzó con una investigación que permitió la detención de Bonilla, de su primo Alán Sánchez y de Dante Villa, contra quienes se formalizó la imputación penal entre el 23 y 28 de agosto del año pasado, por transporte de estupefacientes, pero agravado por el número de intervinientes. La fiscalía reunió evidencias que vincularon a los acusados entre sí y con el cargamento de droga. Las relaciones entre Villa y Sánchez con Passarino aparecían claramente en las comunicaciones telefónicas”, según el parte.
Passarino, Villa y Sánchez acordaron sus penas en procesos de juicio abreviados, en los que fueron condenados en grado de coautores de transporte de estupefacientes.
El 28 de febrero pasado, Passarino y Sánchez recibieron una pena de cuatro años de prisión y tres años y ocho meses de prisión, respectivamente. El 25 de marzo última, en tanto, Villa fue condenado a cuatro años de cárcel.
En línea
Por su parte, Bonilla prefirió ir a juicio. La fiscal consideró acreditado que Bonilla contrató a Passarino como transportista de la droga, a partir del análisis de comunicaciones entre sí y de un encuentro que mantuvieron en Salvador Mazza, en el que Sánchez cumplió la función de chofer y encargado de la seguridad de la reunión.
El Ministerio Público Fiscal constató que el día del hecho investigado Bonilla y Sánchez viajaban en una camioneta Toyota, que fue controlada durante la mañana en la Sección Senda Hachada de la Gendarmería Nacional y que luego fue vista en Embarcación, cerca del camión que salió con la droga rumbo a la ruta 34.
La relación de Bonilla con Villa, Sánchez y otros integrantes de la banda, que aún no fueron detenidos, fue probada por la fiscalía mediante el testimonio de gendarmes del control Senda Hachada, quienes sostuvieron haber visto al comerciante ir y venir por ese puesto junto a Villa, Sánchez y otras personas, que -se especula- podrían haber sido eslabones superiores dentro de la organización narcocriminal.
“En el debate, la defensa de Bonilla intentó deslindar toda responsabilidad del acusado a partir de la supuesta inexistencia de contacto con el transportista, mientras que justificó en el parentesco la relación habitual con Sánchez. Frente a ello, la fiscalía trabajó para demostrar el vínculo de Bonilla con el transportista a través de líneas telefónicas de terceros, una de las cuales era la de su primo, otra la de Villa y otra de un amigo en común”, dijeron en el fallo.
La representante del MPF dio cuenta de que en la agenda de contactos del celular del conductor, Bonilla estaba agendado como Frío y que desde ese número, Passarino recibía las instrucciones. “Un peritaje de voz dispuesto en la investigación arrojó una similitud mayor al 80 por ciento, considerado alto e incriminatorio”, se informó oficialmente.
Para los jueces, el peritaje de voz “fue determinante como elemento probatorio eficaz para tener por acreditada la verdadera identidad de ‘Frío’ que es Lucas Bonilla. En este entendimiento, tenemos una primera prueba objetiva”.
Además, el tribunal consideró demostrado que Bonilla no siempre viajaba con su teléfono personal, sino que en muchas ocasiones lo dejaba en su domicilio.
Los jueces tuvieron en cuenta que, al efectuarse el allanamiento en el domicilio del comerciante, se secuestró un celular de su hija que tenía varios números de teléfono distintos agendados como “papá” y afirmaron que los elementos de prueba demostraban que Bonilla usaba por lo menos dos celulares, el personal y el agendado como Frío.