Las zonas oscuras de un gobierno en shock

admin

Es difícil encontrar una semana tan tremenda para el Gobierno como la que finaliza. Nunca emergió tan nítida la superposición de problemas, acumulados por capas, sin capacidad de resolución. En la base, una inestabilidad económica irresuelta, que ahora tiene la forma de alta volatilidad en las tasas de interés y una disputa con el sistema bancario.

Superpuesto, un proceso agravado en los últimos dos meses de pérdida de control de la dinámica legislativa, a partir del alejamiento de sus antiguos aliados. Una redefinición del equilibrio de fuerzas en el Congreso que lo lleva a enfrentar derrotas sistemáticas en cada sesión.

Y encima de esa pirámide se montan los escándalos más recientes, cada vez de mayor magnitud. La semana arrancó con los coletazos del fentanilo mortal y la inacción de los organismos públicos para detectar a tiempo el problema, y terminó mucho peor, con la cúpula del poder enlodada por el incierto audio de un funcionario que habla de sobornos en las contrataciones de la Agencia de Discapacidad (Andis).

Milei, Noboa y sus equipos, durante el encuentro de esta tarde

La multiplicación de dificultades remite a una gestión desbordada y con un esquema de administración desgastado. Las debilidades de la estructura del gabinete ya no pueden ser ocultadas detrás de la voz intimidante del presidente Javier Milei, quien con sus excentricidades y atrevimientos logró durante mucho tiempo ocultar sus fragilidades.

Si no hubiera elecciones en dos meses, el Gobierno estaría en una crisis terminal. La expectativa de una revalidación en las urnas le abre una oportunidad única al proyecto libertario de relanzarse y replantearse los déficits que quedaron al descubierto. Pero no está claro que todos los actores del poder estén convencidos de la profundidad del cambio que deberían instrumentar, aun en el caso de una victoria sanadora. Ya no alcanzaría con cosmética política; empieza a ser necesario una redefinición más estructural.

En las tensiones con los bancos emergió una complicación que llegó al oído de los operadores financieros. Fue la tercera vez en el año en la que se registró una disidencia entre Milei y el equipo de Economía y el Banco Central respecto de decisiones de la macro.

Council of the Americas. Luis Caputo

La primera se produjo en el verano, cuando el Presidente forzó la baja del crawling peg al 1% como ancla inflacionaria, mientras que el ministro Luis Caputo pensaba que era mejor dejarlo en 2%, aprovechando la devaluación que hicieron varios países tras la llegada de Donald Trump al poder.

La segunda se generó a partir de la decisión presidencial de no comprar reservas si la cotización del dólar no tocaba la banda inferior establecida en el acuerdo con el FMI, una decisión que después el titular de Hacienda flexibilizó de hecho con algunas intervenciones fuera de programa.

Y la última ocurrió con el desarme de las LEFIs, una medida que en el mercado asumen que fue resultado de una imposición de Milei, basado en su idea de que hay que secar la plaza de pesos. Su instrumentación generó problemas con las entidades, pero sobre todo derivó en una suba de tasas y un enfriamiento de los créditos.

Para los banqueros, hay dos indicios de la incomodidad del equipo económico con el tema, en particular del Banco Central: una es que el desarme de las LEFIs no figura en el acuerdo con el Fondo, es decir que no estaba prevista de antemano; la otra surge de la evidente improvisación en la que empezaron a incurrir los funcionarios para tratar de responder a las fluctuaciones generadas. “Nunca los vi experimentar tanto sobre la marcha. Se nota que tuvieron que reaccionar ante situaciones no planificadas”, graficó un referente del mundo financiero.

Santiago Bausili

Estos episodios no alcanzan de ningún modo para hablar de diferencias sustanciales entre Milei y Caputo, que comparten toda una cosmovisión económica y tienen una buena sintonía personal, pero sí se transformaron en disonancias que el establishment detecta y que, en un momento de incertidumbre, lucen contraproducentes. El primer universo que demanda una revisión postelectoral es el económico, porque hay variables que marcan un agotamiento de ciertos procesos. Entre ellas, las bandas de flotación del dólar, de improbable futuro tras octubre.

El cogobierno legislativo

Sobre ese telón de fondo, se montó un nuevo espectáculo legislativo, protagonizado no sólo por el kirchnerismo sino por una larga lista de exaliados del Gobierno. Cada semana la ofensiva es más amenazante y se naturaliza una dinámica que nunca se registró en el Congreso. Los proyectos son aprobados rápidamente, los vetos aterrizan y se tratan, los decretos se rechazan en gimnástica coreografía.

Debate en el Senado la emergencia pediátrica, que involucra al hospital Garrahan. Bartolomé Abdala, y detrás Juliana Di Tullio

No hay antecedentes en las últimas dos décadas de cámaras legislativas sesionando tan frecuentemente a dos meses de las elecciones, y menos con asuntos del calado de las jubilaciones, las universidades o el fondo de discapacidad. Todos ítems de alta implicancia social, que exponen al esquema oficialista a mostrarse como un insensible guardián del déficit fiscal. Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, lo destacó esta semana en una charla en la que incluyó “la falta de empatía y de sensibilidad” como uno de los factores que afectan la popularidad del Gobierno.

Está claro que hay un conglomerado político que después de mucho tiempo de no poder comprometer al Gobierno encontró una vía para arrinconarlo y está probando hasta dónde puede llegar. Sabe que no tiene mucho tiempo, porque después de las elecciones, si el oficialismo logra el resultado que espera, conseguirá el tercio para blindar los vetos, y el juego llegará a su fin. Pero hasta entonces todo será sufrimiento, reconocen en la Casa Rosada.

Senado. Con amplio apoyo, avanza rumbo a su sanción el financiamiento universitario. Mayans y Atauche

El Senado es Crimea, ya está perdido. Los rechazos a los decretos de esta semana llegaron a contar con 60 votos. La ley de financiamiento al Garrahan sumó 62 voluntades, es decir que la apoyaron todos los bloques, con excepción de los libertarios y una senadora que responde a Patricia Bullrich. Nunca había sido tan evidente la soledad del oficialismo. Pesan ahí todos los traspiés amontonados en el último año, la pelea con Victoria Villarruel, la pérdida de aliados accesibles, la distancia con los gobernadores y las carencias del propio bloque de LLA.

En ese campo minado se prepara ahora una iniciativa letal para Milei: el proyecto para limitar los DNU, una herramienta que ha sido vital para la gestión libertaria, en función de su minoría legislativa. Concretamente el texto que prepara Alejandra Vigo, a partir de algunos proyectos ya presentados, apunta a eliminar la figura de la “sanción ficta”, es decir, cambiar el sentido del silencio del Congreso frente a un decreto presidencial. Hasta ahora, si las dos cámaras no se pronuncian en contra, quedan vigentes. La propuesta sería invertir la carga y que ahora sea necesario que el Senado y la Cámara de Diputados validen un DNU para que rija; en caso contrario, su implementación caduca.

Los senadores Pagotto y Vigo, durante la reunión de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales en las que se trató el tema de los DNU

Institucionalmente muy saludable, la propuesta también entraña dosis de hipocresía: muchos de los que ahora impulsan el cambio, aprovecharon durante años los beneficios de este mecanismo impulsado por Cristina Kirchner en 2006. Para Milei sería un misil bajo la línea de flotación. En el fondo se trata de una carrera contra el tiempo, ya que antes del 10 de diciembre la iniciativa debería aprobarse, y como seguramente será vetada, sus impulsores deberían insistir en ambas cámaras para que quede firme.

En Diputados la función fue apenas más decorosa para el Gobierno, porque logró compensar la derrota en el proyecto sobre discapacidad con una frágil tratativa para revertir la iniciativa sobre jubilaciones que era la que más le preocupaba. Además, logró abortar la sesión cuando se debían tratar otros temas, como el fondo para Bahía Blanca y el impuesto a los combustibles.

En diputados la oposición no consiguió los votos para dar de baja el veto por jubilaciones del presidente Javier Milei

Moribundos, algunos funcionarios encontraron algún eco en los gobernadores para contener la ofensiva. En realidad se encontraron con que no todos los caciques provinciales estaban acuerdo entre sí, y eso los favoreció (Carlos Rovira se ganó unas plegarias y también dicen que Mauricio Macri ayudó desde el más allá). Por distintas vías se aunaron Martín Menem, Guillermo Francos y Santiago Caputo, y consiguieron parar la sangría. “Las gestiones funcionaron, pero porque del otro lado quisieron. Cada vez nos resulta más difícil la interlocución”, se sinceró una figura del Gobierno al tanto de los llamados.

Los audios, los silencios

Pero el problema mayor en Diputados estalló dentro del propio oficialismo. La sonora salida del bloque de LLA de Marcela Pagano, Carlos D´Alessandro y Gerardo González no sólo fue una constatación del extraño fenómeno de un partido de gobierno que pierde figuras a pesar de que se supone que ganará las elecciones. El tono de arrepentimiento político de la carta de despedida de Pagano dirigida a Milei fue clave para que en la Casa Rosada apuntaran a su entorno por la filtración del sospechoso audio en el que el extitular de la Andis Diego Spagnuolo habla de supuestos pedidos de coimas a las droguerías.

Marcela Pagano, una de las escindidas

Pagano apuntó explícitamente a los primos Menem y a Karina Milei y le dio verosimilitud a esos registros de dudosa procedencia. En el Gobierno trazan flechas y dicen que hay una conexión entre la diputada, su pareja y ciertos sectores de inteligencia kirchnerista con la difusión de los audios. También marcan que D´Alessandro (un puntano enojado porque lo dejaron afuera del armado en su provincia, y que buscó hacer una pirueta con una candidatura múltiple en la que involucró a su hijo) estuvo en el mismo programa en el que se dieron a conocer esas grabaciones.

El propio Milei abonó esta hipótesis en conversaciones reservadas. “Él piensa que esto es una maniobra kirchnerista para bajarnos de la elección, y la vincula con el sector que se acaba de escindir de nuestro bloque”, explicó una de las pocas personas que habló del tema con el Presidente tras el escándalo. Otros, en cambio, piensan que no fue una operación orquestada, sino una secuencia en la que coincidieron distintos actores.

Diego Spagnuolo, con Karina Milei, Lule Menem y Martín Menem

Pero la filtración del audio es un agregado de color frente a la magnitud de lo que Spagnuolo revela allí. La cuestión troncal de los supuestos sobornos depositó al Gobierno en la misma situación catatónica en la que se había sumergido tras el caso $LIBRA. Una parálisis producto de no saber con precisión que pasó. Spagnuolo es hoy otro satélite fuera de órbita, casi sin contacto con el Gobierno, que puede convertirse en una masa incandescente si decide declarar como arrepentido.

Durante 72 horas la Casa Rosada quedó sumergida en un silencio infinito sin poder articular una respuesta, acompañados por el mutismo de las redes libertarias (síntoma también de la distancia que tomaron las Fuerzas del Cielo). El consejo que primó fue no salir a hacerse cargo de un audio sobre el cual prefieren dudar y que fue registrado el año pasado.

Nadie quiere salir a dar una versión que después sea desmentida con nuevas evidencias, como le pasó a Manuel Adorni con el avión del empresario Leonardo Scaturicce. “Hay un equipo de crisis trabajando para tratar de hacer un control de daños en todos los aspectos, lo comunicacional, lo político y la estrategia judicial”, reseñó un asesor al tanto de los movimientos.

Council of the Americas. Conferencia de Guillermo Francos

Después de un primer momento en el que hubo una inclinación a atribuirle el escándalo a la interna Karina-Santiago, todas las tribus descartaron esa hipótesis por convicción o conveniencia, y apuntaron al enemigo externo y a los infieles. Ahí adentro sigue todo roto entre ellos, pero tampoco son ingenuos. Saben que el rey y la reina quedaron en jaque y ahora todos deben acudir en su protección.

Francos habló con todos los protagonistas. Le llevó tranquilidad a Milei con el argumento de que sólo alcanza con decir que no estuvo al tanto de los presuntos ilícitos que verbalizó Spagnuolo y dejar actuar a la Justicia. Vio a Karina tranquila pero preocupada y a Lule Menem, quien aseguró que no conoce al segundo de la Andis como se dijo y que nunca habló con la Suizo Argentina, la droguería que quedó en el foco de la tormenta. El jefe de Gabinete (que esta semana tendrá su propio candombe porque le toca exponer su informe mensual en Diputados) es como un padre que trata de contener a sus traviesos hijos adolescentes. El único temita es que en este caso los púberes gobiernan un país caótico.

Diego Spagnuolo y Javier Milei

En este episodio hay dos datos muy preocupantes. El primero es la extrema cercanía personal de Spagnuolo con Milei, prueba de lo cual son sus frecuentes visitas a Olivos y su rol de abogado en una causa por información falsa que se inició antes de diciembre de 2023.

Se contactaron por primera vez durante la pandemia a través de José Luis Espert y su esposa, de quien el exfuncionario es amigo. En la fractura con Espert de 2021, Spagnuolo se quedó con Milei y en 2023 integró la lista de diputados de LLA en el puesto 11, recorrido en el cual se relacionó con Villarruel y con Pagano, hoy casi el eje del mal. Si renuncia cualquier integrante de la bancada, le correspondería entrar a él.

Al no llegar al Congreso, le pidió al Presidente un lugar en la gestión. “Fue uno de los pocos lugares que Javier pidió para él, más allá de los ministros”, recordó un viejo conocido. Dicen que al Presidente lo notaron “decepcionado” porque lo consideraba un amigo.

A Spagnuolo le atribuyen un bajo perfil y poco trato con el resto de los funcionarios, pero una indomable tendencia a hablar en exceso, especialmente para presumir de su vínculo con el Presidente.

Familiares de discapacitados protestan frente al Congreso por la Ley de Discapacidad

Su gestión en la Andis venía haciendo ruido hace tiempo por la demora en dar respuesta al supuesto incremento irregular de pensiones por discapacidad, y por las polémicas en las que se había involucrado. “Hace seis meses le dijimos que buscara un mecanismo de recomposición para las personas discapacitadas y nos hizo estallar el tema en el Congreso”, dicen en el oficialismo.

Ninguna alerta saltó del lado del Presidente, pese a sus recurrentes encuentros privados. Apareció acá otra vez un problema grave en las relaciones cercanas que mantiene Milei y que después le generan graves dolores de cabeza. Esa maldita zona gris que mezcla los afectos, la soledad, los intereses, las gestiones, el poder. Milei llegó a la Presidencia casi sin entorno propio, un vacío por el que pueden circular desde advenedizos en el estilo de Hayden Davis hasta personas que se ganaron genuinamente la confianza del mandatario en un chasquido de simpatía.

La derivación de este primer punto es crítica para el Gobierno porque lesiona un activo político que tenía, el de la honestidad en la gestión. Más allá de que los hechos sean ciertos o no, las dificultades para explicar desde el caso $LIBRA hasta el tema de los audios, deja descubierto un flanco débil. Una vez puede ser un desliz, pero a partir de la segunda se produce un efecto acumulación.

Hayden Davis, de campera color crema, antes de subir a un jet durante su visita a la Argentina

Por eso hay sectores del oficialismo que ahora demandan una reacción profunda, y no un mero maquillaje. “Estamos ante una prueba de fuego. Debemos demostrar que somos distintos al kirchnerismo y que no naturalizamos la corrupción. Ahora ya no sirve fingir demencia, esto es más grave que lo de $LIBRA. Hay que tomar decisiones, por más dolorosas que sean”, esgrime un integrante reconocido del oficialismo. El drama es que en este caso tomar medidas implicaría de mínima desplazar a Lule Menem. Tremenda amputación para un cuerpo ya herido.

El segundo dato gravitante del caso Spagnuolo es que puso el reflector sobre una de las tantas cajas que maneja el Estado y que son parte de un sistema turbio que viene de larga data. De hecho en el Gobierno no descartan que haya habido un sistema de retornos operando bajo el radar.

La Andis es una de las principales contratantes de medicamentos y la Suizo Argentina la proveedora más importante. También hay otra rama vinculada con las prótesis ortopédicas que según algunos conocedores del negocio, arrastra los mismos vicios.

Emanuel Kovalivker, de la Suizo Argentina

El foco del problema está en el Plan Incluir Salud, cuya sede también fue allanada el viernes, y que apunta a transformarse en un nuevo Sueños Compartidos. Los negocios vidriosos siempre necesitan fachadas prístinas.

Se trata de una cobertura médico-asistencial que garantiza el acceso gratuito a servicios de salud para los titulares de pensiones no contributivas, que incluye la compra de medicamentos. Este programa estuvo manejado durante mucho tiempo por un oscuro empresario que fue condenado por un delito grave, que habría establecido un mecanismo de empresas fantasmas sólo para operar con el Estado. De ese plan deriva la influencia de Daniel Garbellini, quien es señalado como un posible nexo entre la Andis y los prestadores.

Los operadores del sector también sugieren poner la mira en un “valijero” hasta ahora omitido en los allanamientos judiciales, que se presentaba como operador y armaba reuniones con prestadores en nombre de la Agencia de Discapacidad. Tiene en sus redes sociales fotos con figuras libertarias y un vínculo familiar indirecto con los Menem.

Daría la sensación de que más allá de los dichos de Spagnuolo, la gestión libertaria no ha logrado desactivar los nidos de corrupción enquistados como los de la Andis, ya sea por negligencia o por connivencia. La presunción de virginidad ética que acompañó a Milei durante mucho tiempo queda mancillado cada vez que el Gobierno no logra articular una respuesta convincente. Todavía está a tiempo si verdaderamente tiene la vocación de repararlo. Pero a esta altura no sólo necesita un relanzamiento de su gobierno después de las elecciones. Debería proponerse algo más cercano a una refundación.

Deja un comentario

Next Post

Por qué hay que mezclar bicarbonato de sodio con azúcar

Dos ingredientes guardados en muchas alacenas, que parecerían no tener usos en común, son el bicarbonato de sodio y el azúcar. Sin embargo, en el mundo de la repostería, estos compuestos pueden convertirse en tus aliados si sabés sacarles provecho. Hoy te explicamos una manera sencilla de usarlos para que […]
Por qué hay que mezclar bicarbonato de sodio con azúcar

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!