Los arquitectos argentinos Sol Sanchez Cimarelli y Agustín Ros, de 28 y 29 años, desembarcaron hace tres años en Rotterdam, Países Bajos, para instalar su estudio de diseño computacional y tecnologías emergentes frente al ex puerto. Los galpones de la zona se reciclaron y ahora alojan estudios creativos. Sol y Agustín llegan desde su casa en bicicleta, el medio de transporte principal que usan grandes y chicos, así llueva o nieve.
“Todavía no llegamos a ese nivel de holandeses”, confiesa la pareja que se conoció, y se graduó, en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). A partir de entonces compartieron la misma pasión: especializarse en el diseño y la arquitectura que contempla materiales innovadores, impresión 3D y enfoques multidisciplinarios.
Aunque extrañan las costumbres argentinas, sobre todo el asado, lograron integrarse a la vida cotidiana en esta ciudad a la que describen como “muy extraña: fue bombardeada durante la guerra, no tiene los típicos canales y casitas. Es heterogénea y ecléctica, con rascacielos en el centro. Su infraestructura aparenta ser grande, pero nos resulta chica”, dice Agustín.
Sol agrega: “Aunque aún no aprendimos el idioma, que es supercomplejo, nos adaptamos bien. Tenemos un grupo grande de amigos argentinos con los que salimos, vamos a museos, hacemos picnics. Acá la cultura de los parques está muy arraigada, están muy equipados. Eso nos encanta”, dice la arquitecta que creció en Ramos Mejía y coordinó planes maestros en Arabia Saudita y China (en la compañía norteamericana EDSA Inc.) y proyectos urbanos en América Latina (para el estudio alemán GUN Architects).
Por su parte, Agustín integró el prestigioso estudio del arquitecto italiano Massimiliano Fuksas, lideró proyectos en Aedas (Dubai) y trabajó con el arquitecto neerlandés Erick van Egeraat. Juntos, diseñaron las ondas azules del Pabellón Argentino que este año flotaron en la Universidad degli Studi de Milán. Fue una de las instalaciones site specific más destacadas. A la vez que funcionaron como telón de fondo de cientos de selfies, invitaban reflexionar sobre el territorio, la transformación y la percepción.
Como un juego de ilusiones ópticas, el azul profundo de las capas de plástico reciclado reflejaba la luz y los 10 paneles cambiaban de forma según la perspectiva. En el marco de la expo Interni de la Semana de Diseño 2025, Sol y Agustín llevaron orgullosos una porción de argentinidad en el corazón de una ciudad que late a puro diseño.
“Desplegamos paisajes en capas físicas, digitales e imaginarias para reinterpretar topografías impresas en 3D onduladas que reflejaron los ritmos de la naturaleza”, apuntan los directores del estudio IOUS. El nombre tiene su explicación: es el sufijo que, en inglés, transforma sustantivos en adjetivos (por ejemplo, de curiosity a curious). “Son cuatro letras que encierran nuestras ganas de transformar, de dar valor, de buscar reacciones”, explican.
A 15 días de llevar sus nuevas creaciones a París, los arquitectos y diseñadores custodian el trabajo de hormiga, pero intenso, de la impresora profesional Wasp, de origen italiano: “Funciona igual que las de plástico, con la diferencia que inserta arcilla fluida, entonces evita desperdicios y nos permite proyectar de forma transversal y a grandes escalas”, dicen.
En el marco de la expo Maison&Objet y la Semana de Diseño de París 2025, IOUS formará parte de la expo de Diseño Argentino en Factory, una de las galerías más relevantes del circuito. Allí compartirán una sección especial con otros 12 referentes locales en la muestra impulsada por la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, con el apoyo de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Nos entusiasman estos eventos, nos permiten intercambiar ideas con otros profesionales de todo el mundo”, dicen los argentinos que ya expusieron en las semanas de diseño de Dubai, Holanda, Berlín y Milán. Además, el desarrollo de revestimientos para pared impreso en concreto integra la colección del Museo Omniversum de La Haya (Países Bajos).
“Si hay algo que nos motiva es probar cosas nuevas”, coinciden. Y destacan la base académica que se llevaron de la UTDT donde los procesos y el paso a paso eran tan importantes como los resultados. “Nos formamos con impronta sistemática, entonces nuestra manera de ver las cosas es a partir de un sistema que organiza. Cada vez descubrimos y ampliamos más los grados de complejidad”, subraya Sol. Mientras que Agustín destaca que entre los beneficios de trabajar con tecnologías 3D es la rapidez de los procesos.
Cuando era chiquito a Agustín le fascinaba dibujar casas en paisajes y armar construcciones con Lego sin seguir los manuales. En tanto, a Sol le daba mucha curiosidad todo: “Como viajaba mucho de Ramos Mejía a CABA notaba el cambio de escala que se da entre Provincia y Capital. Ese trayecto me intrigó siempre, saber dónde estaba y hacia dónde iba”, dice.
Mientras sienten cada vez más los más de 11 mil kilómetros que los separan de los mejores asados, se proponen acortar las distancias explorando las mejores carnicerías de Rotterdam. “Acá no hay una cultura tan gastronómica como en Buenos Aires. Mucho snack, papas fritas y bitterbolen, albóndigas de carne y verdura rebozadas”, enumeran los ganadores de los DIA Awards, de China, que los destacó con una mención especial por los revestimientos cerámicos bioreceptivos, que combinan artesanía y tecnología de avanzada. Por este desarrollo también participaron como jóvenes talentos en el Material District, una plataforma internacional de materiales innovadores, con sede en Países Bajos.
Sol Sanchez Cimerelli y Agustín Ros imprimen cada día un hallazgo distinto mientras construyen un futuro común, dejando huella en Rotterdam, pero con el corazón en la Argentina.